
El viernes 17 de octubre, los alrededores de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá se convirtieron en escenario de fuertes disturbios entre manifestantes y la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo).
Varios ciudadanos, niños y transeúntes se vieron afectados durante los enfrentamientos, que tuvieron lugar tras una movilización social en la Calle 26, frente a la Embajada de Estados Unidos.
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La propia Universidad Nacional precisó en un comunicado que los incidentes se originaron tras la protesta, impulsada por diversas organizaciones sociales que incluían representantes del Congreso de los Pueblos. El uso de gases lacrimógenos en alta concentración obligó a la institución a abrir temporalmente la entrada principal de la Hemeroteca, con el fin de evacuar a personas afectadas y brindar atención médica inmediata.
Al día siguiente, el sábado 18 de octubre, la universidad amaneció con grafitis amenazantes pintados en sus muros, escritos con pintura roja.

Entre los mensajes que se pudieron observar estaban: “DVA paracos. Sabemos quiénes son… Pinilla la debe”, así como “La ciudad para quién? Bombaaaz al Estado. DVS” y “Sus actos tendrán venganza”.
Respecto a los grafitis, la Universidad Nacional de Colombia indicó que, por el momento, no existe una relación clara entre estas pintadas y las manifestaciones del viernes. Las autoridades iniciaron la revisión de las cámaras de seguridad con el objetivo de identificar a los responsables, quienes, en su mayoría, actuaron encapuchados y no forman parte de la comunidad universitaria.
La alta concentración de gases lacrimógenos registrada durante los disturbios en la Universidad Nacional de Colombia llevó a la apertura temporal de la entrada principal de la Hemeroteca, como parte de los protocolos de evacuación para atender a quienes resultaron afectados.
Así lo comunicó la institución a través de un mensaje oficial firmado por Carolina Jiménez Martín, vicerrectora de la sede Bogotá. El comunicado explicó que “la división de salud de la sede y la Secretaría Distrital de Salud prestaron atención a varios de los y las afectadas por el uso excesivo de los gases por parte de la UNDMO”.

La universidad detalló que la confrontación con Undmo se trasladó hacia el parqueadero contiguo a la Hemeroteca, lo que incrementó el riesgo para estudiantes, personal y visitantes.
Ante esta situación, las autoridades ordenaron evacuar el edificio, desplegando a equipos de salud del campus y funcionarios de la Secretaría Distrital de Salud para atender de inmediato a los afectados y evitar consecuencias mayores.
De acuerdo con la vicerrectora Jiménez Martín, esta medida se tomó para “preservar la integridad de quienes se encontraban dentro y fuera de las instalaciones universitarias”, confirmando que el desarrollo de los enfrentamientos “trasladó nuestro campus en medio de una situación violenta que puso en riesgo la vida y los bienes de la comunidad universitaria”.
El incidente, además, interrumpió actividades académicas y alteró la vida cotidiana dentro del campus, indicó el comunicado.

En su declaración, la Universidad Nacional reafirmó su defensa de la movilización social pacífica como un ejercicio legítimo de la democracia, manifestando también su rechazo a “cualquier acción violenta que ponga en peligro la vida y la seguridad de las personas”.
Además, recordó la implementación de protocolos de emergencia para garantizar la atención de los afectados y evitar que la situación se agravara. “Hacemos un llamado a todos los actores involucrados en las movilizaciones sociales a mantener la calma y la prudencia, garantizando que las manifestaciones se desarrollen de manera pacífica y respetuosa”, solicitó la vicerrectora.
La universidad reiteró su compromiso con la protección de los derechos humanos, el diálogo y los mecanismos pacíficos para la solución de conflictos dentro de sus espacios. En ese sentido, la vicerrectora subrayó la importancia de fortalecer la coordinación con autoridades y canales institucionales para anticipar y prevenir episodios similares en el futuro.
Finalmente, el comunicado insistió en que el campus debe permanecer como un espacio de encuentro y conocimiento, libre de violencia. La institución instó a las autoridades competentes a revisar los procedimientos empleados durante el operativo de control a fin de salvaguardar la seguridad de toda la comunidad universitaria.