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- Autor, Nadine Yousif
- Título del autor, BBC News
16 julio 2025
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este martes que la fiscal general Pam Bondi debería revelar "todo lo que considere creíble" sobre el fallecido delincuente sexual Jeffrey Epstein, mientras se enfrenta a una inusual reacción negativa de sus seguidores.
Bondi ha sido duramente criticada por parte de la base política de Trump después de que el Departamento de Justicia (que ella encabeza) afirmara recientemente que no había pruebas de que Epstein tuviera una "lista de clientes".
Esto parecía contradecir sus declaraciones anteriores, así como las de otros aliados de Trump, que habían pedido que se revelara más información sobre Epstein.
Trump salió en defensa de Bondi y dijo que no entendía "cuál es el interés o la fascinación" con el tema.
"Lo ha manejado muy bien y la decisión es suya", señaló a los periodistas, pero agregó que "lo que sea que piense que es creíble, lo debería revelar".
Cuando un periodista le preguntó a Trump si la fiscal general le había dicho si su nombre aparecía en los archivos, él respondió: "No, no".
En comentarios posteriores, el presidente cuestionó la fascinación persistente por el caso Epstein, que calificó de "sórdido pero aburrido".
"Solo la gente muy mala, incluyendo las noticias falsas, quieren que algo así continúe", dijo Trump.
Durante la campaña electoral del año pasado, Trump prometió publicar los archivos relacionados con el financiero caído en desgracia.
El tema resurgió recientemente cuando, en medio de su disputa con el presidente, Elon Musk escribió en la red social X: "Donald Trump está en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos", mensaje que luego eliminó.
Algunos aliados clave de Trump, como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y la propia nuera del presidente, Lara Trump, han pedido públicamente transparencia.
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La muerte de Epstein
Epstein murió en una celda en una cárcel de Nueva York en 2019 mientras esperaba ser juzgado por delitos de tráfico sexual. Su muerte se produjo más de una década después de su condena por solicitar servicios sexuales de una menor, por lo que fue registrado como delincuente sexual.
Según un memorando de dos páginas del Departamento de Justicia y el FBI publicado a principios de este mes, los investigadores no encontraron ninguna "lista incriminatoria" de clientes ni "pruebas creíbles" de que Epstein chantajeara a personas prominentes.
Los investigadores también publicaron imágenes que, según ellos, respaldan la conclusión de que Epstein se suicidó mientras estaba recluido en el Centro Correccional Metropolitano de Nueva York.
Algunos teóricos de la conspiración llevan tiempo sugiriendo que Epstein fue asesinado para impedir que implicara a funcionarios del gobierno, celebridades y otros magnates que estarían involucrados en los delitos.
El director del FBI, Kash Patel, y su adjunto, Dan Bongino, habían cuestionado la versión oficial sobre la muerte de Epstein, pero desde que se unieron al gobierno de Trump han asegurado que Epstein se quitó la vida.
El memorando añade que los investigadores "no encontraron pruebas que pudieran justificar una investigación contra terceros no imputados".
Sin embargo, muchos miembros del movimiento político de Donald Trump, Make America Great Again ("Volver Estados Unidos Grandioso de Nuevo", MAGA), siguen especulando con que se han ocultado detalles de los delitos del pederasta convicto, que tenía buenos contactos, para proteger a figuras influyentes o a agencias de inteligencia.
En los últimos días, Trump ha expresado su frustración por la obsesión con Epstein y ha instado a todo el mundo a pasar página. Pero algunos de sus aliados republicanos no están dispuestos a hacerlo.
Parte de la presión sobre Bondi proviene de los comentarios que hizo en febrero, cuando un entrevistador de Fox News le preguntó sobre la supuesta lista de clientes de Epstein. "La tengo ahora mismo sobre mi escritorio para revisarla", respondió.
El portavoz de Bondi dijo la semana pasada que en realidad se refería a los archivos sobre el asunto en general.
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Desacuerdo republicano
En una entrevista este martes con el comentarista conservador Benny Johnson, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, subrayó que confiaba en Trump y su equipo, y que la Casa Blanca estaba al tanto de hechos que él desconocía.
Sin embargo, dijo que Bondi "tiene que dar un paso al frente y dar explicaciones".
"Debemos poner todo sobre la mesa y dejar que la gente decida".
La congresista de Georgia Marjorie Taylor Greene le dijo a Benny Johnson en otra entrevista: "Apoyo totalmente la transparencia en este asunto".
Elogió el trabajo de Bondi como fiscal general, pero dijo que los funcionarios electos deben cumplir sus promesas a los votantes.
Otra republicana conservadora, Lauren Boebert, de Colorado, dijo que si no se publicaban más archivos de Epstein, se debería nombrar un fiscal especial para investigar los delitos del magnate.
El senador John Kennedy, de Luisiana, dijo por su parte que los votantes esperan más rendición de cuentas.
"Creo que es perfectamente comprensible que el pueblo estadounidense quiera saber a quién vendía (Epstein) estas mujeres y por qué no fueron procesados", señaló a NBC News.
Otros republicanos influyentes, como el senador John Thune y el congresista Jim Jordan, defendieron al presidente en este asunto.
En una rueda de prensa sobre otro tema celebrada el martes, Bondi eludió las preguntas sobre la controversia.
"Nada sobre Epstein", les dijo a los periodistas. "No voy a hablar de Epstein".
Y afirmó que el memorando del Departamento de Justicia publicado la semana pasada, conjuntamente con el FBI, que se opone a divulgar más archivos sobre Epstein y confirma su muerte por suicidio, "habla por sí solo".
Según el memorando, el gobierno llegó a esas conclusiones tras revisar más de 300 gigabytes de datos.
El martes, los legisladores demócratas de la Cámara de Representantes intentaron sin éxito forzar una votación sobre la publicación de los archivos de Epstein.
Los republicanos señalaron que la administración del presidente demócrata Joe Biden también tenía acceso a los archivos, pero tampoco los publicó.
Sus seguidores más fieles en riesgo
Análisis de Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en Norteamérica
Trump arrancó un extenso post publicado en su red social Truth Social este miércoles con un estilo que ya es familiar: culpando por la controversia en torno a los archivos de Epstein a los "demócratas de izquierda radical".
"Estos engaños y fraudes son lo único en lo que los demócratas son buenos", escribió. "No son buenos gobernando, no son buenos en política y no son buenos eligiendo candidatos ganadores".
Trump ya ha utilizado antes este tipo de retórica de 'nosotros contra ellos' para afianzar a sus seguidores, presentándose como alguien que lucha por los marginados y descontentos que se enfrenta a los privilegiados y ricos y que está ahora en apuros.
Sin embargo, que la estrategia esta vez podría ser fallida se hizo evidente a media publicación, cuando comenzó a culpar a su propio partido y a sus seguidores de haber caído en una "trampa de izquierda".
"Mis seguidores del PASADO cayeron en esta 'mierda', se comieron el anzuelo", escribió. "No han aprendido su lección, y probablemente nunca lo harán".
Más tarde, en la Oficina Oval, Trump continuó culpando a los de su propia bancada, repitiendo que "algunos republicanos estúpidos, algunos republicanos tontos, han caído en la trampa".
El presidente está marcando las líneas de batalla sobre el tema Epstein y estas dividen a su propio bando. Y con ello, también se arriesga a socavar las bases sobre las que se construye su fuerza política.
El éxito de Trump ha sido impulsado por dos mensajes centrales a sus seguidores: que es alguien llegado de fuera que lucha contra un establishment corrupto, y que dice las cosas como son.
En un momento en que muchos votantes dicen estar cansados de políticos pulidos con opiniones cambiantes, la base de Trump lo ve como auténtico: sin adornos y controvertido, sí, pero honesto.
Trump, que nunca se ha apartado de las teorías de conspiración salvajes o de quienes las abrazan, se encuentra ahora argumentando que no hay evidencia "creíble" que implique a los ricos y poderosos en el caso Epstein y que aquellos que piensan lo contrario son tontos o ingenuos.
Sus comentarios cambiantes –que los archivos de Epstein deberían ser publicados, que no hay archivos, que cualquier archivo posible son engaños – también lo hacen parecer cada vez menos un hombre recto y más alguien con algo que esconder.
Se enfrenta al problema de intentar probar un negativo. Y por el momento, algunos de sus partidarios no le están creyendo.
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