¿Qué dice la Psicología de las personas que visten informales todos los días?

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La ropa es una herramientaLa ropa es una herramienta que impacta en nuestro estado de ánimo, nuestra confianza y la manera en que nos relacionamos con el entorno.(Imagen Ilustrativa Infobae)

La forma en que nos vestimos influye en la percepción que los demás tienen de nosotros, nos ayuda a adaptarnos a distintos entornos sociales y se convierte en una herramienta para expresar nuestra personalidad. A través de la ropa, comunicamos quiénes somos, nuestros gustos e incluso nuestro estado de ánimo.

Según la consultora de marcas, terapeuta e instructora en el Instituto de Moda y Tecnología (FIT) Dawnn Karen, estudia cómo el color, la imagen, el estilo y la belleza impactan el comportamiento humano, considerando además las normas y sensibilidades culturales. En una entrevista con The New York Times en 2018, Karen explicó que esta disciplina permite comprender la conexión entre lo que vestimos y cómo nos sentimos.

Vestir de manera casual todos los días puede ser una elección práctica, pero desde la psicología también refleja aspectos de la identidad y el bienestar emocional. El estilo cotidiano comunica una actitud flexible y desenfadada ante la vida, pero en algunos casos también podría ser una forma de evitar estructuras rígidas o expectativas sociales estrictas.

Desde la psicología, el vestirDesde la psicología, el vestir de manera casual de forma habitual puede estar vinculado a la búsqueda de confort y autenticidad. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Vestir de manera casual todos los días es una elección que va más allá de la comodidad; también comunica una actitud y puede influir en la forma en que los demás nos perciben. Según la revista digital de psicología y neuromarketing Psicología Práctica, el uso frecuente de vaqueros y camisetas para cualquier ocasión puede hacer que una persona pase desapercibida y no destaque en ningún entorno. Sin embargo, esta misma elección puede ser una estrategia para proyectar naturalidad y cercanía en distintos ambientes.

Las personas que logran equilibrar un estilo informal con un toque elegante suelen destacar por su versatilidad y capacidad de adaptación. Elegir cuidadosamente prendas y accesorios para cada situación permite transmitir confianza, buen gusto y una personalidad auténtica. De hecho, la forma en que nos vestimos influye en la impresión que dejamos en los demás y puede estar relacionada con nuestra autoestima.

Desde la psicología, el vestir de manera casual de forma habitual puede estar vinculado a la búsqueda de confort y autenticidad, pero también a la necesidad de reducir el estrés o evitar la presión de los códigos de vestimenta más estrictos. Este estilo comunica una actitud relajada y accesible, aunque en ciertos casos también puede reflejar una falta de interés en la imagen personal o en la adaptación a diferentes contextos sociales. Encontrar un equilibrio entre la comodidad y la elegancia permite proyectar seguridad y una identidad bien definida en cualquier ambiente.

La forma en que nosLa forma en que nos vestimos, maquillamos y peinamos es una herramienta de comunicación que influye en nuestra autoimagen y en la percepción que los demás tienen de nosotros. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La ropa que elegimos cada día no solo influye en nuestra imagen, sino también en cómo nos sentimos y nos comportamos. La psicóloga clínica Laura Fuster explica que arreglarnos puede generar pensamientos positivos sobre nosotros mismos y mejorar nuestra autoestima. “En el ámbito de la conducta, si me visto y dedico tiempo a ello, va a ser más fácil que salga a la calle, me sienta a gusto e incluso socialice más”, señaló en entrevista para el sitio CuídatePlus.

Además, el tiempo que dedicamos a nuestra apariencia también influye en nuestro bienestar emocional. “No nos sentimos de la misma forma cuando nos vestimos rápidamente para ir a trabajar que cuando lo hacemos, por ejemplo, en fin de semana y podemos dedicar más tiempo a esta cuestión. En ese caso, quizá podemos ducharnos tranquilamente, aplicarnos crema, seleccionar con más atención la ropa que nos vamos a poner, maquillarnos de una manera especial o con más atención...”, explica Fuster. Este proceso no solo mejora la autopercepción, sino que también nos ayuda a afrontar el día con una mejor actitud.

En la misma línea, el psicólogo clínico Luis Miguel Real resalta que la forma en que nos vestimos, maquillamos y peinamos es una herramienta de comunicación que influye en nuestra autoimagen y en la percepción que los demás tienen de nosotros. “Hace que nos veamos de una determinada manera, que nos sintamos más o menos atractivos, que pensemos de una forma más o menos positiva sobre nosotros mismos y también que nos perciban de una forma alineada con un determinado grupo o que nos haga asemejarnos a alguien a quien admiramos”, afirmó.

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