
El escándalo protagonizado por Andy Byron y su directora de recursos humanos Kristin Cabot tras ser captados besándose en una “kiss cam” durante un concierto de Coldplay en las afueras de Boston sigue dando de qué hablar.
Mientras ambos han enfrentado consecuencias profesionales —Byron renunció como CEO de Astronomer y Cabot fue suspendida de su puesto en recursos humanos—, ahora se analiza la posibilidad de que el exejecutivo emprenda acciones legales.
Sin embargo, varios abogados coinciden en que esa vía sería “creativa” pero probablemente infructuosa.
Camron Dowlatshahi, socio de MSD Lawyers, explicó a Page Six que una posible demanda de Andy Byron podría basarse en difamación, en referencia al comentario del vocalista Chris Martin, quien durante el concierto dijo al micrófono: “O están teniendo una aventura o son muy tímidos”, después de notar que la pareja se escondía de la pantalla gigante.
“Para probar difamación, Byron tendría que demostrar que no había una aventura y que Martin sabía eso, pero aun así hizo la declaración con malicia. Ninguno de esos elementos se cumple. Por tanto, cualquier demanda sería frívola”, señaló Dowlatshahi.
Además, agregó que probablemente el exCEO quiera evitar más atención pública. “No creo que desee exponerse aún más presentando una demanda sin sustento contra Coldplay o los organizadores del evento”, sentenció.
En cuanto a Grace Springer, la usuaria de TikTok que publicó el video viral que ya supera los 125 millones de vistas, tampoco podría ser demandada.
“Ella no está comercializando su nombre o imagen, simplemente compartió su perspectiva del concierto. Solo si llegara a vender productos con sus rostros, entonces podrían tener base para una demanda”, explicó.

De hecho, Springer aclaró en una entrevista televisiva que no ha obtenido ningún ingreso por el video. Según los abogados consultados, su publicación estaría protegida por la Primera Enmienda como contenido expresivo o de interés noticioso.
Por su parte, Ray Seilie, abogado de Kinsella Holley Iser Kump Steinsapir LLP, coincidió con su colega en que la demanda sería inútil.
“Lo único que lograría una demanda sería mantener su indiscreción en los titulares por más tiempo. Las palabras de Martin están lejos de constituir difamación, especialmente considerando que parecen ser ciertas”, señaló.
En cuanto a una posible violación de privacidad por haber sido grabado y fotografiado sin consentimiento, los expertos también descartan esta vía.

En Massachusetts, donde ocurrió el incidente, rige una ley de consentimiento de dos partes para grabaciones de audio, pero no se aplica en lugares públicos ni para video.
Además, las condiciones de compra de entradas suelen incluir cláusulas que permiten a los organizadores usar imágenes y videos del público.
De hecho, Jules Polonetsky, CEO del Future of Privacy Forum, explicó que “Byron no tenía una expectativa razonable de privacidad en un lugar público. Y si compró un boleto, probablemente aceptó términos que permiten grabaciones durante el evento”.

Mientras Byron parece tener pocas opciones legales, la historia podría tomar un nuevo giro desde otra dirección.
Craig Weiner, socio de Blank Rome, comentó que Kristin Cabot, quien trabajaba bajo la supervisión directa de Andy Byron, podría considerar una demanda por acoso sexual si logra demostrar que su conducta fue ofensiva y perjudicial para su desempeño laboral.
“El empleador puede ser considerado responsable si el acoso fue cometido por un supervisor, ya que estos son agentes de la empresa”, indicó.

Por su parte, Astronomer se pronunció el fin de semana pasado, lamentando el comportamiento de sus exempleados: “Nuestros líderes deben ser ejemplo de conducta y responsabilidad, y recientemente no se cumplió con ese estándar”.
Hasta el momento, ni Byron ni Cabot han emitido declaraciones públicas desmintiendo la relación ni anunciando acciones legales.