Más de 1.100 vuelos fueron cancelados y cerca de 1.300 sufrieron retrasos el martes en los principales aeropuertos de Estados Unidos, según datos de FlightAware. La Administración Federal de Aviación (FAA) ordenó la reducción progresiva de vuelos en 40 terminales de alto tráfico debido a la escasez de personal provocada por el cierre de gobierno en Estados Unidos, que ya supera las seis semanas. Ciudades como Chicago, Nueva York, Atlanta, Dallas-Fort Worth, Washington D.C. y Miami figuran entre las más afectadas, con miles de viajeros enfrentando largas esperas, cancelaciones sucesivas y una creciente incertidumbre sobre sus planes de viaje.
De acuerdo con USA Today, solo entre el 7 y el 9 de noviembre se registraron 3.756 cancelaciones tras el inicio de las restricciones obligatorias. En el aeropuerto O’Hare de Chicago, se reportaron 30 retrasos y 26 cancelaciones en una sola mañana, agravados por una tormenta invernal. Los tres aeropuertos principales de Nueva York sumaron 76 retrasos y 36 cancelaciones, mientras que en Atlanta se contabilizaron 27 retrasos y 29 cancelaciones United Airlines publicó listas de vuelos cancelados que abarcan todo el día, desde las 6:00 hasta casi las 21:00. Algunos viajeros relataron que experimentaron hasta tres vuelos cancelados consecutivamente.
La FAA anunció que el porcentaje de vuelos cancelados aumentaría del 4% al 6% el martes, con previsión de llegar al 8% el jueves y al 10% el viernes. Desde el inicio de las cancelaciones obligatorias el 7 de noviembre, miles de vuelos han sido suprimidos, afectando especialmente a rutas entre grandes centros y ciudades más pequeñas. El gremio Airlines for America advirtió que más de 3,5 millones de pasajeros han sufrido retrasos o cancelaciones desde el inicio del cierre, y alertó sobre el riesgo de colapso ante la proximidad de la temporada alta de Acción de Gracias, cuando se esperan 31 millones de viajeros.
El prolongado cierre del gobierno federal ha dejado a empleados esenciales, como los controladores aéreos y el personal de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), trabajando sin salario durante más de 40 días. Aunque el Senado aprobó un acuerdo preliminar para reabrir el gobierno, la medida aún debe pasar por la Cámara de Representantes y recibir la firma del presidente Donald Trump. El mandatario expresó su descontento con los controladores ausentes y propuso un bono de $10.000 para quienes se mantuvieron en sus puestos.
La situación de los controladores aéreos se ha vuelto crítica. Antes del cierre, el sistema contaba con menos de 11.000 controladores certificados, un 30% por debajo de lo necesario. Las jornadas de hasta 10 horas y la obligación de trabajar seis días a la semana se han intensificado, con vacaciones restringidas y ausencias que, según la FAA, han oscilado entre el 20% y el 40% durante el cierre. Nick Daniels, presidente del sindicato de controladores, advirtió que “esta es la erosión del margen de seguridad que el público nunca ve, pero de la que Estados Unidos depende cada día”.
Aunque la reapertura del gobierno parece inminente, expertos consultados por USA Today prevén una recuperación lenta y desigual. Tiffany Funk, especialista en viajes, explicó que normalmente, tras una tormenta, una aerolínea puede recuperar operaciones en 48 a 72 horas, pero en este caso la situación es inédita y ocurre en plena temporada de tormentas. Funk anticipó que los aeropuertos restablecerán operaciones a ritmos distintos y que las aerolíneas no se verán afectadas por igual.
Ahmed Abdelghany, académico de Embry-Riddle Aeronautical University, recomendó a los viajeros consultar el estado de sus vuelos en las aplicaciones de las aerolíneas, llegar con antelación a los aeropuertos y considerar reprogramar sus viajes o adquirir seguros que cubran imprevistos. Para quienes no tienen urgencia, la sugerencia es posponer los desplazamientos.
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