Desde la adolescencia hasta la adultez: cómo evoluciona la influencia social en las decisiones

hace 15 horas 1
Un estudio científico revela queUn estudio científico revela que la incertidumbre interna impulsa a los adolescentes a seguir decisiones de sus pares en situaciones riesgosas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Una investigación científica reveló que los adolescentes tienden a dejarse influir por las decisiones de otros cuando enfrentan situaciones riesgosas, especialmente si sienten dudas sobre cuál es la mejor opción.

El trabajo, realizado con jóvenes de entre 10 y 26 años, identificó que la incertidumbre sobre los propios juicios aumenta la probabilidad de seguir el ejemplo de los demás, un fenómeno que se reduce de manera gradual a medida que las personas crecen y ganan experiencia. Dicho de otro modo, los jóvenes utilizan información social al decidir ante los riesgos, afirman en el trabajo publicado en Nature.

Para analizar este comportamiento, el equipo a cargo, encabezado por Simon Ciranka y Wouter van den Bos, invitó a jóvenes y adultos a elegir de forma repetida entre un frasco seguro y otro arriesgado, en situaciones que variaban el nivel de incertidumbre y la presencia de información sobre decisiones previas de otros participantes.

La experiencia y la edadLa experiencia y la edad reducen la susceptibilidad de los jóvenes a la presión social en situaciones riesgosas (Imagen Ilustrativa Infobae)

De acuerdo con los autores, durante la adolescencia las personas ganan mayor autonomía y pasan más tiempo con sus pares. Esto fomenta una mayor exploración de conductas nuevas, entre ellas decisiones arriesgadas. Sin embargo, la exploración y la toma de riesgos también son parte del aprendizaje necesario para la independencia.

Según los datos del experimento, los participantes enfrentaron dos tipos de incertidumbre. Por un lado, la externa, definida por el conocimiento limitado sobre las probabilidades de ganar; y por otro, la interna, referida a las propias dudas sobre el resultado de sus elecciones. Esta última se modifica con la experiencia y el aprendizaje, reduciéndose a medida que una persona repite situaciones similares.

En el estudio, los científicos manipularon la incertidumbre externa al alternar rondas en las que los participantes conocían de modo preciso las probabilidades (baja incertidumbre) y otras en las que debían estimarlas a partir de ejemplos previos (alta incertidumbre).

De acuerdo con la investigación,De acuerdo con la investigación, la edad se asoció con una disminución gradual de la influencia externa. (Imagen ilustrativa Infobae)

En la mitad de las rondas, los voluntarios recibieron información sobre la decisión tomada previamente por otra persona. Así, el grupo midió la influencia real que la información social ejercía sobre la elección de opciones seguras o riesgosas.

Según los resultados, los adolescentes y jóvenes eligieron de modo más arriesgado que los participantes mayores, sobre todo en situaciones de mayor incertidumbre externa. Además, la susceptibilidad a la influencia social fue mayor en participantes más jóvenes, en especial cuando la sugerencia de otro favorecía la opción segura. Esta diferencia se mantuvo incluso después de controlar la capacidad cognitiva y la memoria de trabajo de los voluntarios.

De acuerdo con los autores, la influencia social se explicó mejor por la combinación de dos factores: la sensibilidad social y la incertidumbre interna. La primera representa la tendencia general de una persona a dejarse influir por otros, mientras que la segunda marca hasta qué punto una persona duda sobre el resultado de su propia decisión.

El experimento reveló que losEl experimento reveló que los adolescentes eligen opciones más arriesgadas ante mayor incertidumbre externa (Imagen Ilustrativa Infobae)

El análisis mostró que la incertidumbre interna disminuyó de manera progresiva con la edad, lo que se traduce en una menor susceptibilidad a la influencia de otros en adultos.

El modelo estadístico empleado permitió aislar el peso de cada variable. Según las estimaciones, el impacto de recibir información social resultó más alto en personas con mayor incertidumbre interna.

A medida que los participantes sumaron experiencia y edad, su incertidumbre interna se redujo de forma constante, lo que limitó la influencia ejercida por la información social. La diferencia no se explicó por una mayor afinidad con el riesgo, sino por el peso de la duda sobre el resultado probable.

En el experimento, observar lo que otro había elegido modificó la conducta. Cuando la sugerencia iba hacia la opción segura, los voluntarios más jóvenes mostraron mayor cambio de preferencia en comparación con los adultos. Sin embargo, si la sugerencia era arriesgada, la diferencia entre edades no fue significativa. De acuerdo con el estudio, los adultos pueden incluso oponerse a la sugerencia segura de otro, eligiendo riesgo en lugar de seguir la recomendación.

La sensibilidad social y laLa sensibilidad social y la incertidumbre interna explican la tendencia de los adolescentes a tomar decisiones arriesgadas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según los autores del informe, estos resultados contradicen la idea de que la adolescencia implica una tolerancia especial hacia la incertidumbre o una sensibilidad desproporcionada a recompensas sociales. El análisis detallado mostró que la disminución de la incertidumbre interna —más que cambios abruptos en la adolescencia— permite explicar la tendencia decreciente a dejarse influir socialmente.

La secuencia de elecciones y la información recogida permiten concluir que, aunque la experiencia con el riesgo reduce la duda individual y deja menos espacio a la influencia social, la exposición a la opinión de otros puede potenciar el aprendizaje social en etapas donde la incertidumbre propia es alta.

La edad se asoció con una disminución gradual de la influencia externa, a medida que la autoconfianza en el juicio propio creció. Las decisiones arriesgadas bajaron de forma constante con la edad, sin detectar picos ni caídas abruptas características de la adolescencia. La combinación de modelos estadísticos y análisis por edad dejó en claro que la clave está en la relación entre la duda interna y el impacto de la información ajena.

El estudio sugiere que estrategias para reducir la propensión a dejarse influenciar en exceso por otros deben enfocarse en reducir la incertidumbre interna, ofreciendo oportunidades de aprendizaje controlado y retroalimentación frecuente. De acuerdo con los investigadores, actuaciones diseñadas para fortalecer el conocimiento personal y la confianza pueden ser más efectivas que sancionar directamente la búsqueda de riesgos.

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