Gustavo Manriquez es CEO experto y referente en industria financiera (Foto: Movant Connection)“Todavía ni siquiera entendemos hacia dónde vamos a ir con tanto cambio tecnológico”. Con esta frase, Gustavo resume la magnitud de la transformación que atraviesa el sistema financiero. Desde la irrupción de la inteligencia artificial hasta el auge de las fintech, reflexiona sobre cómo la innovación redefine la experiencia del cliente, el liderazgo y el vínculo entre la banca y el comercio exterior.
En los noventa el cambio era lento, pero existía. Sin embargo, lo que está ocurriendo en los últimos dos años es tremendo. La inteligencia artificial, las nuevas codificaciones, la velocidad con la que evoluciona todo... ni siquiera terminamos de entender hacia dónde vamos. Las fintech fueron pioneras en aplicar tecnología sin fricción y con una gran experiencia de cliente. Eso obligó a los bancos a mejorar. Hoy la competencia nos impulsa a innovar y a ofrecer una mejor propuesta de valor.
Con un gran equipo. Esa es la clave. Rodearte de gente talentosa, apasionada, que inspire y se anime a transgredir los límites. La gestión pasa por confiar en ellos. Después, claro, hay indicadores y seguimientos, pero el equipo lo determina todo. Las personas inspiradas en romper esquemas son las que logran que la tecnología se gestione de una forma distinta.
Sí, pero antes de hablar de educación financiera hay que hablar de estabilidad. La cultura del ahorro nace en países predecibles, con reglas claras, una moneda fuerte y una macroeconomía ordenada. Si el peso no es una moneda de ahorro, es difícil generar una cultura financiera.
Cuando un país ofrece previsibilidad, la gente empieza a pensar en el futuro, a planificar, a ahorrar. Esa es la base. Por eso creo que construir una Argentina seria y estable será lo que finalmente impulse la educación y la inclusión financiera.
La relación es natural y recíproca. Los bancos acompañamos a pymes y grandes empresas exportadoras. En nuestro caso tenemos un área de comercio exterior muy activa, cercana, que guía a las empresas sobre normativas y procesos.
Pero, como dije antes, para que la exportación crezca se necesitan reglas claras, previsibilidad y políticas económicas consistentes. Una Argentina que crece es una Argentina que exporta: energía, campo, industria, lo que sea. El comercio exterior es vital para el futuro económico del país.
"La inteligencia artificial, las nuevas codificaciones, la velocidad con la que evoluciona todo... ni siquiera terminamos de entender hacia dónde vamos", confiesa Gustavo (Imagen: Shutterstock)Esa es la esencia del liderazgo actual. Me considero un líder cercano y moderno: uso la tecnología, pero sin perder empatía. Primero hay que entender al cliente, luego adaptar los procesos. Si algo no encaja, se busca una solución, siempre dentro de las normas. El punto de partida es la persona, no el sistema.
Excelente. Aprendo mucho de ellos y me divierte desafiarlos. Hoy el líder de inteligencia artificial del banco tiene menos de 30 años, y trabajamos codo a codo. Estoy en una etapa donde sé lo que quiero lograr, pero no siempre sé cómo hacerlo. Y ahí es donde las nuevas generaciones tienen un rol clave: ellas traen el cómo. Hay que confiar, escuchar y dejarse llevar por su mirada.
Uno basado en la seguridad y la confianza. Me gusta inspirar y exigir, porque sin exigencia no hay resultados. Siempre digo: me gusta hacer que las cosas sucedan. Pero también incorporé otra frase que me representa mucho: nadie puede competir con quien se divierte haciendo lo que hace. La diversión es parte esencial del trabajo. Si uno se apasiona, se exige y disfruta, todo fluye.
El rugby me enseñó todo. A conocer mis debilidades y transformarlas en fortalezas, a trabajar en equipo, a confiar en el líder, a leer los movimientos del rival y anticiparme. También el compromiso y la disciplina: no faltar nunca, estar siempre presente. Esa cultura de esfuerzo, análisis y compromiso es la que llevo al mundo profesional.
Enorme. Si entendemos realmente ese potencial y trabajamos con seriedad, la próxima década puede ser extraordinaria. Tenemos todo: energía, campo, industria, recursos humanos. Solo necesitamos reglas claras y visión a largo plazo. El comercio exterior es la llave del desarrollo argentino. Y si hacemos las cosas bien, la próxima década puede ser gloriosa.
hace 1 hora
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