Delincuencia en Cuba empeora el caos que padece la población

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LA HABANA. - Días antes de que Antonio Rassi Roque, 18 años, supuestamente se pegara un tiro con un fusil AKM mientras estaba de guardia en la unidad militar El Calvario, al sur de La Habana, un recluta revela en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS que “la última semana Antonio apenas comía y no se bañaba. Dormía frente a mi litera. Su salud mental estaba bastante deteriorada”. Formaba parte de un grupo de jóvenes alistados por un año en el Servicio Militar (obligatorio en Cuba), que recién habían concluido sus estudios de bachillerato o técnico medio.

Según la fuente, las posibles causas para que se suicidara “son múltiples y van desde el maltrato que recibimos de oficiales y sargentos, verdaderos cromañones que te insultan y envían para la celda de castigo por cualquier causa. Las condiciones de vida en la unidad son pésimas. La comida es un asco y ni siquiera hay agua suficiente para tomar. Debido a la escasez de agua he sufrido problemas en los riñones. La mayoría de los jóvenes no estamos aptos para la vida militar ni portar armas de fuego. Cuando me llamaron al Servicio, iba a ingresar en la Universidad Tecnológica de La Habana (antigua CUJAE), en la carrera de ingeniería mecánica. No es fácil adaptarse a las humillaciones constantes de los guardias. Ninguna persona está preparada para soportar esos abusos. Si te rebelas vas a parar a la cárcel militar”.

La muerte de Antonio Rassi elevaría a quince los reclutas que han perdido la vida durante el Servicio Militar, asegura el grupo de asesoría jurídica Cubalex, que en su muro de Facebook plantea que los decesos se han producido en “circunstancias marcadas por negligencias, abusos, accidentes y autolesiones”. Circulan videos en las redes sociales de golpizas y vejámenes aplicadas por oficiales militares a reclutas. La dictadura sanciona con cinco años de prisión a los jóvenes mayores de 17 años que evadan el Servicio Militar.

El crimen en la Isla rompió récord en 2025, informa el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC), una iniciativa del laboratorio de ideas Cuba Siglo XXI. El reporte contradice las informaciones del régimen de La Habana y la prensa estatal. 2024 fue un año de notable incremento de la violencia, durante el cual el OCAC registró 1.317 delitos. Y entre enero y junio de este año se han documentado 1.319, para un promedio de 7,3 hechos delictivos diarios. De seguir esa tendencia en 2025 se podría duplicar la criminalidad.

En alza el robo

De acuerdo con el informe, el delito de mayor incidencia en el primer semestre de 2025 fue el robo, con 721 casos. Estos incluyen 193 hechos de hurto y sacrificio de ganado que confirman “la relación directa entre la crisis alimentaria y la criminalidad”, subraya Cuba Siglo XXI. En los seis primeros meses de estos años se produjeron 63 asesinatos, para un promedio mensual superior a diez y 16 feminicidios.

Llamémosle Richard, ex oficial de criminalista del DTI (Departamento Técnico de Investigaciones), asegura que, si comparamos la violencia actual con respecto a los años 90, “en medio del periodo especial otra crisis económica acompañada de hambruna y apagones, observamos que en la actualidad hay una escalada delictiva sin precedente. Debido a la falta de recursos y baja profesionalidad de muchos investigadores, el número de casos sin resolver supera el 40 por ciento. Excepto los asesinatos o robos importantes en empresas del Estado, en la mayoría de los hechos delictivos no capturan a los culpables. A eso suma la corrupción que impera en todos los estamentos de la sociedad incluyendo a la policía. Existen bandas de cuatreros de ganado que trabajan con el visto bueno policial. También prostitutas, vendedores de drogas y dueños de negocios de juego prohibido que comparten ganancias o les dan dinero a policías corruptos”.

Alberto, dueño de una finca al sur de La Habana, cuenta que, a principios del mes de agosto, “sobre las diez y pico de la noche, tres tipos armados y con el rostro cubierto entraron en mi propiedad, desamarraron un novillo y comenzaron a desguazarlo. Estaba en la sala con mi hijo y cogí una escopeta de perdigones y un machete y fui al establo. Los malhechores nos apuntaron con pistolas. Luego de amarrarnos y golpearnos con la culata, no solo se llevaron el ganado, también nos robaron dentro de la casa. Hice la denuncia en la unidad policial, por gusto. La impunidad es tremenda. Todo el mundo sabe en el pueblo que esas bandas han cuadrado con los guardias”.

En febrero ocurrió un asalto con ametralladora en el municipio habanero de Marianao. Los asaltantes entraron al local donde trabajaba Jensy García y luego de encañonarlo se robaron dos motos eléctricas. Además de armas de fuego portaban cuchillos. García no recibió heridas. A unos 300 kilómetros al este de La Habana, en Manicaragua, Villa Clara, el custodio Gustavo Alejo Misa, no corrió con igual suerte. El anciano fue ultimado al intentar defender su casa de tres delincuentes que intentaban robarle.

Crímenes violentos

Los crímenes violentos se suceden a lo largo y ancho del país. Anyer Ley Montero, 39 años, residente en la ciudad de Camagüey, fue asesinado a sangre fría en las afueras de la cafetería Monte Sinaí, frente al hospital provincial. Fue agredido con extrema violencia: puñetazos, cortes con un sable y golpes en la cabeza con un bate de béisbol. El dependiente de la cafetería llamó con insistencia a la policía.

Pero los agentes del orden llegaron tres horas después de consumado el crimen. Aunque la familia identificó a uno de los agresores, llamado Cristian García, alias “Chicho el Mono”, con antecedentes por otro asesinato y que increíblemente estaba bajo libertad condicional -existen videos donde se ve el momento del crimen-, los parientes de Anyer denuncian que tanto la policía como Medicina Legal está encubriendo a los asesinos.

La ola de crímenes, feminicidios y robos con fuerza se ha disparado este verano en la Isla. En julio, Leonar Michel López Mora, 20 años, murió apuñalado en la playa La Boca, provincia Las Tunas. Desde el mes de junio hasta finales de agosto han ocurrido 11 feminicidios. El último caso fue Rosa Delias Morales, 62 años, residente en Placetas, Villa Clara, que fue asesinada por su pareja quien luego se quitó la vida.

El pasado 26 de agosto el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, quizás el reportero mejor informado en sucesos de sangre en Cuba reportó el hallazgo de una cabeza humana en un contenedor de basura en el reparto El Salao, Micro 3, Santiago de Cuba. El hallazgo ocurrió cuando trabajadores de comunales vaciaban el contenido del latón en la volqueta del tractor, precisó Mayeta.

En la madrugada del lunes 25 de agosto un Audi de color rojo, supuestamente conducido por un extranjero residente en Cuba, atropelló a nueves personas en zonas del centro de La Habana y provocó la muerte de una mujer de 35 años. Por ahora se desconoce el nombre y motivaciones del conductor. Guillermo, quien vive en un apartamento de la calle Galiano, asegura a DIARIO LAS AMÉRICAS que fue testigo del atropello múltiple.

Atropello múltiple

“Era alrededor de la una y pico de la madrugada. Estaba en el parque de San Rafael y Galiano dándome unos tragos de ron con unos socios cuando vimos a un auto rojo que iba en sentido contrario zigzagueando por la calle. Todo el que estaba cruzando o en el borde de la acera, el loco ese se lo llevó. El tipo llegó al malecón y recurvó de nuevo. Salimos corriendo a guarecernos en la parte de debajo de una escalera. Teníamos miedo de que nos embistiera en el parque. Si el tipo no estaba drogado ni era un sicópata, entonces creo que fue un acto premeditado de terrorismo”, dice Guillermo.

Diego, custodio de un agromercado en la calle Galiano, recuerda que entre las víctimas “se encontraba un señor que maneja un bicitaxi y unos muchachos que al parecer escuchaban música con una bocina portátil en un portal. El tipo, dicen que es cubanoamericano, además de atropellar a varias personas impactó contra algunos vehículos parqueados en la calle. Si el gobierno no pone mano dura la delincuencia va a mandar en el país, como en Haití. Si un ciudadano pide libertad o que le pongan la luz después de veinte horas de apagón lo sancionan a veinte años. Sin embargo, tú ves a las pandillas que asaltan y venden drogas y nadie se mete con ellos. Ya no se puede salir a la calle. La violencia está a la orden del día en Cuba”-

Sergio, ingeniero, considera que el régimen “le da ala a la delincuencia para luego aplicar una medida populista y sustituir a Díaz-Canel por una especie de Bukele caribeño”. La estrategia más simple para la dictadura es arreciar las sanciones penales y reactivar la pena de muerte con el pretexto de “combatir” el auge de la criminalidad. Cualquier maniobra es buena con tal de frenar futuras reformas democráticas en Cuba.

ESPECIAL
@DesdeLaHabana

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