
La investigación por el secuestro y tortura de dos trabajadores en una finca de Llanogrande (Antioquia), propiedad de la familia de la cantante Greeicy Rendón y su esposo, el también artista Mike Bahía, dio un nuevo giro tras revelarse posibles irregularidades en el operativo policial.
Según la fiscal del caso, los agentes que atendieron la emergencia habrían recibido “presiones desde Bogotá” para evitar la inspección de la vivienda, la incautación de armas y la recolección de pruebas.
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“Llevamos dos años en la investigación y eso no está en el papel, pero lo sé por manifestación de la policía: todas presiones desde Bogotá porque se trataba del inmueble de dos cantantes reconocidos, Greeicy y Mike Bahía, para que no se inspeccionara la vivienda, para que no se encontrara el vehículo y las armas y se pusieran a disposición”, aseguró la fiscal durante la audiencia, según reveló la revista Cambio.
El episodio que derivó en la captura de Luis Alberto Rendón, padre de Greeicy y suegro de Mike Bahía, ocurrió el 8 de mayo de 2023 en un exclusivo conjunto residencial donde también reside el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
La fiscalía señaló que, pese a la gravedad del caso, no se practicó una inspección en el lugar de los hechos, lo que impidió recuperar armas, teléfonos y otros elementos clave para la investigación.
Fuentes citadas por el medio citado indicaron que la captura en flagrancia fue realizada por dos patrulleros, con apoyo de otros uniformados asignados a la seguridad de Uribe Vélez en la finca vecina.
Sin embargo, la falta de diligencias judiciales levantó sospechas sobre una posible manipulación de la escena del crimen.

“Cómo es que los policías llegan ahí, ven dos personas altamente lesionadas que cuentan del secuestro y la tortura, y en la flagrancia no buscan las armas que portaban los cinco ciudadanos (...) Dónde quedaron las armas, pero dicen que de Bogotá llamaron y que tal y que tal”, cuestionó la fiscal durante la audiencia.
La imputación contra Luis Alberto Rendón se sustenta en los testimonios de las víctimas —Elder y Francisco, trabajadores de construcción—, quienes relataron que fueron retenidos, golpeados y torturados dentro de la finca.
Ambos aseguraron que fueron entregados por Rendón a cinco hombres vestidos de negro, armados con un fusil, una escopeta y una pistola, quienes los interrogaron por el presunto robo de una caja fuerte.