Una muestra de ADN resolvió un violento asesinato ocurrido hace 50 años en Indiana

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Tecnología de ADN resolvió elTecnología de ADN resolvió el asesinato de Phyllis Bailer tras cinco décadas sin respuestas. (Indiana State Police)

Un caso que permaneció sin resolver durante más de cinco décadas finalmente ha encontrado una respuesta. Según informó NBC News, las autoridades han identificado al presunto responsable del asesinato de Phyllis Bailer, una mujer de Indiana que fue hallada muerta en 1972 en una zanja al costado de una carretera, mientras su hija de tres años permanecía ilesa junto a ella.

El sospechoso, Fred Allen Lienemann, fue vinculado al crimen gracias a avances en tecnología de ADN y genealogía forense, aunque no podrá enfrentar la justicia, ya que fue asesinado en 1985.

Phyllis Bailer fue asesinada enPhyllis Bailer fue asesinada en 1972 tras una agresión sexual, además de ser herida de bala, mientras su hija quedó ilesa. (Imagen Ilustrativa Infobae)

De acuerdo con la Policía Estatal de Indiana, el 7 de julio de 1972, Phyllis Bailer y su hija viajaban en un automóvil prestado desde Indianápolis hacia Bluffton, donde planeaban visitar la casa de los padres de Phyllis. Sin embargo, nunca llegaron a su destino, lo que llevó a su familia a denunciar su desaparición.

Al día siguiente, el esposo de Phyllis en ese momento, Richard Bailer, recibió una llamada de su suegro informándole de la situación. Richard se dirigió a Bluffton para buscar a su esposa e hija, encontrando el vehículo abandonado en la carretera interestatal 69, con el cofre levantado. Según relató a NBC News, inmediatamente contactó a la policía estatal.

Ese mismo día, una mujer que conducía por Schoaff Road, en el condado de Allen, descubrió a Phyllis y a su hija en una zanja al costado de la carretera. Phyllis había fallecido, mientras que la niña estaba ilesa.

Ambas fueron trasladadas a un hospital local, donde Richard se reunió con su hija y recibió la devastadora noticia del asesinato de su esposa. Según la policía, una autopsia reveló que Phyllis había muerto por una herida de bala y que también había sido víctima de agresión sexual. Sin embargo, en ese momento, las pruebas de ADN no estaban disponibles para avanzar en la investigación.

Genealogía forense y análisis deGenealogía forense y análisis de ADN marcaron un avance crucial para la resolución del caso. (Imagen ilustrativa Infobae)

Décadas después, los avances en tecnología permitieron a los investigadores reexaminar el caso. Según detalló NBC News, se logró elaborar un perfil de ADN a partir de las muestras recolectadas en la ropa de Phyllis, lo que descartó al principal sospechoso de aquel entonces, aunque su identidad no fue revelada.

En 2024, un perfil de ADN más detallado permitió a las autoridades colaborar con una empresa de genealogía forense en California, lo que resultó en la identificación de Fred Allen Lienemann como el presunto responsable.

Lienemann, quien tenía 25 años en 1972, no tenía vínculos conocidos con Phyllis Bailer, pero contaba con un historial delictivo significativo, según informó la policía. Sin embargo, no podrá ser procesado por el crimen, ya que fue asesinado en Detroit en 1985.

Según un artículo de “The Detroit News”, compartido por la Policía Estatal de Indiana, Lienemann murió a los 37 años tras ser golpeado con un bate de béisbol por dos hombres durante una disputa relacionada con una propiedad. Posteriormente, su cuerpo fue arrojado a un contenedor de basura al que se le prendió fuego mientras él aún estaba vivo.

El viudo de la víctima,El viudo de la víctima, comparte sus emociones encontradas tras el cierre de un caso (Imagen ilustrativa Infobae)

Para Richard Bailer, ahora de 79 años, la resolución del caso ha traído sentimientos encontrados. En declaraciones a NBC News, expresó su alivio por conocer finalmente la identidad del presunto asesino de su esposa, pero también mencionó que la muerte violenta de Lienemann le generó emociones complejas.

“Estoy totalmente aliviado de que se descubriera y de que supiéramos quién era la persona, pero molesto por su muerte”, afirmó, añadiendo que el trágico final de Lienemann representaba “el lado bueno”.

Richard también lamentó que los padres y la hermana de Phyllis no estuvieran vivos para presenciar el cierre de este caso que los había atormentado durante tantos años. Sin embargo, destacó que su hija, Jodi, quien tenía tres años en el momento del asesinato, finalmente obtuvo respuestas tras más de cinco décadas de incertidumbre. “Fue una bendición para nuestra hija finalmente saberlo”, concluyó.

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