Trucos para la longevidad (Imagen Ilustrativa Infobae)Los expertos en longevidad coinciden en que no necesitamos horas extra al día para incorporar hábitos que mejoren nuestra calidad de vida y la alarguen. La clave, aseguran, no está en grandes cambios, sino en las pequeñas acciones.
Moverse con frecuencia, comer de forma equilibrada, dormir lo suficiente y mantener vínculos sociales sólidos son los pilares de un envejecimiento sano. Pero, ¿cómo sostener todo esto cuando la rutina parece no dejar tiempo para el autocuidado?
El primer paso, según los expertos, es empezar por las prioridades reales. No todos los hábitos saludables tienen el mismo impacto para todas las personas. “En vez de seguir modas o rutinas imposibles, debemos centrarnos en lo que nuestro cuerpo necesita y en lo que de verdad nos importa”, explica el gerontólogo Steven Kritchevsky, profesor de Gerociencia en la Universidad de Wake Forest.
Kritchevsky propone una pregunta clave para identificar los hábitos más valiosos: “¿Qué me gustaría poder hacer dentro de 10 años?”.
A partir de esa respuesta, se pueden elegir los cambios más significativos. Por ejemplo, si hay antecedentes familiares de enfermedades cardíacas o diabetes, conviene priorizar la actividad física moderada y una alimentación equilibrada, más que obsesionarse con suplementos o dietas de moda.
El movimiento es uno de los hábitos más determinantes para la longevidad. Según el especialista en medicina deportiva Michael Fredericson, de la Universidad de Stanford, “si solo pudieras elegir una cosa diaria, que sea el ejercicio”. El motivo es simple: el ejercicio reduce los riesgos cardiovasculares, el declive cognitivo, el riesgo de diabetes y mejora el ánimo y el sueño.
A pesar de las agendas apretadas, no es necesario dedicar horas al gimnasio. Pequeñas sesiones cortas, de tres a cuatro minutos de ejercicio intenso repartidas a lo largo del día, pueden ser sorprendentemente efectivas.
“No se trata de una rutina perfecta”, apuntan los expertos, sino de fijar metas accesibles y revisarlas semanalmente, para crear constancia sin frustración.
Pequeñas acciones pueden marcar grandes diferencias con el tiempo: reducir los ultraprocesados, caminar después de comer o practicar respiración consciente durante unos minutos.
Un estudio de la Universidad de Sídney demostró que mejoras mínimas en el estilo de vida , como añadir 15 minutos de sueño, 1,6 minutos más de actividad moderada y una o dos raciones extra de verduras, se asociaban con una reducción del 10% en el riesgo de muerte prematura.
Los resultados confirman que no hace falta un cambio radical para obtener beneficios reales: el cuerpo responde incluso a los pequeños ajustes diarios.
Dormir bien (Freepik)El descanso es tan importante como la actividad física. Dormir de forma irregular provoca alteraciones hormonales, aumento del riesgo de diabetes, obesidad, deterioro cognitivo y problemas cardiovasculares.
Por eso, los especialistas recomiendan mantener horarios regulares y despertarse siempre a la misma hora, incluso los fines de semana, para ayudar al reloj biológico a estabilizarse.
estrés laboral. (Freepik)El estrés crónico también contribuye al envejecimiento prematuro. Eleva la inflamación, altera el sistema inmunitario y afecta directamente a la salud cardiovascular. Aprender a gestionarlo mediante técnicas como la meditación, el yoga o la respiración profunda es esencial para preservar el bienestar.
El mensaje de los expertos es claro: no se trata de vivir más, sino de vivir mejor. No hace falta tiempo extra, solo consciencia, constancia y decisiones pequeñas que, con los años, suman más que cualquier tratamiento milagroso.
hace 11 horas
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