Portador de semillas autoenterrable. (Morphing Matter Lab, Carnegie Mellon University)Este verano, una ola de incendios forestales abrasó España, dejando ocho fallecidos, decenas de heridos, miles de personas que tuvieron que ser desalojadas y más de 330.000 hectáreas destruidas. Galicia, Castilla y León y Extremadura se llevaron la peor parte, pero también en otras zonas de la península el fuego se extendió durante horas o días, como Asturias o Castilla-La Mancha.
Ahora, además de pensar en establecer medidas para que los incendios no sean cada año más virulentos, toca pensar en la reforestación con el objetivo de intentar devolver a los paisajes españoles al menos una parte de lo que el fuego y la falta de prevención les han robado.
Esta es una tarea ardua: el suelo puede encontrarse debilitado, hay que seleccionar las especies que van a plantarse y realizarse un seguimiento para comprobar que la regeneración esté avanzando. “La reforestación no se trata simplemente de plantar árboles; es un proceso complejo y multidimensional que requiere planificación, inversión y compromiso a largo plazo”, explican desde la ONG de alimentación sostenible Azada Verde. Así, existen obstáculos como “la falta de recursos financieros y humanos” o “de conciencia pública sobre la importancia de la reforestación y la conservación de los bosques”.
Una vaca en terrenos calcinados de la ganadería de alta montaña de Mario Nogueira, a 29 de agosto de 2025, en Quiroga, Lugo, Galicia (España). (Carlos Castro/Europa Press)Existen varias formas de llevar a cabo esta reforestación tras los incendios: por una parte, los retoños o plantones (las semillas se cultivan en viveros y, cuando crecen, se plantan en el terreno), que requieren bastante tiempo y mano de obra; por otra parte, las semillas, que pueden esparcirse a mano, con maquinaria o con drones, siendo esta última técnica (siembra aérea) más útil en el caso de los incendios extensos.
Esto último suele ser más económico y rápido, pero enfrenta un serio problema: la tasa de germinación puede ser baja porque las semillas no quedan enterradas, exponiéndose directamente a la luz solar, el viento, la temperatura, la humedad y la fauna silvestre.
Ante esta situación y debido a la oleada de incendios que ha afectado a muchas partes del mundo este verano, un equipo de investigadores procedentes de cinco universidades estadounidenses están desarrollando una técnica que podría ser la solución: portadores de semillas autónomos autoenterrables o E-seed.
Este invento, surgido de la idea de la profesora Lining Yao, de la Universidad de California en Berkeley y directora del Laboratorio de Materia Morfológica, es un dispositivo de pequeño tamaño realizado a partir de madera de roble y que contiene hasta tres semillas. Está diseñado en forma de espiral y termina en tres colas gracias a un lavado químico que determina la rigidez de la madera.
Estos portadores, de unos ocho centímetros de largo, se cargan en drones y se lanzan al suelo que quiere reforestarse cuando hay previsión de lluvia. Con la llegada de las precipitaciones, los dispositivos se activan: la humedad penetra en las fibras de la madera y las obliga a enderezarse, provocando que la madera recupere su rigidez original y vaya clavándose como un destornillador en la tierra. Es entonces cuando la semilla queda plantada a pocos metros de profundidad y se evita el problema de quedar expuesta.
Un dron lanzando los portadores de semillas autoenterrables. (Morphing Matter Lab, Carnegie Mellon University)“El transportador de semillas tiene tres colas enrolladas unidas que se desenrollan cuando se humedecen y pueden transportar semillas tan grandes como las de los pinos de corteza blanca, que miden alrededor de 11 mm de largo y pesan alrededor de 72 mg”, se explica en la revista Nature, donde fue publicado el estudio, y en el Laboratorio de Materia Morfológica.
El proyecto, financiado entre otros por la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) de Estados Unidos y la de China, se encuentraba aún en fase de prototipo cuando fue publicado el estudio, pero los resultados de las pruebas realizadas hasta entonces ya permitían demostrar su eficacia, pues la tasa de éxito aumentaba hasta el 80 %.
Entre los principales beneficios que destacan sus diseñadores, se encuentra el hecho de que este dispositivo permitiría que la reforestación fuese más económica, ya que la tasa de germinación aumenta y no se desperdician tantas semillas, reduciendo el número de las que deben comprarse. Además, la operación es menos manual, por lo que no es necesario tanto esfuerzo físico ni una gran mano de obra, y más accesible en zonas difíciles.
Varios portadores de semillas autoenterrables o E-seeds. (Morphing Matter Lab, Carnegie Mellon University)No solo eso, sino que sus materiales también están pensados para respetar el medio ambiente de las zonas en las que se utilice: al estar realizado con madera, que es biodegradable, no afecta al entorno pese a encontrarse el dispositivo disperso en la naturaleza. Su funcionamiento, por tanto, es ecológico.
El portador de semillas autoenterrables no solo puede utilizarse para la reforestación tras los incendios, sino que puede ser efectivo en la agricultura, especialmente para las grandes empresas que deben contar con mucha maquinaria.
De esta manera, el E-seed se erige como una alternativa a las actuales técnicas, que suponen un gran gasto económico, de tiempo y de mano de obra, así como una tasa de éxito demasiado baja para la que se necesita en una tarea tan compleja y necesaria como lo es la reforestación.
hace 3 horas
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