
Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania advirtieron este martes que volverán a aplicar las sanciones internacionales contra Irán si no recibe un compromiso firme de Teherán para contener su programa nuclear antes del 29 de agosto, según informaron autoridades europeas. La decisión, respaldada por la Unión Europea (UE), se anunció tras una reunión de ministros de exteriores en Bruselas.
“Francia y sus socios están justificados en reimponer embargos globales sobre armas, bancos y equipos nucleares que se levantaron hace 10 años. Sin un compromiso tangible y verificable de Irán, lo haremos antes de que acabe agosto como muy tarde”, afirmó el ministro de Exteriores francés, Jean-Noël Barrot.
Más tarde, en una llamada con el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, ratificaron la decisión.
La fecha marca el inicio de un proceso que podría conducir a la reimposición total de sanciones antes del 15 de octubre. Esta medida permitiría a los firmantes europeos del acuerdo nuclear de 2015 –Reino Unido, Francia y Alemania– mantener influencia en futuras negociaciones con Irán. Los países europeos reclaman el retorno de inspectores nucleares de la ONU a territorio iraní, con el objetivo de impedir cualquier modificación del programa nuclear tras los ataques estadounidenses de junio.
El diseño del acuerdo nuclear de 2015 concede a las potencias europeas la capacidad de activar el mecanismo de “snapback” –el restablecimiento automático de sanciones– sin que China o Rusia puedan vetar la medida. Los europeos pueden, no obstante, aplazar la imposición de dichas sanciones para posibilitar consultas diplomáticas adicionales.
El mecanismo se aplicaría bajo el capítulo siete de la Carta de la ONU y obligaría a restablecer seis resoluciones internacionales, entre ellas la que exige a Irán suspender todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento y reprocesamiento de uranio, incluso las de investigación y desarrollo. Otra resolución prohibiría que los miembros de la ONU transfirieran productos, materiales o tecnologías susceptibles de fomentar el programa nuclear o de misiles de Irán.
Especialistas iraníes en sanciones subrayan que este proceso no detendría automáticamente los envíos de petróleo de Irán ni cortaría el acceso al sistema financiero internacional general, pero los países y bancos estarían obligados a abstenerse de proporcionar ayuda financiera, nuevos créditos o préstamos preferenciales al gobierno iraní, salvo para fines humanitarios o de desarrollo.
El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, advirtió la semana pasada de que la activación del “snapback” significará “el fin del papel de Europa en la cuestión nuclear iraní y puede ser el punto más oscuro en la historia de las relaciones entre Irán y los tres países europeos, un punto irreparable”. Araqchi insistió en que “si estos países avanzan hacia el snapback, harán aún más difícil y complejo resolver la cuestión nuclear”.
El portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Esmail Baqai, calificó este lunes de “carente de fundamento jurídico, político y ético” la decisión europea, argumentando que “los países europeos han violado sus compromisos esenciales en el acuerdo nuclear y no tienen legitimidad para recurrir a este mecanismo”. Baqai criticó que Europa no haya compensado los daños tras la retirada unilateral de Estados Unidos en 2018, resaltando que Irán permaneció en el acuerdo un año más antes de comenzar a reducir sus compromisos.
No obstante, Irán no descartó una futura reunión con Estados Unidos sobre el programa nuclear, aunque aún no existe fecha fijada. El presidente iraní, Masud Pezeshkian, declaró este lunes que el país mantiene su apuesta por “la diplomacia y el compromiso constructivo”, subrayando que “la ventana de la diplomacia sigue abierta y se continuará este camino con seriedad”.
Las tensiones se incrementaron tras el ataque israelí contra objetivos iraníes el 13 de junio, lo que desencadenó 12 días de enfrentamientos armados en los que intervinieron tanto Israel como Estados Unidos. El 22 de junio, fuerzas estadounidenses bombardearon instalaciones nucleares en Fordow, Isfahan y Natanz. El alcance de los daños sigue sin confirmarse.
Desde abril, Irán y Estados Unidos habían celebrado cinco rondas de conversaciones en Omán, interrumpidas por la escalada del conflicto. Teherán insiste en que su programa nuclear tiene fines pacíficos y energéticos, mientras que Israel y países occidentales, encabezados por Washington, sostienen que Irán busca desarrollar armas nucleares.
(Con información de AFP y EFE)