Un agujero negro supermasivo dispara ‘balas’ de gas nunca antes vistas, afirman científicos

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Científicos internacionales descubrieron un agujeroCientíficos internacionales descubrieron un agujero negro que "dispara balas" de gas. (NASA, ESA and J. Olmsted (STScI)/Handout via REUTERS)

Un hallazgo reciente ha arrojado nueva luz sobre la naturaleza de los vientos ultra-rápidos que emanan de los agujeros negros supermasivos. Según un estudio divulgado por Nature, la Misión de Imágenes y Espectroscopía de Rayos X (XRISM), liderada por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) y científicos estadounidenses, ha detectado fenómenos inesperados alrededor del quásar PDS 456. La investigación destacó la presencia de vientos que se desplazan a velocidades del 20 al 30% de la velocidad de la luz, componiéndose de múltiples corrientes distintas de gas.

El quásar PDS 456, que se encuentra a unos 2.18 giga años luz de la Tierra en la constelación de Serpens, ha servido como un laboratorio natural para examinar los vientos cósmicos que emanan de su agujero negro central. Estos vientos, tradicionalmente considerados uniformes, ahora se comprenden como flujos de “balas” de gas, con energías mucho mayores a lo esperado. Esta revelación es fundamental para entender la dinámica y evolución de las galaxias junto con sus agujeros negros centrales.

El espectrómetro de alta resolución del XRISM ha sido clave para este descubrimiento, permitiendo resolver la compleja estructura de velocidad de estos vientos. A diferencia de los modelos anteriores, que asumían vientos homogéneos afectando el medio interestelar de manera simétrica, este nuevo enfoque revela un comportamiento mucho más complicado. Los hallazgos sugieren que los vientos no solo son fragmentados, sino que su impacto puede ser mucho más significativo en la evolución galáctica de lo que se había anticipado.

Los expertos estudiaron al agujeroLos expertos estudiaron al agujero negro supermasivo conocido como quásar PDS 456. (NASA-ESA/D. Player/Handout via REUTERS)

La tecnología avanzada de la misión XRISM ha permitido observar fenómenos que antes no se podían estudiar con claridad debido a las limitaciones de la resolución espectral. Esta misión ha sido una colaboración internacional, donde participaron, además de JAXA, la Durham University y la Agencia Espacial Europea (ESA). En particular, el equipo liderado por JAXA y apoyado por científicos internacionales ha sido crucial para implementar las observaciones desde el XRISM.

El descubrimiento de estos vientos como “balas de gas” es un paso hacia adelante en el campo de la astrofísica, proporcionando evidencia de que las estructuras que rodean a los agujeros negros son más dinámicas y complejas de lo que se pensaba. Esta información ayuda a entender mejor cómo estos agujeros negros afectan el crecimiento de sus galaxias anfitrionas, influyendo en fenómenos como la formación de nuevas estrellas.

Los investigadores han identificado al menos cinco componentes de viento, cada una con una velocidad diferente, sugiriendo procesos de expulsión intermitente o debido a interacciones complejas con el medio interestelar. Estos resultados fueron documentados por primera vez con claridad gracias a los instrumentos de XRISM.

El descubrimiento podría explicar porEl descubrimiento podría explicar por qué algunas galaxias continúan formando estrellas a pesar de la presencia de potentes corrientes de salida. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las observaciones revelaron que la potencia cinética de los vientos es miles de veces mayor que la de los vientos galácticos a gran escala. Esta medida se coloca significativamente por encima del límite de luminosidad de Eddington, lo que sugiere un papel mucho más influyente en la co-evolución de las galaxias y sus agujeros negros. Tradicionalmente, se pensaba que los vientos a estas escalas eran fundamentalmente simétricos, determinando el entorno galáctico de maneras predecibles. Este nuevo conjunto de datos desafía esas suposiciones, indicando que la realidad es bastante más variada.

Este descubrimiento implica reconsiderar algunos de los modelos existentes de evolución galáctica. Los modelos que asumen una distribución uniforme de los vientos ya no son suficientes para describir completamente las interacciones entre agujeros negros y sus galaxias. La heterogeneidad de los vientos podría explicar por qué algunas galaxias continúan formando estrellas a pesar de la presencia de potentes corrientes de salida.

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