
Como cada tarde, Danie Wright, cuidadora profesional de perros y exjugadora universitaria de rugby, paseaba a Dax, su compañero canino de cuatro meses, cerca de un arroyo detrás de su casa ubicada en Land O’ Lakes, a unos 32 kilómetros al norte de Tampa, sin embargo, pese a la rutinaria tranquilidad inicial, un caimán emergió sorpresivamente desde un arroyo cubierto de musgo.
“Lo siguiente que oí fue un chillido como el de mi perro”, relató Wright al New York Times. “Me giré y miré, y un caimán lo tenía. Los dientes delanteros del caimán estaban atravesando el collar de mi mascota”.
Wright se aferró con fuerza a la correa mientras el reptil, de aproximadamente un metro y medio, intentaba arrastrar al pequeño cánido de apenas cinco libras al agua. En cuestión de segundos, ambos estaban dentro del arroyo, sumergidos en al menos un pie de agua.
“Usé mi mano derecha para agarrar el collar del perro, sacarlo del agua y arrojarlo de regreso a la orilla”, explicó Wright. Pero en ese momento, el caimán cambió de objetivo y le mordió el brazo izquierdo.
A pesar del peligro, Wright no se rindió. En un acto de valentía y desesperación, comenzó a luchar contra el reptil. “Empecé a darle puñetazos, codazos, patadas y rodillazos y tuve la suerte de poder voltearlo sobre su espalda”, dijo, describiendo cómo logró que el caimán aflojara su mandíbula lo suficiente como para liberar su brazo.

Gracias a su rápida reacción, la mujer logró regresar a la orilla con su can, ileso. De inmediato, cubierta de musgo y sangre, llamó a emergencias, y según lo detallado por el periódico estadounidense, la Oficina del Sheriff de Pasco respondió junto a equipos de bomberos, rescatistas y dos cazadores de caimanes.
Wright, de 53 años, sufrió varias mordeduras en el brazo, aunque afortunadamente no requirió puntos de sutura, por lo que fue atendida en el lugar y únicamente recibió de los paramédicos una vacuna contra el tétanos y antibióticos. “Tuve mucha suerte de que fuera un caimán pequeño”, dijo.
Aunque el reptil fue finalmente capturado por el par de cazadores, Wright hizo un llamado a la vigilancia constante: “Si vives en Florida o en cualquier lugar donde haya caimanes, tienes que estar atento las 24 horas del día, los siete días de la semana. Nunca vi venir a ese animal”.

Según el New York Post, en Florida se estima la existencia de 1.3 millones de estos animales, no obstante, los ataques a humanos son poco frecuentes. De acuerdo con la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida, entre 2012 y 2022 hubo un promedio de ocho mordeduras no provocadas por año que requirieron atención médica.
Sin embargo, la cercanía creciente entre la población humana y los cuerpos de agua ha incrementado los reportes de dichos encuentros. “En los últimos 10 años, la comisión ha recibido un promedio de casi 16 mil quejas relacionadas con caimanes al año”, indica un folleto oficial.
Estos reportes, muchas veces relacionados con la presencia de los reptiles en garajes, piscinas, estanques o acequias, han llevado al desarrollo del Programa Estatal de Caimanes Molestos, que permite la remoción y matanza de alrededor de siete mil ejemplares anualmente.
Pese al aumento de interacciones, las autoridades destacan que gracias a programas como GatorWise, enfocados en la concientización pública, la tasa de mordeduras se ha mantenido estable. Estas iniciativas promueven prácticas seguras para reducir el riesgo de encuentros peligrosos, como no alimentar a los caimanes, mantener a las mascotas alejadas de cuerpos de agua y estar alerta en zonas propensas a su presencia.
Gracias a este enfoque preventivo, no es necesario recurrir al exterminio indiscriminado de la especie, en lugar de ello, se promueve la remoción selectiva de ejemplares que representan una amenaza real, permitiendo mantener el equilibrio ecológico y proteger tanto a los residentes como a los animales salvajes.