La violencia política se desata en Nepal: el ex primer ministro y la canciller fueron brutalmente agredidos en su residencia

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Manifestantes golpean al ex primer ministro de Nepal y su esposa en su residencia

El ex primer ministro de Nepal, Sher Bahadur Deuba, y su esposa Arzu Rana Deuba, ministra de Asuntos Exteriores, fueron agredidos violentamente en su residencia por un grupo de manifestantes durante los disturbios más violentos que ha vivido el país en dos décadas, según informaron medios locales.

Videos que circulan en redes sociales muestran cómo los manifestantes detienen a la pareja y los golpean, incluso utilizando muebles como armas.

Las imágenes posteriores revelan a Deuba escoltado por agentes de seguridad con manchas de sangre visibles en su ropa, evidencia del brutal ataque sufrido en su vivienda.

El ex premier de Nepal cubierto de sangre tras ser atacado por los manifestantes

El episodio forma parte de una ola de violencia que sacudió Nepal entre el 8 y 9 de septiembre, dirigida específicamente contra la clase política y las instituciones del Estado. Los ataques no fueron aleatorios, sino que se concentraron en los principales símbolos del poder político, administrativo y económico del país.

La violencia alcanzó su punto más trágico con la muerte de Rajyalaxmi Chitrakar, esposa del ex primer ministro Jhalanath Khanal, quien falleció el martes tras sufrir graves quemaduras cuando manifestantes incendiaron su vivienda en Katmandú con ella dentro. Chitrakar fue trasladada en estado crítico al Hospital de Quemados de Kirtipur, pero murió durante el tratamiento médico.

Los disturbios se extendieron por toda la capital, convirtiendo a Katmandú en escenario de ataques sistemáticos contra dirigentes políticos y sus familias. La residencia privada del primer ministro recién dimitido, K. P. Sharma Oli, fue completamente incendiada, mientras que otros líderes de alto nivel también sufrieron agresiones en sus domicilios.

Las turbas también prendieron fuego a edificios emblemáticos del poder estatal, incluyendo el Parlamento, la Oficina de la Presidencia y la sede del Tribunal Supremo. Los ataques se extendieron a los medios de comunicación, con el incendio del complejo de Kantipur, el grupo de prensa más importante de Nepal, cuyas oficinas fueron destruidas y sus servidores desconectados.

Las protestas que expulsaron al primer ministro de Nepal

El sector privado tampoco escapó a la destrucción. El Hotel Hilton de Katmandú fue reducido a cenizas, varios concesionarios de automóviles fueron incendiados, y múltiples comercios sufrieron daños. El sistema penitenciario colapsó completamente, con más de 13.500 detenidos que aprovecharon el caos para escapar de las cárceles, según confirmó a la AFP el portavoz policial Binod Ghimire.

Imágenes de un dron muestran el hotel Hilton carbonizado en Katmandú

Los enfrentamientos, que comenzaron como protestas contra la corrupción y el bloqueo gubernamental de las redes sociales, han dejado un saldo de al menos 25 muertos desde el inicio de las manifestaciones. Tres manifestantes fallecieron en el Hospital Civil, confirmó el director del centro, Mohan Regmi, mientras que la policía reportó dos muertes adicionales en un tiroteo en Kalimati.

El movimiento, autodenominado “Generación Z”, está compuesto principalmente por jóvenes afectados por las altas tasas de desempleo y hartos de la corrupción que permea las instituciones nepalíes.

Los soldados patrullan las callesLos soldados patrullan las calles de Katmandú tras dos días de protestas (REUTERS/Navesh Chitrakar)

El ejército de Nepal logró retomar el control de Katmandú el miércoles, después de imponer un toque de queda hasta nueva orden. Soldados armados, en tanques y vehículos blindados, patrullaban las calles entre chasis de vehículos incendiados y restos de barricadas. El Aeropuerto Internacional de Katmandú, que había sido cerrado y puesto bajo control militar tras un intento de asalto, reabrió a los pasajeros el miércoles por la tarde.

El jefe del Estado Mayor del ejército, el general Ashok Raj Sigdel, inició reuniones con diferentes sectores, incluyendo representantes de los manifestantes de la “Generación Z”, según confirmó el portavoz militar Rajaram Basnet.

La crisis política llevó a la dimisión del primer ministro K. P. Sharma Oli, de 73 años, quien justificó su decisión afirmando que renunciaba “para que se puedan tomar medidas con vistas a una solución política”. Oli, líder del Partido Comunista de Nepal y quien ha dirigido cuatro veces el gobierno desde 2015, representa precisamente esa élite política cuya partida exigen los jóvenes manifestantes.

Entre los nombres que se barajan para dirigir una posible transición figuran la magistrada Shushila Karki, ex jefa del Tribunal Supremo, y el alcalde de Katmandú, Balendra Shah, un ex ingeniero y rapero de 35 años que ha ganado popularidad entre los jóvenes.

El presidente Ramchandra Paudel hizo un llamamiento a “todos, incluidos los manifestantes, a cooperar para resolver pacíficamente la difícil situación del país”, mientras que el alcalde Shah pidió moderación para evitar un mayor derramamiento de sangre.

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