Una enfermera veterinaria advierte de un error común que “podría acortar la vida de tu perro en dos años”

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Jade The Vet Nurse explicaJade The Vet Nurse explica a sus seguidores cómo con la mejor intención puedes estar acortando la esperanza de vida de tu perro.

La obesidad afecta a más del 50% de los perros, cifra que pone de manifiesto un grave problema de salud y bienestar animal, reporta la Real Sociedad Canina de España (RSCE). Diversas enfermedades, entre las que se incluyen la diabetes, la osteoartritis y complicaciones cardiovasculares, se relacionan directamente con el sobrepeso.

La RSCE advierte de que esta “pandemia” transciende el aspecto físico, ya que puede acortar notablemente la esperanza de vida y reducir la calidad de vida del animal. La institución incide en la importancia de realizar evaluaciones nutricionales periódicas durante toda la vida del perro para detectar a tiempo desviaciones en el peso corporal.

En lo que respecta a los factores de riesgo, la edad y el nivel de actividad física juegan un papel destacado: los perros en la mediana edad experimentan una ralentización metabólica, lo que significa una mayor predisposición a acumular grasa. Cuando el animal envejece, su actividad disminuye, y si no se ajusta la alimentación, “puede favorecer el aumento de peso”.

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Algunas razas presentan mayor tendencia genética a la obesidad. Sin embargo, la RSCE aclara que la incidencia de este trastorno no distingue, pues cualquier perro expuesto a un estilo de vida sedentario y a ingestas calóricas elevadas corre el riesgo de desarrollarla: “Los hábitos que proporciona el propietario son determinantes para evitar la obesidad en cualquier raza”.

Para identificar si un perro presenta sobrepeso, los profesionales veterinarios emplean la escala de condición corporal (BCS), un método visual y táctil que clasifica la corpulencia de 1 a 9 puntos. Entre los signos más visibles, la dificultad para palpar las costillas, la falta de cintura vista desde arriba, un abdomen abultado y una caída en la energía durante la actividad cotidiana.

En cuanto a la prevención, la RSCE recomienda establecer rutinas de alimentación controlada y ejercicio regular. Recomiendan utilizar comederos automáticos para limitar la ingesta, elegir alimentos con un balance preciso de proteínas, grasas y carbohidratos, restringir las golosinas a menos del 10% de las calorías diarias y promover paseos y juegos adaptados al animal.

Un perro muerde un juguete.Un perro muerde un juguete. (Freepik)

El asunto está en tendencia a raíz del vídeo de una enfermera veterinaria que pone una cifra a lo que supone no cuidar la alimentación o los hábitos saludables de un perro. Conocida en redes como Jade The Vet Nurse, esta profesional comparte consejos y curiosidades, comúnmente relacionados con casos llegados a la clínica en la que trabaja o preguntas de sus seguidores.

Inundados ahora por fórmulas para la longevidad, hay sin embargo mayores evidencias lo que la pone en serio compromiso. Afirma Jade que “los perros con sobrepeso viven hasta 2,5 años menos que aquellos con un peso adecuado”. Lo avala una investigación de la Universidad de Liverpool y el Centro Waltham para Nutrición de Mascotas.

Acto seguido, la enfermera enumera recomendaciones que pueden ayudar a que esto no termine ocurriendo. Pero antepone que antes de emprenderlo por cuenta propia, conviene escuchar primero a un veterinario. La razón, descartar que ese aumento de peso no se esté debiendo a la alimentación o la falta de ejercicio sino a otro problema de salud.

Una veterinaria atiende a unUna veterinaria atiende a un perro.

Dicho esto, empieza: “Aliméntalos según su peso ideal, no según su peso actual. Y pesa siempre la comida, nunca la calcules a ojo”. Sugiere la enfermera comida rica en fibra y saciante y “más ejercicio” en el día a día. Muy importante, establecer un control sobre esa pérdida de peso, porque, aunque positiva, pudiera derivar en problemas si se incurre en el exceso.

Los veterinarios recomiendan cambios graduales en la alimentación durante 7 o 10 días, de forma progresiva, no de golpe. El perro no debería perder más del 1-2% de su peso corporal por semana. Si pierde demasiado rápido, sumado a un esfuerzo acusado o a un clima cálido, las consecuencias pueden no ser las deseadas. Por eso, ante todo, debe consultarse a profesionales.

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