
Con un avance del 64,85% en la construcción de la primera línea del Metro de Bogotá al corte del 30 de septiembre de 2025, el sistema da nuevos pasos hacia su consolidación tras la llegada del segundo tren el sábado 18 de octubre.
La empresa Metro de Bogotá informó que el tercer tren ya se encuentra en ruta hacia el puerto de Cartagena y se espera su arribo a la ciudad a finales de octubre, mientras que el cuarto y quinto tren desembarcarán en la capital durante noviembre de 2025 y enero de 2026, respectivamente. El cronograma contempla la recepción gradual de trenes hasta completar la flota total de 30 unidades en octubre de 2026.
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Cada uno de estos trenes, fabricados en China, inicia su travesía marítima como múltiples vagones desacoplados que, tras arribar al puerto de Cartagena, recorren cerca de 1.000 kilómetros por carretera hasta Bogotá. El proceso de ingreso a la ciudad se realiza por el corredor occidental, llegando directamente al patio taller de Bosa, lugar donde se desarrollan las últimas etapas de ensamblaje. Allí, tal como ocurrió con el primer tren, los técnicos especialistas del concesionario y la interventoría supervisan el alistamiento de los seis vagones que componen cada tren.

El proceso de alistamiento en el patio taller incluye el enganche mecánico y eléctrico de los vagones, así como la integración de los pasillos de inter circulación, que facilitan el libre tránsito de los pasajeros a lo largo de los coches. Además, todo vehículo pasa por una limpieza completa como parte de la fase final durante el montaje.
El descargue de los trenes en el puerto consiste en un operativo de aproximadamente ocho horas, que abarca la descarga desde el buque, la inspección inicial, el izaje asistido por grúas y el aseguramiento en las plataformas de transporte terrestre. Una vez en Bogotá, los trenes ingresan al patio taller para someterse a una serie de pruebas, que son indispensables antes de iniciar la operación regular del sistema.
Cada tren de la línea 1 está conformado por seis vagones, sumando una longitud total de 134 metros, un ancho de 2,90 metros y una altura de 3,90 metros. Estas formaciones se distinguen por su operación 100% automática, en la que los trenes no requieren conductor durante el servicio comercial. No obstante, existe la opción de operar bajo control manual en situaciones excepcionales o durante ciertas maniobras de mantenimiento en el patio taller.

El protocolo de pruebas inicia con una fase estática, en la que los sistemas y subsistemas de cada tren son evaluados minuciosamente. Ingresa en revisión el sistema de frenos, el sistema de tracción, la supervisión de mando y control, y los dispositivos de información al pasajero. En este mismo ciclo se energizan los trenes, comprobando la funcionalidad de la iluminación y ventilación a bordo.
Aproximadamente un mes después, una vez culminadas las revisiones y ajustes de las pruebas estáticas, los trenes pasan a la etapa dinámica. Con apoyo de vehículos auxiliares, cada unidad es trasladada a la vía de pruebas de 905 metros, habilitada con tercer riel para la alimentación eléctrica. En ese entorno se ponen en marcha las maniobras de verificación del motor de tracción y el sistema de frenado, siempre dentro de estrictos parámetros de seguridad y protocolos técnicos para cada instancia.

Cada tren ofrece una capacidad de 300 pasajeros por vagón, para un total de 1.800 usuarios por formación. La velocidad comercial media estimada es de 42,5 km/hora, lo que se traduce en una mejora significativa para la movilidad capitalina. Una vez inicie la operación comercial, programada para marzo de 2028, se prevé que el trayecto entre la estación 1 de Bosa y la avenida Caracas con calle 72 se recorra en apenas 27 minutos. Actualmente, dicho desplazamiento puede tomar hasta dos horas debido a las limitaciones del tránsito habitual.