
Catorce personas, entre ellas siete combatientes drusos, murieron en enfrentamientos cerca de Damasco, la capital de Siria, informó el martes una ONG.
Los enfrentamientos tuvieron lugar de madrugada en Jaramana, una localidad de mayoría drusa y cristiana cerca de la capital, dijo la oenegé Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
La violencia fue provocada por “la circulación de una grabación de audio, atribuida a un ciudadano druso, que contenía insultos religiosos”, agregó la organización.
AFP no pudo confirmar la autenticidad de la grabación.
“Estallaron enfrentamientos en Jaramana cuando fuerzas de seguridad y hombres armados irrumpieron” en el suburbio, según la oenegé.
Los fallecidos son siete drusos que iban armados y siete miembros de las fuerzas de seguridad, indicó el OSDH.
El gobierno sirio, liderado por islamistas, prometió el martes a los líderes drusos que juzgaría a los responsables.
En un acuerdo alcanzado con representantes del suburbio mayoritariamente druso y cristiano de Jaramana, las autoridades también prometieron medidas para “poner fin a la incitación a la división sectaria y regional”, según un texto visto por AFP.
“Se ha llegado a un acuerdo”, dijo Rabih Mounzer, miembro de un grupo de coordinación civil en Jaramana, que estaba entre los delegados.
La violencia sigue a las masacres sectarias del mes pasado en el corazón costero alauita, el peor derramamiento de sangre desde que las fuerzas lideradas por islamistas derrocaron a Bashar al-Assad en diciembre.

Mientras intentan presentar una imagen más moderada al mundo, las nuevas autoridades también deben enfrentarse a las presiones de los islamistas radicales dentro de sus filas.
“Fuertes enfrentamientos estallaron en Jaramana después de que las fuerzas de seguridad y hombres armados afiliados irrumpieran” en partes del suburbio, dijo el Observatorio con sede en Gran Bretaña.
El Ministerio del Interior informó de “enfrentamientos intermitentes entre grupos de hombres armados” y afirmó que se desplegaron fuerzas de seguridad “para disolver los enfrentamientos y proteger a los residentes”.
El Ministerio de Justicia afirmó que “no toleraría ningún ataque contra el profeta” Mahoma, pero destacó que los tribunales eran el “único recurso legítimo” y pidió a los residentes “abstenerse de incitar al odio”.
Un corresponsal de la AFP vio a hombres armados disparando al aire durante el funeral de dos miembros de las fuerzas de seguridad muertos en los enfrentamientos.
Los líderes religiosos drusos de Jaramana condenaron “el ataque armado injustificado” que “tuvo como objetivo civiles inocentes y aterrorizó” a los residentes.
“Condenamos enérgicamente cualquier insulto contra” el profeta Mahoma, afirma el comunicado, calificando la grabación de audio como un intento de “sembrar discordia y división”.
Añadió que las autoridades tenían “plena responsabilidad por el incidente”.
Los residentes locales dijeron que los combates habían disminuido por la mañana.
Riham Waqqaf, una trabajadora humanitaria de 33 años, dijo que se quedaba en casa con su marido y sus hijos.
Expresó su preocupación de que Jaramana “pueda convertirse en un campo de batalla... Tengo miedo de que la situación se agrave aún más”.
Las fuerzas de seguridad se desplegaron en Jaramana el mes pasado tras enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y hombres armados encargados de proteger la zona.
En ese momento, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió a las autoridades dirigidas por los islamistas que no “perjudicaran a la minoría drusa”, que también está extendida por el Líbano e Israel.
Los líderes drusos rechazaron la advertencia israelí y declararon su lealtad a una Siria unida.
Los enfrentamientos en Jaramana suponen la última prueba para las autoridades islamistas, que tienen raíces en la red yihadista Al Qaeda pero han prometido un gobierno inclusivo en este país multiconfesional y multiétnico.
Las autoridades han estado tratando de persuadir a las capitales occidentales de que los orígenes yihadistas de las fuerzas que derrocaron a Assad están confinados al pasado y que las agobiantes sanciones internacionales deben ser levantadas.
Los representantes drusos han estado negociando con las autoridades un acuerdo para integrar sus grupos armados en el nuevo ejército nacional.
La violencia del mes pasado en la costa mediterránea provocó que las fuerzas de seguridad y grupos aliados mataran a más de 1.700 civiles, en su mayoría alauitas, según las cifras del Observatorio.
(Con información de AFP)