
Cuando un efectivo militar disparó a sus compañeros del Ejército, con el argumento que se le metió “el diablo”, hecho ocurrido a las tres de la madrugada del lunes 8 de septiembre, en una instalación del Ceofanb en el Zulia, uno de los estados de la Zona Binacional Fronteriza, se suma a la serie de sucesos donde han fallecido militares a manos de soldados, sin explicación oficial. “Ya no se trata de hechos aislados; es responsabilidad de la FANB al darle armas a personas no entrenadas ni preparadas física y psicológicamente para ello, en su afán de mostrar cantidad y no calidad”, le dice a Infobae un oficial con el rango de Mayor del Ejército.
El oficial, quien pide proteger su nombre, agrega que “debería ser una alarma para la institución, pero no es así”, destacando que no se están cumpliendo los requisitos mínimos de ingreso. “Se perdió la exigencia del filtro”, agrega, pero pide no olvidar que “son dos víctimas más de las irresponsables decisiones e incluso omisiones del Alto Mando Militar; son dos muertes no al enemigo, sino entre soldados”.

El medio venezolano independiente El Pitazo, quien dio a conocer la información, especificó que “el agresor atacó con su armamento de guerra a los militares”, causando dos muertos y un herido, quien “está siendo atendido en el Hospital Nuestra Señora del Carmen de Machiques, según informaron fuentes familiarizadas con el caso”.
Los fallecidos solo fueron identificados como José Rodríguez y José Sánchez, ambos de 30 años y oriundos del llanero estado Guárico, quienes son parte de la tropa enviada a instalaciones de la escuela Técnica Agropecuaria, donde se encuentra el comando, en la comunidad indígena yukpa de Toromo, en la Sierra de Perijá, municipio Machiques del estado Zulia.

El victimario, los dos fallecidos y el militar herido forman parte del despliegue de 25 mil hombres que el ministro de la Defensa asignó a la frontera con la premisa de “enviarles después la orden de operaciones” a los comandantes.
Nicolás Maduro y el presidente Gustavo Petro decidieron la creación de la Zona Binacional Fronteriza “para combatir el narcotráfico”, pero en Bogotá un tribunal dirime la legalidad de la medida por parte del mandatario colombiano.

Hace unos días, en numerosas redes sociales, muchas de ellas poco confiables, se publicó que “un helicóptero militar de Estados Unidos, modelo MH-60R «Seahawk», matrícula FFAB123” había sobrevolado el lunes 8 de septiembre aguas internacionales “frente a la torre de control del Aeropuerto Simón Bolívar, en Maiquetía, La Guaira”.
En la información sin fuentes se aseguraba que a ese helicóptero lo vieron a casi “138 kilómetros de la isla La Orchila y entró en la FIR de la torre de Maiquetía”, pero que después la aeronave desapareció del radar, pero destacando que le “rondaban a Maduro en la isla de descanso”.
En redes sociales los mensajes no se hicieron esperar, pero resultaba sospechoso que la difundieran muchas cuentas relacionadas con narrativas del régimen venezolano, como ha ocurrido muchas veces, que son informaciones surgidas de los laboratorios de desinformación para luego desacreditar a medios o a llamados “influencer”.
Luego de dos días con la versión corriendo a toda prisa, sin que ningún vocero del régimen venezolano y mucho menos de Estados Unidos la desmintiera. Ayer, el ministro de la Defensa, GJ Vladimir Padrino López, calificó a la información del helicóptero como “una perversa campaña en redes sociales promovida por sectores de la ultraderecha”.

A través de un comunicado, ampliamente difundido en las redes oficiales del régimen, especialmente de la Fuerza Armada, Padrino López declara falsa la información, dirigiéndose a la FANB y “a la opinión pública de los Estados Unidos de Norteamérica, a la comunidad internacional y al pueblo venezolano”.
Dijo el titular castrense: “Se ha difundido información que indica la supuesta presencia de un helicóptero estadounidense en proximidades de uno de los territorios insulares de Venezuela, lo que comporta la posibilidad de que las mismas fuerzas militares de EEUU pudieran infligir daños a la precitada aeronave, para provocar y fabricar un incidente o falso positivo”.
A su juicio, eso serviría como “pretexto para justificar una escalada de agresiones militares en contra de nuestra nación, tal como lo ha hecho el imperialismo estadounidense en otros episodios históricos como el del Golfo de Tonkin en 1964, en el cual se alegó que sus buques habían sido atacados por unidades flotantes de Vietnam del Norte, para justificar un aumento de su participación en la guerra de ese país”.
Agregó que “esta fakenews forma parte de las operaciones psicológicas contempladas en el tradicional libreto de guerra de los EEUU, destinado a crear escenarios ficticios como condición previa para intervenciones armadas; en este caso bajo la fatua excusa de la ‘lucha contra el narcotráfico’, cuando en realidad se pretende un cambio de régimen forzado en Venezuela, que a la vez arrastraría a la región a un conflicto de imprevisibles consecuencias”.
El comunicado rechaza “categóricamente y exigimos el cese de estas acciones belicistas y de guerra cognitiva orquestadas por el Secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio y Mauricio Claver-Carone, que persiguen generar desestabilización y zozobra en la población”.
Finaliza diciendo: “Nos aferramos a la tradición pacifista del Estado venezolano, pero al mismo tiempo a la irreductible determinación de defender la integridad territorial con firmeza y serenidad, en perfecta fusión popular militar policial, para garantizar la libertad, soberanía e independencia de la Patria”.