El estreno de El Eternauta, la nueva serie de Netflix basada en la icónica historieta argentina de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, ha generado un amplio debate en la crítica internacional. La producción ha sido recibida con opiniones divididas por parte de la crítica internacional, destacándose tanto por su fidelidad al material original como por las decisiones creativas que la adaptan a un público contemporáneo. La serie, protagonizada por Ricardo Darín en el papel de Juan Salvo, ha captado la atención de medios de Estados Unidos, España y América Latina, quienes coinciden en que la obra trasciende fronteras por su relevancia histórica y cultural.
De acuerdo con Collider, uno de los aspectos más destacados de la serie es la interpretación de Darín, cuya actuación aporta una carga emocional significativa a la narrativa. Además, el medio elogió la decisión de no sobreexplicar la mitología del cómic, permitiendo que los espectadores se sumerjan en la experiencia sin necesidad de comparaciones constantes con la obra original. Por su parte, IGN resaltó la atmósfera única que logra la serie, alejándose de las fórmulas típicas de la ciencia ficción hollywoodense. La representación de una Buenos Aires distópica, cubierta por una nieve tóxica, y el enfoque en el desarrollo humano por encima de la acción fueron elementos ampliamente valorados.
Sin embargo, no todas las críticas fueron positivas. Según MovieWeb, el crítico Matt Mahler expresó que la serie carece de la escala épica que una historia de esta magnitud merecería. Aunque reconoció el mérito de la producción, señaló que el presupuesto limitado y la falta de una visión más ambiciosa hacen que la serie se sienta “demasiado pequeña” en comparación con lo que podría lograrse con recursos más amplios, como los que manejarían directores de renombre internacional.

El debate sobre la fidelidad al material original también ha sido un punto central en las reseñas. Según Rolling Stone, el mayor logro del director Bruno Stagnaro radica en capturar el trasfondo emocional y sociopolítico de la obra, más allá de replicar escenas icónicas. La serie no solo aborda la invasión alienígena y la nieve mortal, sino que también refleja las cicatrices de un país marcado por dictaduras, crisis económicas y desilusiones generacionales. Este enfoque ha sido clave para conectar la narrativa con el contexto histórico y político de Argentina.
Medios como Esquire y Polygon destacaron la manera en que la serie aborda el heroísmo colectivo, en contraste con otras ficciones apocalípticas centradas en el individuo. La importancia de la cooperación y la construcción de personajes secundarios sólidos fueron señaladas como elementos diferenciadores que enriquecen la historia. Además, Screen Rant subrayó que la estructura episódica permite un desarrollo pausado de los misterios, manteniendo el interés del espectador a lo largo de los seis capítulos que conforman la primera temporada.

Por otro lado, The New York Times calificó la serie como “muy digna” y destacó su fidelidad al espíritu del cómic, aunque señaló que el conocimiento previo de la historieta podría enriquecer la experiencia del espectador.
La serie cubre aproximadamente la primera mitad de la novela gráfica, dejando abierta la posibilidad de una segunda temporada. Según The New York Times, esta decisión permite mantener la fidelidad a la historia original, aunque plantea el desafío de mantener el interés de los espectadores contemporáneos en futuras entregas. En la misma crítica de la serie, el medio estadounidense informó acerca del impacto en la búsqueda de la historieta original.
El precio de las copias usadas ha alcanzado los 350 dólares en tiendas de reventa en línea, mientras que las bibliotecas públicas en Estados Unidos ya no cuentan con ejemplares disponibles. Aunque la editorial ha considerado una posible reedición, aún no se ha tomado una decisión al respecto.
El medio también recordó la relevancia histórica de la obra original, publicada por primera vez en 1957, y el legado de su autor, Héctor Germán Oesterheld, quien fue secuestrado y desaparecido durante la dictadura militar argentina en 1977. Este contexto histórico añade una capa de profundidad a la narrativa, que trasciende el género de la ciencia ficción para convertirse en un testimonio de resistencia y memoria.
La producción de Stagnaro, que contó con la aprobación de la familia Oesterheld, adapta la historia a la era contemporánea, incorporando elementos como los teléfonos móviles y ampliando el elenco de personajes. Según K-Waves and Beyond, la serie representa un avance significativo para la ficción latinoamericana en plataformas globales, superando en calidad a muchas otras producciones del género. Las actuaciones, las decisiones narrativas y la recreación de una Buenos Aires apocalíptica fueron ampliamente elogiadas.

A pesar de las críticas mixtas, hay consenso en que El Eternauta tiene un gran potencial para convertirse en una saga más ambiciosa en futuras temporadas. La serie ha logrado revivir un clásico de la cultura pop argentina con respeto, abriendo el debate sobre la importancia de contar historias que reflejen los desafíos y las esperanzas de la humanidad frente a la adversidad.
La expectativa ahora recae en si Netflix decidirá continuar con esta adaptación y cómo logrará mantener viva la esencia del mensaje original de Oesterheld: la resistencia colectiva como respuesta a la catástrofe. La segunda temporada ya es casi un hecho, aunque no hay fecha exacta del rodaje ni del estreno.