Maestra de fitness fue a consulta por un dolor de espalda y terminó al borde de la muerte tras la revisión

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La madre de tres pudoLa madre de tres pudo haber sufrido graves consecuencias. (Imagen ilustrativa Infobae)

Una mujer de 41 años, Carissa Klundt, asegura que un ajuste de rutina realizado por un quiropráctico supuestamente le provocó una disección de la arteria vertebral, condición que la dejó postrada en cama y enfrentando un “dolor constante”.

El incidente ocurrió en noviembre de 2022, durante una sesión con un quiropráctico suplente, tras lo cual comenzó a experimentar síntomas graves que pusieron en riesgo su vida, según reportó la revista People, citando una entrevista reciente del Daily Mail.

Klundt había recurrido regularmente a tratamientos quiroprácticos para aliviar el dolor de espalda que surgió después de una cirugía mayor para retirar implantes mamarios. Explicó que la intervención quirúrgica había provocado una tensión significativa en sus músculos, lo que la llevó a buscar alivio en estas sesiones. Sin embargo, durante una cita con un quiropráctico sustituto, un ajuste en su cuello desencadenó una serie de complicaciones.

Acudir al médico a tiempoAcudir al médico a tiempo pudo evitar una posible tragedia. (Imagen ilustrativa Infobae)

“Tan pronto como sucedió, supe que algo estaba mal. De todos modos, se oye un crujido cuando te ajustan el cuello, pero sabía que algo no había salido bien”, afirmó Klundt. Al regresar a casa, comenzó a sentir náuseas y, semanas después, presentó episodios de visión borrosa y desmayos.

“Tenía dolor en el cuello. Llegué a casa y sentí que iba a vomitar”, declaró la habitante de Las Vegas y madre de tres hijos.

Ante la insistencia de su esposo, Klundt acudió a la sala de emergencias, donde un escáner CAT reveló la presencia de una disección de la arteria vertebral (VAD). Esta condición, según explica la Cleveland Clinic, implica un desgarro en la arteria que recorre la columna vertebral, lo que puede afectar el flujo sanguíneo y aumentar el riesgo de complicaciones potencialmente mortales, como un accidente cerebrovascular.

“Dijeron que podría haber sufrido un derrame cerebral. Si no hubiera ido al hospital, habría ocurrido”, relató Klundt, quien fue trasladada de inmediato a la unidad de cuidados intensivos de otro hospital.

A tres años del incidente,A tres años del incidente, Klundt aún tiene miedo de que vuelva a sufrir algo similar. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El impacto del incidente fue devastador para Klundt y su familia. Durante el primer mes, estuvo prácticamente confinada a la cama, durmiendo hasta 17 horas al día y necesitando ayuda para caminar. “Estaba en un dolor constante. Mi vida quedó completamente en pausa”, explicó. Tres años después, aunque ha logrado cierta recuperación, su vida ha cambiado drásticamente.

La ex instructora de fitness y defensora del bienestar físico ya no puede realizar actividades que antes disfrutaba, como esquiar o enseñar clases de ejercicio. “Aún tengo miedo de que vuelva a ocurrir. Ahora estoy bien, pero ha sido un largo proceso de recuperación”, añadió.

Klundt subrayó que su intención no es culpar a nadie, sino generar conciencia sobre los riesgos asociados con este tipo de procedimientos. “Quiero que las personas entiendan cuáles son los síntomas y que esta es una afección potencialmente mortal”, afirmó. Además, expresó su arrepentimiento por haber acudido al quiropráctico, destacando que su experiencia ha sido profundamente traumática tanto para ella como para su familia.

“Estaba sana, activa y en plena sintonía con mi cuerpo. Es un cambio radical en mi estilo de vida. Nunca volveré a esquiar, nunca más subiré a una montaña rusa. Ya no doy clases de fitness”, dijo Klundt.

La disección de la arteria vertebral es una condición poco común pero grave, que puede ser desencadenada por movimientos bruscos del cuello. Según los expertos, es fundamental que las personas estén informadas sobre los posibles riesgos de ciertos tratamientos y que busquen atención médica inmediata si experimentan síntomas como dificultad para mantener el equilibrio, mareos, pérdida auditiva, dolores de cuello y cabeza, así como dificultad para hablar y vértigo.

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