Hace un año, cuando tocaba a su fin el invierno austral, el presidente argentino Javier Milei festejaba: la inflación había caído del 25,5 por ciento mensual al iniciar su mandato en diciembre de 2023 a menos del 5 por ciento en agosto; la devaluación del peso frente al dólar había frenado y el consumo de los hogares se recuperaba, mientras el mundo veía con optimismo a Argentina, cuyo riesgo país –diferencial de intereses de los bonos argentinos sobre los del tesoro estadounidense– se reducía de 2.500 puntos a 500 en apenas seis meses.
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Esos logros están en grave peligro. En un ambiente político cargado por las derrotas del Presidente en el Congreso y en las elecciones de la provincia de Buenos Aires, el 7 de septiembre, donde el peronismo opositor obtuvo 47 por ciento contra apenas 33 por ciento de La Libertad Avanza de Milei, y por escándalos de corrupción que apuntan a Karina Milei, hermana del mandatario y poderosa secretaria general de la Presidencia, las cuentas económicas se están enredando.
Todas estas circunstancias están interactuando. Mientras los escándalos golpean la credibilidad de Milei, sus derrotas políticas ponen en duda su capacidad para sacar adelante las reformas económicas que necesita Argentina. En ese marco, la incertidumbre de los consumidores y de los inversionistas contribuye a deteriorar la economía.
El gobierno de Javier Milei enfrenta un escándalo de corrupción que salpica a su hermana, Karina. Foto:Agencias AFP y EFE y Archivo EL TIEMPO
Las cosas aún iban bien en abril, cuando Milei consiguió un sólido respaldo del Fondo Monetario Internacional. Tras darle el visto bueno al programa del ministro de Economía, Luis Caputo, el FMI desembolsó un crédito de US$ 20.000 millones. Animados por ese respaldo y por renegociaciones que aplazaron pagos de deuda por otros US$ 20.000 millones, Milei y Caputo eliminaron el cepo cambiario, viejo mecanismo que limitaba la capacidad de personas naturales y jurídicas para comprar dólares.
El Gobierno fijó entonces una franja cambiaria de entre 1.000 y 1.400 pesos, de modo que si el dólar subía hasta los 1.400 pesos, el Banco Central salía a vender divisas para aliviar la presión. Los argentinos que tenían ahorros en pesos corrieron a comprar dólares, casi US$ 15.000 millones en unas pocas semanas. Muy pronto, y en una señal inequívoca de la pérdida de confianza en Milei, los mercados sintieron que faltaban dólares y presionaron el techo de la banda cambiaria.
A inicios de agosto, el dólar se acercó a 1.400, y en septiembre rompió el techo de la banda, lo que obligó al Banco Central a liquidar un buen paquete de dólares: solo la semana pasada, vendió más de US$ 1.000 millones. Como dijo este domingo el Financial Times, “esta dinámica es insostenible”. Para el prestigioso diario económico británico, la crisis argentina “se va a agudizar”.
En su intento por frenar la devaluación, en agosto el ministro Caputo restringió la liquidez al aumentar hasta el 53 por ciento el encaje bancario (la cantidad de pesos que los bancos deben congelar sin prestarlos a sus clientes). Para una economía ya resentida por las restricciones de gasto del Gobierno, el efecto fue un frenazo en las actividades: aunque en el segundo trimestre de 2025 el PIB creció más de 6 por ciento frente al año anterior, cayó 0,1 por ciento con respecto al primer trimestre del año. La meta de crecer este año más de 5 por ciento, con base en la cual el FMI y el ministerio de Economía hicieron sus cálculos, luce inalcanzable: los expertos dudan que el crecimiento llegue a 4 por ciento, cifra insuficiente para lo que Argentina necesita.
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Baja de popularidad
“Todo atenta contra las ambiciosas metas de recuperación económica que se trazó Milei”, le dijo off the record a periodistas en París un diplomático argentino. “La motosierra dejó sin puesto a más de 50.000 empleados públicos, y las medidas de restricción económica han llevado al sector privado a echar a la calle a decenas de miles de trabajadores, y en algún momento esto va a producir un estallido social –agregó la fuente– sobre todo si los escándalos de corrupción siguen, pues a ese ejército de nuevos desempleados les sabe mal quedarse sin trabajo mientras en el Gobierno fluyen las coimas”.
Es probable que esos 50.000 empleados oficiales fueran parte del ejército de quienes cobraban sueldo sin siquiera ir a trabajar, como era costumbre en los gobiernos peronistas, pero los 98.700 obreros y empleados del sector privado que perdieron sus puestos sí laboraban y hoy acumulan resentimiento contra Milei, que prometió acabar con la corrupción de lo que llama “la casta”, la élite política que ha saqueado por décadas las arcas argentinas.
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Dos grandes escándalos han lesionado la imagen de honesto de Milei. El primero, en febrero, cuando el mandatario recomendó en su cuenta de X la criptomoneda ‘$Libra’, que en una sola noche pasó de valer mucho menos de 1 centavo de dólar a cotizarse a US$ 5,2, para luego caer a un valor casi nulo. Unos 75.000 inversionistas argentinos y de otros países perdieron casi 290 millones de dólares que quedaron en manos de los creadores de la moneda, a quienes Milei les dio público respaldo.
Protesta contra la hermana del presidente, Karina Milei, salpicada por el escándalo. Foto:AFP
Algunos testigos de la estafa sacaron a la luz el nombre de la hermana del mandatario, la secretaria general de la Casa Rosada, Karina Milei, acusada de cobrar varios miles de dólares a emprendedores como los promotores de ‘$Libra’, por una cita con el presidente.
Su nombre ha vuelto a sonar en otro escándalo, al ser mencionada en unas grabaciones divulgadas a mediados de agosto, donde quedan en evidencia pagos de sobornos por contratos de suministros de un programa presidencial para atender a los discapacitados. “A Karina le debe llegar el 3 o el 4”, dice uno de los implicados al referirse, al parecer, al porcentaje del valor del contrato en que se tasa la coima.
Las cifras de aprobación a la gestión de Milei nunca han sido arrasadoras, pero tuvo momentos en que rondaban el 50 por ciento, un buen resultado en un país polarizado. Según cifras de AtlasIntel para Bloomberg, en el primer trimestre de 2025, la desaprobación superó a la aprobación, pero tras la liberación del cepo cambiario, los encuestados que aprobaban la gestión de Milei volvieron a subir hasta 48 por ciento.
En un nuevo sondeo de AtlasIntel, entre el 10 y el 14 de septiembre, la aprobación se derrumbó a 42 por ciento, mientras el rechazo se trepó por encima de 53 por ciento, marcando las peores cifras de Milei desde que se instaló en la Casa Rosada. Como explicaba la revista francesa Le Grand Continent, “Milei se ve debilitado por las acusaciones de malversación de fondos reveladas en agosto, que implican a su hermana…”. Agregó la revista que “la corrupción es ahora identificada por los votantes como el problema más importante del país, con un 53 por ciento en septiembre, frente al 37 por ciento del mes pasado…”
Atacan caravana en la que viajaba Javier Milei. Foto:Redes Sociales - La Nación (GDA)
Los retos que deberá encarar Javier Milei
Milei enfrenta tres desafíos críticos de cuya resolución, en estas semanas, depende el futuro de su gobierno. El primero tiene que ver con la corrupción. Como bien explicó el diplomático argentino en París, “ni el escándalo de Karina se puede agravar, ni puede estallar otro caso porque muchos argentinos han estado dispuestos a afrontar sacrificios con tal de que el presidente consiga relanzar la economía, pero esos sacrificios se vuelven causa de indignación si se instala la idea de un gobierno corrupto”.
El segundo desafío es la economía misma y, en especial, la estabilidad del peso frente al dólar. Si la presión devaluacionista sigue, los mercados comenzarán a temer que Argentina se quede sin divisas, lo que quitaría aún más credibilidad al programa económico de Milei.
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Una mano le tendió este lunes el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, al publicar en su cuenta de X que “Argentina es un aliado sistémicamente importante de Estados Unidos en América Latina, y el Departamento del Tesoro está dispuesto a hacer lo que sea necesario dentro de su mandato para apoyar a la Argentina”, lo que, al parecer, incluye un préstamo directo del Tesoro para fortalecer el Fondo de Estabilización Cambiaria.
Javier Milei durante un acto de campaña en Buenos Aires. Foto:AFP
A esto se sumó que ayer, en el marco de la Asamblea General de la ONU que se celebra en Nueva York, Donald Trump y Milei protagonizaron un encuentro tras el cual el mandatario estadounidense ratificó que su país brindará apoyo financiero a Argentina, pero aclaró que no se trata de un “rescate económico”. Trump incluso fue más allá en su respaldo al libertario al coquetear con la idea de la reelección de Milei en 2027.
Al mismo tiempo, Caputo optó por eliminar, hasta el 31 de octubre, las retenciones que, por años, el fisco le ha aplicado a un porcentaje de los ingresos en dólares que obtienen los exportadores, en especial los de soya, maíz y trigo, productos que, en 2024, produjeron US$ 28.800 millones en ventas al exterior. Esas retenciones –que han subido en ocasiones por encima del 40 por ciento– han sido un rubro importante de los ingresos fiscales. Al suspenderlas, Caputo busca que esos dólares circulen y le den liquidez al mercado cambiario.
La operación del préstamo del Tesoro no está exenta de riesgos, como lo advirtió el exministro de Economía y senador opositor, Martín Lousteau, al señalar que eso aumentaría la dependencia de Washington. Lousteau llamó a Milei y Caputo a revisar las causas de la crisis cambiaria y también invitó al Gobierno a “reconfigurar la política” para contar con mayor apoyo parlamentario. Desde junio, y tras una pelea con los gobernadores, el Gobierno ha perdido el 80 por ciento de las votaciones en el Congreso.
El tercer desafío de Milei tiene justamente que ver con el parlamento. El 26 de octubre, los argentinos irán a las urnas para renovar 127 de las 257 bancas de la Cámara de Diputados, y 24 de las 72 del Senado. La buena noticia para Milei es que, según la misma encuesta de AtlasIntel, su partido es favorito, con una intención de voto de 39,8 por ciento, contra 35,6 por ciento de los peronistas.
Presidente de Argentina Javier Milei Foto:AFP
La mala noticia es que la distancia en los sondeos entre los dos grupos se ha reducido: era de 11 por ciento hace tres meses y ahora es 4,2 por ciento. Se trata de una tendencia peligrosa para Milei, pues si sale derrotado, se quedará sin un Congreso que apoye sus reformas, la credibilidad del programa del hombre de la motosierra saldrá más golpeada de lo que está, y la economía argentina enfrentará mayores problemas.
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