
“Fue una noche muy especial, de reencuentros y sorpresas. Compartir ‘Jugo’ con Dante, de esta manera, fue un momento único”, decía ayer, cuando moría el sábado, todavía emocionado, Emmanuel Horvilleur tras su concierto.
Es que la mitad creativa de Illya Kuryaki & The Valderramas (el otro, se sabe, es Dante Spinetta) ofreció una presentación emblemática en el Teatro Gran Rex, show titulado El Rex de Emma, en la que desplegó todo su carisma y una puesta escénica de alto impacto.
El artista brindó un show que combinó glamour, sensualidad y energía, con una producción minuciosamente cuidada como solo Horvilleur sabe ofrecer, generando momentos de climas intensos y atmósferas cambiantes que mantuvieron al público en un viaje constante.
Durante la velada, Emmanuel compartió con la audiencia comentarios sobre cómo vivió la previa del show, realizó cambios de vestuario, y guió al público a través de diferentes estados emocionales, alternando entre lo íntimo y lo explosivo.
El set-list incluyó clásicos de su carrera solista —como “Yo soy la disco”, “Pitada” y “En la moto”— y joyas como “19” , canción que evocó su última presentación en el mismo escenario, años atrás, cuando compartió con el propio Gustavo Cerati.
Pero uno de los momentos más especiales de la noche fue la aparición de Javiera Mena y Dante, invitados de lujo que se sumaron para coronar una jornada memorable. Junto a Dante, Emmanuel interpretó por primera vez en más de veinte años “Jugo”, en una versión inédita sin la banda de Illya Kuryaki & The Valderramas (IKV), despertando una ovación unánime.
La instrumentación también tuvo protagonismo: saxo y flauta traversa aportaron matices que intensificaron el clima de cada pasaje, elevando la experiencia sonora y visual de un show que reafirmó el talento y la capacidad de Emmanuel para reinventarse en cada escenario.
Viajando en el tiempo, hace unos días, Emma recordaba frente a Mario Pergolini en Otro día perdido (Eltrece) un curioso episodio de los ‘90, cuando fue detenido por un policía. El músico relató que fue liberado tras un episodio de llanto, una reacción que, según sus palabras, convenció a los agentes de dejarlo ir. Emma explicó que todo ocurrió en la intersección de Cabildo y Juramento, una esquina emblemática del barrio de Belgrano.
El cantante recordó: “Yo estaba en la vidriera de una disquería de esas de Cabildo y Juramento, de las de esa época tan conocidas”. En ese momento, un policía se acercó y le solicitó los documentos, pero el diálogo se volvió tenso, tal como recordó el artista entre risas:
“Y me dice ‘documentos’. ‘No tengo’ le dije, no tenía realmente. Y me dice ‘su nombre’, y le dije ‘no me acuerdo’. ‘Ah, no se acuerda, ok, venga conmigo”. La tensión aumentó cuando el conductor quiso saber quién había intervenido para que lo liberaran. Horvilleur confesó que su reacción emocional fue determinante: “Me dejaron salir porque me puse a llorar”.
El miedo lo invadió al recordar el contexto de la época, mencionando que aún se sentía la influencia de casos como el de Walter Bulacio, el joven que apareció muerto en una comisaría luego de ser detenido ilegalmente antes de un show de los Redonditos de Ricota.
“Me puse a llorar de verdad, porque me agarró como miedo en un momento. Era la época también de Bulacio, habían pasado como unos años, pero era esa onda”, rememoró. Finalmente, el episodio concluyó cuando el policía le indicó que se marchara, cerrando el relato con humor: “Andate pibe, no rompas más las pelotas”.
De paso, las redes sociales se convirtieron en el escenario donde Celeste Cid y Emmanuel celebraron los 21 años de su hijo André Horvilleur, compartiendo imágenes y mensajes que reflejaron la profundidad de sus lazos familiares.


A través de publicaciones en Instagram, ambos artistas rindieron homenaje a su primogénito, transformando el aniversario en un testimonio público de afecto y memoria. Desde las primeras horas del día, Celeste Cid utilizó su perfil para expresar sus sentimientos hacia André.
Fotos: Agustín Dusserre