El hombre que construyó su propio R2-D2 y lo llevó de Michigan a escuelas y hospitales para inspirar sonrisas

hace 2 horas 43
Una afición nacida en laUna afición nacida en la infancia se transforma en motor de alegría y vocaciones científicas para jóvenes y pacientes de Michigan (Facebook Kurt Zimmerman)

Kurt Zimmerman, residente de Michigan, convirtió su amor por los droides de Star Wars en una fuente de alegría para escuelas y hospitales, llevando su entusiasmo mucho más allá de su taller. Todo comenzó en 1977, cuando se fascinó con R2-D2 al verlo por primera vez en la pantalla grande.

“R2-D2 es el primer personaje que vemos en pantalla... Y de inmediato pensé: ‘¡Tengo que tener uno de esos!’”, recordó Zimmerman en una entrevista con Popular Science. Tras criar a su familia y dirigir una ferretería, decidió finalmente llevar a cabo aquel sueño de la infancia y construir su propio droide.

En 2011, Zimmerman se unió al “R2-D2 Builders Club”, una comunidad global respaldada por Lucasfilm que reúne a aficionados para eventos oficiales. Por entonces, apenas había unos 200 droides fuera de los estudios de la saga.

El club se transformó en un espacio clave para aprender y compartir ideas: “Hice unos dos meses de investigación, porque documentan todo”, explicó Zimmerman.

Mientras algunos miembros utilizaban avanzadas técnicas de hidroconformado para replicar las cúpulas metálicas, Zimmerman, con su experiencia en carpintería, diseñó los marcos en madera contrachapada y logró acabados que imitaban al metal mediante un minucioso trabajo de lijado y pintura.

Incorporar funciones remotas y sonidos auténticos fue resultado del intercambio dentro del club. Zimmerman empleó un control remoto de aeromodelismo, mientras otros usaban sistemas personalizados o mandos de consola. “La clave es no mirar el proyecto completo, porque parece imposible. Hay que dividirlo en pequeñas tareas y avanzar una por una”, dijo a Popular Science.

El saber técnico artesanal seEl saber técnico artesanal se encuentra con la innovación colaborativa de una comunidad global para crear réplicas únicas de los míticos droides (Facebook Kurt Zimmerman)

Lo que comenzó como un hobby pronto se transformó en algo mucho más grande. Gracias al aval oficial de Lucasfilm, el R2-D2 Builders Club —al igual que la famosa 501st Legion— tiene vía libre para participar en eventos oficiales de la saga. Con ese respaldo, Zimmerman llevó sus droides de las butacas al centro de la acción, haciéndolos desfilar tanto en la cancha de los Detroit Pistons como en el hielo de los Red Wings.

El impulso más significativo vino cuando sus nietos lo invitaron a realizar una exhibición escolar. La primera demostración en cuarto grado derivó rápidamente en presentaciones para preescolar, primaria y secundaria.

Zimmerman adaptó sus presentaciones según la edad: desde la magia de R2-D2 en acción para los más pequeños, hasta explicaciones técnicas de ingeniería y robótica para los mayores. “Me convertí en el abuelo más genial del mundo”, bromeó, celebrando que varios de sus nietos se interesaron en la robótica a raíz de estas experiencias.

El ingenio robótico que asombraEl ingenio robótico que asombra en grandes eventos también impulsa el aprendizaje y la curiosidad en el ámbito escolar (Facebook Kurt Zimmerman)

El proyecto cobró una dimensión más profunda cuando Zimmerman comenzó a visitar hospitales, donde descubrió el valor emocional de su trabajo. “Cuando tienes esas interacciones con pacientes y padres, y están en medio de una experiencia terrible, pero logras hacerlos sonreír... Es lo más gratificante que existe. Ha convertido un pasatiempo en una experiencia que cambia la vida”, compartió con Popular Science.

Con el tiempo, Zimmerman disminuyó sus presentaciones personales, antes frecuentes cada fin de semana, y ahora presta sus droides a miembros del “R2-D2 Builders Club” en Estados Unidos.

Así, sus creaciones continúan recorriendo escuelas, hospitales y eventos, inspirando a nuevas generaciones de constructores y transmitiendo la pasión que lo impulsó desde su infancia, como destacó Popular Science.

Leer artículo completo