Estas son las técnicas de manipulación psicológica más usadas por los políticos

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La manipulación psicológica de losLa manipulación psicológica de los políticos consiste en estrategias deliberadas para influir en las percepciones, emociones y comportamientos de la ciudadanía (El extremo sur de la Patagonia)

En los últimos días, el nuevo presidente del Perú, José Jerí, ha realizado una serie de acciones con la intención de mejorar su imagen ante los peruanos. Debido a que es de conocimiento público que el mandatario ha sido acusado de violación sexual y seguía numerosas cuentas pornográficas en redes sociales, ahora en los medios de comunicación se le ha visto, por ejemplo, rescatando perritos abandonados, cargando las andas del Señor de los Milagros y saludando a trabajadoras de la limpieza pública. Estas imágenes tienen como objetivo transmitir cercanía, humildad y compromiso popular.

Pero, si bien el acercamiento al ciudadano puede formar parte de una agenda legítima, en el ámbito político es común que se utilicen estas acciones como parte de técnicas de manipulación psicológica: estrategias deliberadas para influir en las percepciones, emociones y comportamientos de la ciudadanía.

Una de las técnicas deUna de las técnicas de manipulación psicológica es mostrar que el político comparte los valores del ciudadano común (Imagen Ilustrativa Infobae)
  • Gestos simbólicos de servicio: realizar acciones con alto valor emocional (rescate de animales, saludo a trabajadores) para generar una imagen de cercanía.
  • Visualización digital y pantallas de apoyo: uso estratégico de imágenes en redes sociales para mostrar “la otra cara” del político: cercano, humano, “como tú”.
  • Apelación emocional antes que racional: priorizar emociones (compasión, orgullo, gratitud) sobre datos o políticas concretas.
  • Falsa espontaneidad: actos que parecen improvisados o genuinos, cuando en realidad están planificados como parte de la estrategia mediática.
  • Desvío de atención: mientras se difunde una buena noticia simbólica, se evitan o minimizan los debates sobre acciones concretas, responsabilidades o información difícil.
  • Proyección de identificación grupal: mostrar que el político comparte los valores del ciudadano común: cuidado del medio ambiente, amor por los animales y la fe religiosa. Esto genera una conexión psicológica.
  • Refuerzo constante de la narrativa de “yo estoy con ustedes”: a través de repeticiones, imágenes, mensajes en redes, se consolida la idea de que el político es parte del pueblo, y no “un otro”.

Estas técnicas no son necesariamente ilegales o inmorales por sí solas; el objetivo no es demonizar la comunicación política, sino reconocer cuándo se está usando la persuasión emocional deliberada y cuándo se debe exigir también contenido sustancial, coherencia con acciones y transparencia.

Los políticos tienen un interés vital en construir y mantener una imagen positiva, generar confianza, movilizar apoyos y controlar narrativas públicas. Las técnicas de manipulación psicológica ayudan a cumplir estos objetivos mediante el uso de emociones, símbolos, conexión visual y apelaciones indirectas. Algunas razones por las que recurren a estas estrategias incluyen:

  • Gestionar la percepción pública: una acción simbólica, como cargar andas o rescatar animales, puede generar una sensación de empatía y liderazgo cercano.
  • Desviar atención de asuntos complejos: mientras se focaliza en lo emotivo o simbólico, temas controversiales (corrupción, denuncias, promesas incumplidas) pueden quedar en segundo plano.
  • Activar componentes afectivos: mostrar vulnerabilidad, servicio o “contacto con el pueblo” puede generar un vínculo emocional que reduce la crítica racional.
  • Crear una narrativa dominante: si la ciudadanía internaliza la imagen de “político cercano y sensible”, disminuye la resistencia a su gestión, aunque existan vacíos o fallas.
  • Refuerzo de autoridad o legitimidad: a través de gestos públicos, el político puede reforzar que “está del lado del ciudadano”, aunque su poder surja de estructuras diferentes.
Exige transparencia a los políticos: pide datos claros, rendición de cuentas y seguimiento a promesas (Imagen Ilustrativa Infobae)

En este contexto, reconocer el uso de estas técnicas es clave para mantener un pensamiento crítico y no dejarse llevar únicamente por lo simbólico.

  • Evalúa los hechos, no solo la imagen: pregúntate qué políticas concretas hay detrás del gesto simbólico. ¿Se está cumpliendo lo prometido?
  • Cuida tu pensamiento crítico: no aceptes automáticamente que un acto emotivo implica gestión efectiva u honestidad.
  • Exige transparencia: pide datos claros, rendición de cuentas y seguimiento a promesas. Una foto con perrito no reemplaza políticas públicas.
  • Separa el mensaje del medio: entender que las redes sociales o la televisión son herramientas de imagen, pero lo importante son las decisiones, no solo el escenario.
  • Fomenta el debate informado: conversa con otras personas, busca fuentes independientes, exige que los medios contrasten la imagen con la sustancia.
  • Cuida tus emociones: identifica cuándo te estás sintiendo emocionalmente motivado por un gesto simbólico y pregúntate por qué. Eso ayuda a no dejarte llevar solo por la emoción.
  • Haz seguimiento: si el político realiza el gesto, revisa qué pasó después: ¿hubo un impacto real? ¿Se informó sobre los resultados?
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