
“El ultimátum que Trump ha dado a Putin expira esta semana. Miles de vidas dependen del éxito de lo que venga después. Las herramientas para detener a Rusia existen. Lo que se necesita es la voluntad política para usarlas con precisión y fuerza.” Con esta advertencia, Andriy Yermak, jefe de la oficina presidencial de Ucrania, sintetizó en The Washington Post la urgencia de actuar ante la guerra que Vladimir Putin mantiene contra su país. La declaración, situada en el tramo final de su tribuna, marca el tono de una propuesta que exige medidas inmediatas y contundentes por parte de la comunidad internacional.
El análisis de Yermak parte de la reciente postura de Donald Trump, quien, según el propio presidente estadounidense, ha endurecido su mensaje hacia Rusia. “Pensamos que ya lo habíamos resuelto varias veces, y entonces el presidente Putin sale y empieza a lanzar cohetes contra alguna ciudad como Kyiv y mata a mucha gente en una residencia de ancianos o lo que sea. Y yo digo que esa no es la manera de hacerlo”, afirmó Trump, en palabras recogidas por The Washington Post. Para Kyiv, esta claridad representa un avance. “Agradecemos a Trump su compromiso firme e inequívoco con la paz a través de la fuerza. Es un compromiso que compartimos”, subrayó Yermak, quien recordó que la resistencia ucraniana se ha sostenido sobre esa misma premisa: “La fuerza ucraniana es el único idioma que Putin entiende”.
No obstante, el jefe de la oficina presidencial de Ucrania advierte que la presión diplomática y militar debe complementarse con una estrategia económica más incisiva. “El complejo militar-industrial de Rusia debe ser mejor atacado”, sostiene. En este sentido, señala a entidades como Rosatom y Roscosmos —las agencias estatal nuclear y espacial rusas— como piezas clave en la maquinaria bélica de Putin. “Rosatom sostiene el desarrollo de armas nucleares y facilita la ocupación de la central nuclear de Zaporiyia. Roscosmos proporciona imágenes satelitales y comunicaciones que guían los ataques con misiles rusos. Ambas agencias deben ser sancionadas en su totalidad y prohibidas de cooperar con instituciones científicas y académicas occidentales”, detalla Yermak en The Washington Post.
El acceso de Rusia a las finanzas internacionales constituye otro frente crítico. Aunque la desconexión de algunos bancos rusos del sistema SWIFT en 2022 representó un hito, Gazprombank sigue operando como canal principal para el comercio sancionado, especialmente en energía y bienes de defensa. “Gazprombank debe ser desconectado junto con cualquier institución financiera menor que intente ocupar su lugar”, exige Yermak.

La propuesta va más allá de las sanciones convencionales y aboga por un bloqueo económico total. Rusia importa miles de millones en microchips y componentes electrónicos, esenciales para sus drones y misiles, a través de China y países de Asia Central. Estos productos, en muchos casos de origen occidental, llegan a su destino final mediante rutas comerciales indirectas y vacíos legales. “Nos alientan mucho las recientes acciones de Estados Unidos para frenar la evasión de sanciones. El proyecto de ley Graham-Blumenthal es un paso firme hacia la imposición de sanciones secundarias a entidades en terceros países que financian la maquinaria de guerra rusa”, afirma el funcionario ucraniano.
El endurecimiento de los aranceles estadounidenses a India por la compra de petróleo ruso por encima del precio tope también ha tenido impacto. “Es un gran primer paso, pero se necesita más presión”, recalca Yermak. Desde el Grupo de Trabajo Internacional sobre Sanciones a Rusia, que él copreside, se han elaborado propuestas específicas: sancionar puertos rusos utilizados para exportar petróleo, identificar a los operadores de flotas fantasma de petroleros —incluidos los buques que desactivan sistemas de rastreo y realizan transferencias de barco a barco para ocultar el origen— y perseguir a intermediarios en la cadena de suministro de defensa, incluidas infraestructuras de criptomonedas empleadas para pagos ilícitos y evasión de sanciones.
Para Yermak, la guerra de Rusia contra Ucrania representa un peligro global. “Cuando un incendio arde con tanta ferocidad, hay que actuar antes de que las llamas lo consuman todo”, advierte en The Washington Post.