Monte Sierpe: el enigma andino de los 5200 huecos que revela la economía prehispánica del valle de Pisco

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Monte Sierpe, en el valleMonte Sierpe, en el valle de Pisco, destaca por su singular franja de más de 5200 huecos alineados, visibles desde el aire. (Composición: Infobae)

La imagen satelital sorprende por su precisión: una franja larga, con miles de huecos alineados, que asciende por la ladera seca de un cerro en el valle de Pisco. No existe otro lugar similar en los Andes. El sitio, conocido como Monte Sierpe, se convirtió en tema de debate académico desde que las primeras fotografías aéreas aparecieron en una edición de National Geographic en 1933. La singularidad de la forma, su longitud de más de un kilómetro y la repetición numérica de cada sección despertaron preguntas que recién ahora empiezan a tener respuestas más claras.

En la zona, el silencio domina la ruta. Quien intenta llegar confirma que el acceso no es simple. El arqueólogo José Román Vargas, director del Proyecto Monte Sierpe, lo explicó a Infobae Perú durante la entrevista: “El acceso al lugar no es sencillo, ya que llegar es una travesía, tomar movilidad hasta cierto punto y el resto es a pie, donde tienes que subir un cerro, pasar por los cultivos de los habitantes”. Esa distancia física favoreció que el sitio se mantenga fuera del tránsito urbano y evitó la destrucción que sí afectaron otras zonas arqueológicas del país.

El interés académico creció en los últimos años tras nuevas prospecciones y el análisis científico de muestras tomadas de los huecos. Las cifras, las líneas y la disposición repetida de estos espacios abiertos transforman la percepción del lugar. Se abrió así la posibilidad de reconstruir aspectos económicos prehispánicos del valle y la interacción entre grupos que ocuparon la zona antes y durante la presencia inca.

Hoy, después de casi un siglo de estudios intermitentes, Monte Sierpe vuelve a ocupar la discusión que le corresponde dentro de la arqueología peruana.

Miles de agujeros alineados revelan pistas de un antiguo mercado de trueque y sistema de contabilidad indígena en el sur de Perú Crédito: Jacob Bongers

El arqueólogo detalló que la evidencia recogida permite ubicar el sitio dentro del Período Intermedio Tardío y el horizonte previo a la expansión inca. “Cuando realizamos nuestras prospecciones, encontramos algunos fragmentos cerámicos. Si bien no eran de estilo inca, más se asemejaba al estilo chincha. Sin embargo, los fechados que se realizaron a partir de las muestras arrojan alrededor del 1320 al 1405, que coincide con la ocupación inca en el valle de Pisco”, señaló.

“El sitio tuvo dos momentos de ocupación. Durante el Señorío Chincha alrededor del año 1300 y posteriormente con la ocupación inca alrededor del 1400 en adelante”, señaló para Infobae Perú.

La ubicación muestra el motivo. Monte Sierpe se encuentra en un punto donde el valle se estrecha. La geografía permitió controlar el paso desde la costa hacia la sierra y desde el valle de Chincha hacia el de Pisco. El investigador lo explica así: “Este sector del valle se estrecha, hay un control del camino que conduce hacia la sierra y hacia la costa. Entonces tiene un poco de sentido que justo en esta sección del valle se estrecha, hay dos centros administrativos y en medio de estos dos centros administrativos tenemos un espacio para poder tributar al Estado inca.

La referencia es clara: el sitio se ubica entre Tambo Colorado y Lima La Vieja, aunque el enfoque de esta investigación se limita a Monte Sierpe.

En una colina árida delEn una colina árida del valle de Pisco se encuentra la Banda de agujeros de Monte Sierpe, una formación de más de 5.200 orificios alineados en patrones geométricos visibles desde el aire. (Composición: Infobae)

La pregunta central apunta a la función del sitio. Monte Sierpe tiene cerca de 5200 huecos identificados mediante imágenes de dron. Se distribuyen en más de 60 secciones, cada una con un número específico de filas y huecos. La repetición numérica sugiere un sistema organizado que no responde a un patrón improvisado.

A partir de las muestras sedimentarias se identificaron restos de maíz, calabaza, plantas de zonas altas y elementos que revelan transporte desde diferentes ambientes ecológicos. Esa diversidad indica un flujo constante de bienes.

Román Vargas explicó la hipótesis principal: “Durante el Señorío Chincha, este espacio, o Monte Sierpe, habría funcionado como un mercado. Existen fuentes históricas que señalan que el Señorío Chincha era una población en expansión, con especialistas económicos: pescadores, mercaderes y agricultores”. Esta interpretación permitiría comprender el movimiento de mercancías y el posible excedente agrícola de la zona.

El cambio ocurre con la presencia inca. El investigador señala: “Posteriormente, ya cuando llega la ocupación inca, este espacio se vuelve a utilizar, pero cambia a una forma de tributo para el Estado inca, lo que conocemos también como la mita”.

La transición del trueque a un sistema de redistribución estatal transforma la visión tradicional sobre los modelos económicos prehispánicos. El arqueólogo reflexiona: “Las investigaciones confirman que Monte Sierpe no es inexplicable, si no es un sistema monumental de contabilidad y logística”.

Al preguntarle si podía entenderse como un archivo económico, respondió: “Exacto, sí, porque tiene una similitud con un quipu encontrado en el valle de Pisco, que es un sistema contable”.

Seleccionar polen de Monte Sierpe: a) Malvaceae de MU01; b) Salix de MU03; c) Typha de MU03; d) Zea mays de MU03 (fotografías de C. Kiahtipes).

Las muestras tomadas entre 2022 y 2024 revelaron polen de Zea mays, Typha, Poaceae, así como restos de Cucurbita y Amaranthaceae. También se registraron diatomeas de origen marino y espículas de esponja. La presencia de estos materiales en huecos separados por más de un kilómetro indica una capacidad logística y una dinámica de almacenamiento más compleja de lo que se pensaba.

El patrón de alternancia entre filas de siete y ocho huecos, o registros de secciones completas con 50 u 80 unidades, aproxima el sitio a un sistema numérico. La comparación con un quipu local, mencionada por el equipo internacional que participó en la investigación, abre una línea de estudio clave para entender cómo se registraban productos y cantidades.

El proyecto continuará con excavaciones puntuales. Román Vargas estima que son necesarias para precisar la función exacta de los huecos: “Esperamos próximamente realizar excavaciones ya puntuales en el sitio, porque lo amerita, y conocer más a profundidad y encontrar nuevas materialidades dentro de estos hoyos o alrededor”.

El avance depende de recursos económicos: “Para generar un proyecto de investigación se necesita mucho recurso económico. A veces los recursos son limitados, entonces solo hacemos temporadas cortas durante el año”.

Robert Shippee American Natural HistoryRobert Shippee American Natural History Museum

El sitio llamó la atención desde las primeras fotografías aéreas de 1933. Investigadores como Porter Wallace, John Gillin y Charles Stanish examinaban sus particularidades desde distintas disciplinas. La singularidad se mantiene hasta hoy. “No tenemos otro sistema contable o no tenemos otra banda de hoyos similar a Monte Sierpe”, señaló el experto.

Esta condición lo convierte en un punto clave para comprender mecanismos económicos prehispánicos y la organización social del valle de Pisco. También permite cuestionar interpretaciones que explicaban el lugar como un simple alineamiento sin propósito económico.

El investigador destacó además que el sitio conserva parte de su estado original debido a su lejanía del área urbana. “Estos sitios se mantienen”, afirmó frente a la pregunta sobre la conservación del lugar.

A pesar del interés creciente de visitantes cautivados por las imágenes del sitio, Monte Sierpe no está preparado para recibir turismo. La razón no es solo la dificultad del acceso. Román Vargas explicó: “A veces hay un poco de recelo de la población que está alrededor, porque hay que cruzar sus campos de cultivo. A veces con sus movilidades particulares, eso ya genera molestia a la comunidad local”.

Para integrar el sitio a un circuito oficial, se necesita coordinación entre arqueólogos, comunidad, gobierno local y regional. “Es un trabajo en conjunto”, afirmó. Aunque un eventual circuito con Tambo Colorado sería atractivo, no existe una propuesta concreta para abrir rutas.

El proyecto Monte Sierpe cuenta con el apoyo del Instituto Peruano de Estudios Arqueológicos (IPEA) y el financiamiento de universidades como la University of South Florida y la University of Sydney. El equipo incluye especialistas de instituciones de Estados Unidos, Australia y Perú.

Tras las prospecciones de 2022, la toma de muestras en 2024 y la publicación de 2025, el próximo objetivo se centra en excavaciones, nuevas dataciones y análisis microbotánicos adicionales, siempre dentro del sitio.

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