El fracaso del sistema de protección social cubano: una infancia que pide en las calles

hace 5 días 98

El fenómeno de menores de edad pidiendo en las calles, un hecho al que el régimen cubano niega o resta importancia, es cada vez más visible. Niños y adolescentes deambulan para conseguir dinero o comida en distintas zonas de la ciudad, fuera de circuitos turísticos o avenidas principales, situación que atenta contra su seguridad y pone en riesgo sus vidas.

Estas escenas muestran familias sin recursos o en busca de oportunidad, y un sistema de asistencia social que no funciona. La crisis económica impulsa a los más desprotegidos a la supervivencia, reseña el portal web CubaNet.

La Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) reportó una inflación interanual que cerró el 2024 en 24,88%. Esto ocurre en un país con escasez de alimentos en aumento y salarios que, en su mayoría, no superan los 7.000 pesos mensuales.

Según el informe anual de nutrición infantil de 2024 del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el 9% de los niños en Cuba sufre pobreza alimentaria. Esta agencia de la ONU define la pobreza alimentaria infantil como la incapacidad de los niños para obtener y consumir una alimentación nutritiva y variada en sus primeros cinco años de vida.

A esto se suma que la pobreza extrema alcanzó al 89% de la población cubana en 2024, según datos del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).

Historias desde la calle

"Mi hijo de nueve meses y yo nos sentamos en cualquier calle transitada a pedir dinero o comida. El dinero que me da la Seguridad Social no alcanza", cuenta Yanay, de 19 años. Ella, residente en La Habana, no tiene estudios ni trabajo fijo. "A veces consigo pan o un poco de arroz que me dan los que pasan cerca de la Ciudad Deportiva", añade.

Es frecuente verla cerca de negocios y semáforos en la Avenida 26. Su ropa, gastada y con roturas, muestra uso prolongado. "La vida no ha sido fácil", dice mientras mece a su hija. Habla de sus "problemas", incluyendo haber dado a luz. "Nunca he pensado en dejarla. He tenido relaciones con hombres cubanos que me han ofrecido frutas, comida y dinero hasta 2.000 pesos", aclara.

Su casa, en uno de los asentamientos precarios de la capital, no tiene comodidades básicas. Las tablas que componen las paredes tienen grietas; el espacio es mínimo: una cama, un fogón sobre un cubo de pintura y algunos utensilios. "Con lo que consigo en la calle y algún trabajo limpiando pisos, subsisto", explica. "Lo peor es no poder darle a mi hija lo que necesita, como tranquilidad".

Abandono y riesgo

Aunque el régimen no ofrece cifras, organizaciones y prensa independiente denuncian que cientos de niños en Cuba se encuentran en la calle o pidiendo. Algunos están con sus padres; otros, solos, expuestos a riesgos como el abuso sexual.

En el Malecón, Michel, de 12 años, dice llevar casi un año pidiendo dinero o buscando algo que vender. "A veces me dan, si acaso, 100 pesos o comida que la gente saca de sus envases. Soy de Batabanó, pero me muevo por toda La Rampa y duermo en un garaje cerca de Línea y L".

—¿Dónde están tus padres?, le pregunto.

—Mi mamá vive con mi padrastro. Ellos me hacían la vida difícil. Me exigían buscar dinero. Ella lo defendía cuando yo me quejaba de cómo me trataba.

—¿Has recibido ayuda de las autoridades?, insisto.

—Ninguna. Solo los policías me molestan y me hacen correr.

El régimen cubano insiste en que su sistema de protección social garantiza el bienestar de los niños. Sin embargo, los programas como las Casas de Niños sin Amparo Familiar son insuficientes o presentan problemas en las admisiones. Los niños que piden en las calles pierden educación e infancia.

Mientras el régimen cubano mantenga la retórica sobre sus "logros" y no implemente medidas para combatir la pobreza, la mendicidad infantil crecerá. Los que hoy piden son víctimas de la pobreza. Familias enteras, sin apoyo, llegan a esta situación por necesidad, no por elección.

Preguntas sin respuesta

Surge la pregunta: ¿Dónde están los trabajadores sociales, creados por el Estado para "proteger a las familias"? ¿Qué hacen los CDR, la FMC y otras organizaciones de masas, cuya función es velar por el bienestar de la comunidad?

Ante la inacción estatal, la sociedad civil intenta cubrir el hueco. Iglesias, activistas y grupos solidarios organizan entregas de alimentos y artículos básicos. Su trabajo, que con frecuencia es objeto de vigilancia o acusaciones de "desestabilizar", es el único alivio para muchas familias.

FUENTE: Redacción/ CubaNet

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