Rolando Barbano y Marina Calabró celebraron un nuevo aniversario en su relación (Foto: Instagram)Rolando Barbano y Marina Calabró celebraron un aniversario de su amor y lo compartieron en redes sociales con una secuencia de imágenes que transmiten intimidad, ternura y una complicidad palpable. La pareja eligió festejar en un entorno distendido y personal, lejos de las formalidades, priorizando los gestos genuinos que los identifican y el espacio cotidiano en el que se sienten a gusto.
Las fotos documentan momentos espontáneos y llenos de movimiento: en la primera, se besan con los rostros muy cerca y ligeramente desenfocados, lo que refuerza la naturalidad del instante y el impulso del afecto; Barbano, con unas gafas y barba prolija, sostiene a Calabró, que sonríe con los ojos cerrados y lo abraza con confianza. En la segunda toma, el periodista le roba un beso en la mejilla a su pareja, quien mira a la cámara y sonríe ampliamente, recostada sobre el brazo de él en un gesto de relajación y felicidad compartida.
La tercera imagen los muestra abrazados y ambos mirando al lente, en una foto borrosa que resume el dinamismo del encuentro, la risa fácil y la cercanía cotidiana. La última, protagonizada por Marina en un primer plano resplandeciente, revela una chaqueta negra, el cabello rubio peinado en ondas y una sonrisa radiante. Barbano aparece atrás y la sostiene dentro del encuadre, logrando una imagen de complicidad auténtica. El fondo de todas las fotos es un interior luminoso, con ventanales que dejan ver el verde exterior y el mobiliario de madera y metal, aportando un aire cálido y hogareño.
El fogoso beso con el que Barbano celebró su aniversario con Calabró (Foto: Instagram)El intercambio de mensajes virtuales entre ambos sumó aun más calidez: “Me salieron borrosas pero al final te chapé. Feliz aniversario, mi reina”, escribió el periodista con humor y desparpajo, admitiendo la espontaneidad detrás de cada foto. Calabró respondió con igual cariño y sin perder el tono lúdico: “¡El chape más lindo del mundo! Feliz aniversario mi amor”.
Así, sin buscar grandes producciones ni imágenes perfectas, Rolando Barbano y Marina Calabró decidieron celebrar su aniversario con la simpleza y la autenticidad de los pequeños gestos, demostrando que la felicidad y el amor cotidiano se construyen en detalles y momentos únicos compartidos puertas adentro. Las imágenes y los mensajes dejaron a la vista una relación sólida, marcada por la alegría, la complicidad y la decisión de disfrutar lo esencial juntos, más allá de las exigencias o la exposición mediática.
Gracias a esta relación, la periodista logró superar una fobia que la acompañó durante años: el miedo a lavarse la cabeza en la ducha. La columnista de Lape Club Social (América TV) lo contó con tono distendido en su programa radial en El Observador, y no dudó en atribuir el avance al acompañamiento paciente de Rolando. Durante años, había sorteado la molestia de no poder ducharse por completo, optando por lavarse el cuerpo de una manera y el cabello en la bacha de la cocina, lo que volvía su rutina de higiene más engorrosa y larga.
El tema surgió en una charla sobre fobias personales, donde Calabró reconoció también su dificultad para flotar en el agua, un obstáculo en la temporada de verano. Sin embargo, destacó que al menos uno de sus viejos temores logró dejarlo atrás: “Igual, ya superé una de mis fobias...”, contó. Ante la curiosidad de su compañero Guido Záffora, Marina precisó que se trataba del miedo a lavarse la cabeza bajo la ducha, que condicionó durante mucho tiempo su día a día.
El factor clave en esta transformación fue, según la periodista, la ayuda activa de Barbano. “Me ha alentado... Te superviso, no te vas a ahogar, si hay una emergencia llamo al 911”, relató sobre la contención y el humor con el que él le transmitió seguridad durante los primeros intentos. La presencia de su pareja del otro lado de la mampara, vigilando y alentándola, le permitió finalmente adoptar el hábito de ducharse de forma tradicional, aunque admitió que aún no ha logrado superar su aversión a la sumersión completa.
Al repasar el beneficio práctico, Calabró reconoció cuánto facilitó su vida este cambio: la separación entre el lavado del cuerpo y del cabello quedó en el pasado, junto con el tiempo extra y el caos de los utensilios en la cocina. Así, gracias al apoyo y la paciencia de Barbano, Marina logró modificar una rutina que la había condicionado durante años, convirtiendo la confianza y el cuidado cotidiano en aliados para ganar calidad de vida y autonomía.
hace 4 horas
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