El laboratorio de Found Energy, una startup de Boston, se prepara para llevar a cabo la mayor prueba real hasta la fecha del aluminio como combustible para la industria. Con el liderazgo de Peter Godart, la empresa instalará a principios de 2026 un reactor de aluminio-agua en una planta manufacturera del sureste de Estados Unidos.
La meta principal es suministrar calor e hidrógeno utilizando los propios residuos de aluminio que genera la fábrica. El MIT Technology Review señaló que este ambicioso piloto pretende demostrar que el aluminio puede convertirse en una fuente viable de energía limpia para actividades industriales, un avance que podría transformar la gestión de residuos y la descarbonización de sectores difíciles de electrificar.
Desde su fundación en 2022, Found Energy desarrolló tecnología para liberar rápidamente la energía almacenada en el aluminio refinado, un metal que almacena más del doble de energía por volumen que el diésel y casi ocho veces más que el hidrógeno gaseoso.
El reactor que la empresa instalará será el mayor construido hasta ahora según Godart y utilizará residuos propios de la fábrica como combustible, cerrando el ciclo de materiales y reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.
En el proyecto liderado por Peter Godart, Found Energy probará en 2026 el mayor reactor de aluminio-agua en una planta industrial de EE.UU. (Found Energy)El objetivo inmediato del piloto será proveer vapor caliente e hidrógeno a los procesos industriales de la planta. Sin embargo, la visión de la startup va más lejos: aspiran a un sistema que transforme chatarra de aluminio en un combustible sin emisiones capaz de sustituir fuentes contaminantes en diferentes industrias.
“Inventamos el combustible, lo cual es una bendición y una maldición”, explicó Godart. Además, agregó: “Es una gran oportunidad, pero también implica que debemos desarrollar todos los sistemas alrededor. Estamos redefiniendo lo que significa un motor”.
El principio fundamental del reactor de Found Energy se basa en una reacción conocida: al entrar en contacto con agua y oxígeno, el aluminio forma óxido de aluminio, liberando calor e hidrógeno. El principal obstáculo fue la creación inmediata de una capa superficial de óxido, que bloquea la reacción y limita su eficiencia.
La innovación reside en el uso de un catalizador de metal líquido (que no contiene mercurio y se inspira en aleaciones de galio e indio). Este catalizador, cuya fórmula es confidencial, rompe la capa pasivante y permite que el aluminio reaccione constantemente al forzar la fractura y expansión del metal con el agua, exponiendo nuevas superficies reactivas. El resultado consiste en una reacción más veloz y eficiente, capaz de generar vapor e hidrógeno casi al instante.
Asimismo, el reactor instalado en la sede de la empresa en Boston, funciona con pellets de aluminio tratados con el catalizador y agua en una cámara presurizada. Los productos —vapor, hidrógeno, hidróxido de aluminio y catalizador recuperado— se extraen por conductos separados. Según la empresa, el catalizador puede reutilizarse de forma indefinida sin pérdidas importantes.
El reactor utiliza un catalizador innovador para liberar energía del aluminio y producir vapor e hidrógeno casi al instante (Found Energy)A pesar del entusiasmo, persisten dudas en la comunidad científica sobre la viabilidad del aluminio como combustible. El mayor cuestionamiento apunta al elevado consumo de energía que se necesita para refinar el aluminio a partir de la bauxita. Si la electricidad utilizada no es totalmente renovable, los beneficios ambientales pueden diluirse.
Jeffrey Rissman, especialista en descarbonización industrial, advirtió que si el proceso depende de recargar el hidróxido de aluminio con electricidad renovable, el aluminio pasa a ser un sistema de almacenamiento de energía más que una fuente primaria de energía.
El reactor ya alcanzó una potencia de 100 kilovatios en pruebas de laboratorio, cifra equiparable a la de un motor diésel de camioneta pequeña. Esta capacidad permite suministrar calor e hidrógeno a procesos que requieren temperaturas elevadas. El producto puede emplearse directamente en procesos, alimentar turbinas eléctricas o alcanzar temperaturas de hasta 2.400°C (4.352°F), suficientes para fabricar acero.
Un primer mercado natural para la innovación de Found Energy sería el sector del reciclaje y refinado de aluminio, ya que maneja grandes volúmenes de chatarra y subproductos difíciles de revalorizar. Godart afirmó que empresas del sector se interesaron en transformar sus residuos no reciclables en energía limpia, aunque no se hicieron públicos los nombres de las compañías debido a acuerdos de confidencialidad.
Cada año, más de tres millones de toneladas de aluminio recolectadas para reciclaje no llegan a procesarse, y otras nueve millones ni siquiera son recolectadas o terminan incineradas, según cifras del International Aluminium Institute. Esto representa cerca de un tercio de los 43 millones de toneladas anuales de chatarra reciclada.
La propuesta difundida es crear un ciclo cerrado, utilizando electricidad renovable para convertir el hidróxido de aluminio que queda tras la reacción, de vuelta en aluminio metálico reutilizable. En teoría, empleando y reutilizando unos 300 millones de toneladas de aluminio (el 4% de las reservas globales), podría cubrirse la demanda mundial de calor industrial.
El proyecto enfrenta escepticismo por el alto consumo energético del refinado de aluminio y la necesidad de energía renovable (Found Energy)El programa piloto se llevará a cabo en 2026, y servirá para atraer inversiones y escalar la tecnología a reactores de hasta un megavatio, multiplicando por diez la capacidad actual. Found Energy apuesta por extender su sistema a múltiples industrias y contribuir a una economía baja en carbono, aún frente a los retos económicos y tecnológicos.
Según el equipo, el reactor podría superar las expectativas iniciales de potencia, reforzando la convicción de que el aluminio tiene potencial relevante como vector energético industrial.
hace 2 horas
1







English (US) ·
Spanish (ES) ·