Logística, proveedores y anticipación: la cadena que mantiene en movimiento a la industria química

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Iván Faraone es jefe deIván Faraone es jefe de supply chain en una empresa de mantenimiento industrial (Foto: Movant Connection)

La logística es la sangre de la empresa”, afirma Iván al describir un trabajo que atraviesa cada etapa de la producción. Desde la validación de proveedores hasta la entrega del producto final, su mirada combina la precisión técnica de la industria química con la necesidad constante de coordinación y anticipación que exige la cadena de suministro.

Los productos más utilizados tienden a ser desengrasantes y solventes. Se emplean para la limpieza de maquinarias, autoelevadores o vías de trenes, y sirven para remover grasas pesadas generadas por aceites y otros compuestos. Son productos fundamentales para mantener los equipos en condiciones y garantizar que los procesos de producción no se detengan.

La mayoría los necesita para el día a día. Son esenciales en las líneas de producción y en los sectores de mantenimiento. En cualquier industria que trabaje con maquinaria, estos productos son parte de la rutina: limpieza, lubricación y prevención de fallas. La idea es estar siempre presentes en cada etapa del mantenimiento industrial.

Tiene un rol enorme, sobre todo porque se trabaja con materias primas importadas. En el rubro químico, dependemos mucho del abastecimiento externo, así que la confiabilidad de los proveedores es clave.

Cualquier cambio en una materia prima puede alterar el producto final. Por eso es fundamental validar proveedores y trabajar con materiales certificados. Es un proceso en el que interviene el área de laboratorio y requiere precisión, control y seguimiento constante.

Hay muchos. En la industria química hay regulaciones tanto para importar como para fabricar y vender. No cualquiera puede hacerlo: hay que estar habilitado por distintos organismos y cumplir con normas específicas, sobre todo cuando los productos pueden tener contacto con la piel o usarse en ámbitos domésticos. Las materias primas deben estar certificadas y los proveedores también, porque cualquier falla en ese punto afecta toda la cadena.

La coordinación y la anticipación. Hay mucha volatilidad en el mercado y todo depende de los plazos de entrega. Si una materia prima no llega a tiempo, se frena la producción y eso genera un efecto en cadena. Entonces hay que estar encima de todo: desde la llegada del material hasta que el producto terminado sale del depósito. Controlar los procesos, validar cada paso y prever posibles demoras es parte de la rutina.

Es fundamental. Los proveedores son socios estratégicos. Hay que construir confianza, comunicación y buena relación, porque muchas veces son ellos los que te ayudan a resolver un problema urgente. Si no hay vínculo, si no hay esa buena sintonía, es difícil que te den una mano cuando lo necesitás. Esa relación diaria es clave, no solo en el rubro químico, sino en cualquier industria.

Con respecto a los proveedoresCon respecto a los proveedores en la industria química, Iván comenta que "cualquier cambio en una materia prima puede alterar el producto final. Por eso es fundamental validar proveedores y trabajar con materiales certificados" (Foto: Shutterstock)

La logística en Argentina está creciendo mucho. Cada vez hay más conciencia sobre su importancia. Tener camiones propios te da control y cuidado, pero también implica costos, mantenimiento y responsabilidad. Tercerizar puede ser más práctico y muchas empresas lo hacen porque les permite simplificar.

Cuando contratás un servicio logístico externo, tenés garantías, seguimiento en tiempo real y menos carga operativa. Al final, depende de la cultura de cada empresa: algunas prefieren manejar todo internamente y otras optan por delegar.

Tengo un mentor que siempre dice que la logística es la sangre de la empresa, y creo que tiene razón. Es lo que conecta todo: desde la materia prima hasta el producto final. Si algo falla en logística, se frena la facturación, se acumulan los pallets, se retrasa una entrega. La logística recorre toda la empresa, y por eso tiene que estar siempre en movimiento, igual que la sangre.

El consumo está bajo, y eso se nota en varios rubros. Hay más estabilidad en los precios, pero eso también hace que las empresas tengan que ser más competitivas. En tiempos de inflación, muchas firmas podían ajustarse más rápido; hoy, con un escenario estable, se mira más cada costo. Eso obliga a ser más eficientes y a entender mejor al consumidor. En el fondo, es una oportunidad para mejorar.

El aprendizaje constante. Supply chain es un área que evoluciona todo el tiempo: automatización, digitalización, inteligencia artificial. Me entusiasma ver cómo las fábricas adoptan nuevas tecnologías, depósitos robotizados o softwares de seguimiento. Todo eso impulsa mejoras en eficiencia y abre nuevas oportunidades de crecimiento profesional.

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