Nuevo curso escolar arranca en Cuba con déficit de maestros y elevados gastos familiares

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Dos semanas antes de comenzar las clases, llamémosle Zaida, profesora de secundaria básica en un barrio pobre y duro al sur de La Habana, fue citada para una reunión en la sede municipal del Ministerio de Educación. “Me dijeron que había sido elegida para ser directora de la secundaria. Acepté por ingenuidad. Cuando recorro las aulas, noto que a muchas mesas escolares le habían robado los tableros de madera para usarlo como leña. A la mañana siguiente estaba la policía, porque se habían robado tres computadoras viejas, un televisor y una docena de bombillos”.

“El instructor policial quiso imputarnos un auto robo a mí y al custodio. A partir de ese momento, cada día se presentaba un problema distinto. Los maestros que debían comenzar el nuevo curso se marchaban a trabajar en negocios privados. El pasado viernes fui al municipio de Educación y pedí la baja. Por cuatro mil y pico de pesos (11 dólares en el mercado informal), no vale la pena tanto jaleo”, afirma Zaida.

En la última semana de agosto, la propaganda del régimen funcionó a destajo. La ministra de Educación, Naima Trujillo, compareció con su optimismo exagerado en dos programas televisivos y lo que hizo fue vender humo. Con la machacona y aburrida jerga de los funcionarios del partido comunista, único permitido en Cuba, destacó “el compromiso y la capacidad de cada territorio para encontrar variantes propias y priorizar sus recursos”.

Luego, en modo de narrativa norcoreana, reconoció que “la situación no es homogénea en el país”, pero resaltó la unidad: “Nos encontramos unidos trabajadores de todos los sectores. Eso es algo que pudimos apreciar en todas partes”, dijo con el habitual uso del plural de los socialistas. Y puso como ejemplo de ‘resistencia creativa’ -disparatado término patentado por el grisáceo Miguel Díaz-Canel-, a la provincia Santiago de Cuba.

Según Trujillo, Santiago de Cuba “tiene hoy un 99 por ciento de su cobertura docente y ha encontrado muchísimas variantes, incluso para poder tener algunas iniciativas para aseguramientos tecnológicos”. Según Trujillo, Santiago de Cuba “tiene hoy un 99 por ciento de su cobertura docente y ha encontrado muchísimas variantes, incluso para poder tener algunas iniciativas para aseguramientos tecnológicos”.

Mientras veía a la ministra en la tele "meter esa muela tonta cargada de mentiras y manipulaciones", Yoslen, maestro de primaria, residente en la barrio santiaguero de Chicharrones, a más de 900 kilómetros al este de La Habana, , recordaba el enorme deterioro de la escuela donde imparte clases.

“Esa gente viven en un mundo paralelo. En Santiago, al igual que en otras provincias, el déficit de maestros es alarmante. Por falta de docentes han tenido que cerrar algunas escuelas. Se habla poco del notorio descenso de alumnos. Aunque aparecen inscriptos, más de un millón y medio de estudiantes desde preescolar hasta preuniversitario, de acuerdo a cifras oficiales, cuando comienza el curso te enteras que miles de muchachos emigraron con sus padres, otros dejan los estudios porque se ponen a trabajar para ayudar a su familia. La deserción escolar es mayor cada año”, indica Yoslen.

Las carencias sufridas por un segmento amplio de maestros, forman parte de la pobreza extrema en la Isla. Daisy, profesora jubilada, explica que “la mayoría de los que ejercen el magisterio no tienen vocación. En el pasado un maestro era respetado por la sociedad. Muchos profesores en la actualidad tienen graves lagunas, incluso faltas de ortografía. Son docentes temporales para escapar del servicio militar, en el caso de los varones, o por necesidad de ganar un salario, en el caso de muchachas que viven en condiciones precarias”.

Ninguna nota de la prensa oficial o funcionario del Ministerio de Educación se cuestionó por qué existe un déficit de más de 24 mil docentes para el curso escolar 2025-2026. Diario Las Américas le preguntó a siete profesores, dos de enseñanza primaria, tres de secundaria y dos de bachiller, cuáles son las principales causas del abandono por parte del profesorado. Los sietes coinciden que el primero motivo son los bajos salarios. Un maestro de primaria devenga un sueldo entre 3 mil y 6 mil pesos, si tienen un rango académico.

“Una miseria. Por las tasas diarias publicadas en El Toque, esas cantidades equivalen a 7 y 13 dólares. No nos alcanza el dinero para recargar el teléfono o comprar datos de internet. Dependemos de aquellos padres que por caridad o para que tengamos un trato preferencial con sus hijos, nos los recargan y además te hacen regalos. Por eso hay tanto fraude y corrupción en el sector educacional”, confiesa un profesor de noveno grado.

Los bajos salarios en Cuba contrastan con los recibidos mensualmente por los docentes en países pobres como Paraguay (416 dólares) o El Salvador (430 dólares), más de treinta veces las remuneraciones que reciben sus homólogos cubanos.

Camila, maestra, considera que otra de las razones es “el deterioro de las escuelas y las pésimas condiciones laborales. Los baños sucios, los bebederos de agua no funcionan, las computadoras, de segunda generación , casi todas están rotas. A ETECSA le gusta alardear de su labor social, pero en Cuba la enseñanza primaria, secundaria y preuniversitaria no tiene acceso a internet gratuito. El gobierno se llena la boca hablando del desarrollo en computación y de IA (inteligencia artificial), pero eso es cuento para la galería”.

Un profesor de bachillerato dejó el magisterio y comenzó a trabajar de barman en un bar privado, por el “burdo adoctrinamiento. La prioridad en la educación es el trabajo ideológico. Y tanto los estudiantes como los profesores hace mucho tiempo dejaron de creer en el sistema político actual”.

Raudel, funcionario municipal de Educación, subraya que debido a la crisis económica “no se ha podido reparar la mayoría de las escuelas con problemas constructivos. También existe un déficit en la entrega de materiales escolares y uniformes. Se va racionar la entrega de libretas y lápices. Los alumnos recibirán una libreta para dos asignaturas. Y en algunos casos para tres. Y dos lápices para un semestre. En el tema de los uniformes, la demanda era de más de 3.6 millones, pero la industria solo pudo confeccionar 2,2 millones. Entonces la prioridad es cubrir los grados iniciales: preescolar, quinto y séptimo grado”.

Las carencias de la enseñanza pública son cubiertas por sus familiares. “Está gente (el régimen) anda al berro. No dan casi nada a los muchachos y los padres nos vemos obligados a comprarle mochilas, libretas, cuadernos, uniformes y otros materiales escolares”, opina Mirta, madre de dos hijas que cursan segundo y octavo grado. “Cada libreta cuesta en la calle entre 200 y 600 pesos. Y en un año hay que comprarle no menos de doce libretas. Una camisa escolar se vende por la izquierda en 500 o 600 pesos, el mismo precio de un pantalón o una saya. Y al menos necesitan dos uniformes para todo el curso. Las mochilas valen entre ocho mil y doce mil pesos. Un merendero (envase para llevar la merienda) entre 1,800 a 5 mil pesos. Y un par de tenis, el más barato, no baja de seis mil o siete mil pesos. Cuando sacas cuenta, en un solo hijo te puedes gastar 20 mil pesos uniformes, zapatos, mochilas y material escolar, sin contar la merienda, otro dolor de cabeza".

Dunia, madre de una niña de 8 años, cuenta que ella “es una mujer divorciada y no cuenta con recursos ni familiares en el extranjero para cubrir esos gastos. Este sistema de mierda que ellos (el gobierno) crearon fue diseñado para que las personas dependieran del Estado. Ahora no tienen recursos y se ha desatado el sálvase quien pueda. No voy a estresarme. Mi hija irá a la escuela con ropa de calle. Cuando no tenga merienda que darle se queda en la casa. Cada vez que haya un apagón por la noche no va al día siguiente a la escuela. Total, en Cuba un profesional gana menos que un trabajador de comunales”.

Otros padres, como el matrimonio de Mercedes y Reinier, para evitar el bulling escolar y el adoctrinamiento ideológico, han optado desde hace un año por darle clases privadas a su hijo. “Estoy convencida que tendrá más conocimiento y será mejor persona”, dice Mercedes.. El año pasado, cuando el padre por la tarde fue a recoger a su hijo en la escuela, dos profesores estaban bailando reguetón de forma provocativa con los alumnos. “Me horroricé cuando los vi perreando”, comenta Reinier. Fue entonces que decidieron que su hijo aprendiera con maestros particulares jubilados.

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