Una combinación de mango, plátano, cúrcuma, jengibre y otros ingredientes naturales son claves para un licuado antinflamatorio con notas tropicales que viene a refrescar el verano.
Una mezcla poderosa, rica en nutrientes y fibras, ideal para comenzar la mañana para darle un impulso de energía al cuerpo, con una bebida que genera sensación de llenura, que mejora la digestión y con compuestos que contribuyen una buena salud intestinal.
Beneficios del licuado de mango

El mango es una fruta tropical con un sabor delicioso, dulce, llena de vitaminas, minerales y compuestos digestivos, que contribuyen en evitar el estreñimiento que pueden causar inflamación.
El consumo diario de 100 g de mango fresco ayuda a mejorar la diversidad del microbioma intestinal después de 4 semanas, según un estudio sobre Los efectos del consumo de mango fresco en la salud intestinal y el microbioma, publicado por la revista Food Science & Nutrition.
Las pruebas realizadas con humanos revelan que “el consumo de mango fresco puede obtener beneficios positivos para la salud intestinal, lo que puede tener implicaciones positivas para enfermedades crónicas como la inflamación sistémica, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el síndrome del intestino irritable”.
Hay tres factores claves del consumo de mango que favorecen los efectos antiinflamatorios como: altos niveles de fibra, capacidad probiótico y las enzimas digestivas.
Fuente de fibra: la pulpa de mango contiene los dos tipos de fibra soluble como insoluble, claves para una buena digestión y que ayuda a la formación de las heces, ayuda a limpiar el colon y promueve un mejor tránsito intestinal, lo que ayuda a eliminar gases, pesadez y disminuir los síntomas del estreñimiento.
Efecto prebiótico: por ser rico en fibras y compuestos antioxidantes, el mango tiene un efecto prebiótico, es decir que alimenta a las bacterias beneficiosas en tu intestino, esto es clave para una buena digestión y para reducir la producción excesiva de gases.
Digestivo natural: esta deliciosa fruta contiene amilasa, una enzima digestiva que ayuda a la metabolización de los carbohidratos complejos en azúcares más simples, lo que tiene un menor impacto en sistema digestivo, facilitando su procesamiento y reduciendo los sistemas de la hinchazón.
Jengibre: esta raíz tiene comprobada propiedades antiinflamatorias y antioxidantes por ser rica en componentes bioactivos, en especial por sus altos niveles de contenido fenólico, según un estudio publicado por la National Library of Medicine. Incorporar el jengibre a diferentes recetas puede ayudar a mejorar la capacidad del organismo de contrarrestar los efectos de la inflamación.
Cúrcuma: es reconocida como un antiinflamatorio natural, por contener cúrcumina que combate los efectos de los radicales libres causantes de la información crónica. Además, sus compuestos activos ayudan a reducir los síntomas de indigestión como la acidez, el exceso de gases, la inflamación y la pesadez. Estudios revelan que la cúrcuma puede ayudar a la producción de bilis hasta en un 62%, lo que se traduce en un mejor procesamiento de la grasa.
Batido de mango y cúrcuma
Ingredientes
– 200 ml de leche de soja
– 100ml leche de coco
– 1/2 mango
– 1 plátano congelado
– 1 cucharada de cúrcuma
– 1 cucharadita de jengibre fresco
– 1 cucharada de semillas de chía
– 1 dátil sin semilla
Modo de preparación
1.- Lave y desinfecte las frutas
2.- Retire la piel del plátano y congele, lo puede hacer una noche antes para facilitar la preparación
3.- Corte el mango, retire la piel y también puede congelar
4.- En una licuadora agregue la leche de soja, de coco, el jengibre, la cúrcuma y las semillas de chía y licue bien
5.- Agregue el mango, el plátano y el dátil y licue hasta obtener una mezcla homogénea
6.- Sirva y disfrute
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