
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este lunes que espera mantener reuniones con su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, tanto en Brasil como en Estados Unidos, después de mantener una videoconferencia con él que calificó de “muy buena”.
“Esta mañana tuve una conversación telefónica muy buena con el presidente Lula, de Brasil. Hablamos de muchos temas, pero se centró principalmente en la economía y el comercio entre nuestros dos países”, declaró en su red social, Truth Social.
“Seguiremos conversando y nos reuniremos próximamente, tanto en Brasil como en Estados Unidos. Disfruté mucho de la conversación. ¡A nuestros países les irá muy bien juntos!”, agregó.
La llamada, la primera entre ambos, se centró en los aranceles del 50% que Estados Unidos aplica desde agosto a gran parte de los productos de brasileños en represalia por el juicio contra el ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro, un aliado de Trump condenado a 27 años de cárcel por intentar un golpe de Estado tras perder las elecciones contra Lula.
El mandatario brasileño resaltó que Brasil es uno de los tres países del G20 cuyas relaciones comerciales con Estados Unidos arrojan superávit para la economía estadounidense, y solicitó la eliminación de la sobretasa a productos brasileños, así como la anulación de las medidas restrictivas implementadas contra distintas autoridades del país sudamericano.
Lula recordó en el mensaje que el diálogo permitió repasar la “buena química” experimentada durante su reciente encuentro en Nueva York, en el marco de la Asamblea General de la ONU, y recalcó la importancia de “restaurar las relaciones amigables de 201 años entre las dos mayores democracias del Occidente”.
Durante la conversación, Trump designó al secretario de Estado, Marco Rubio, para encabezar nuevas negociaciones con el vicepresidente Geraldo Alckmin, el canciller Mauro Vieira y el ministro de Hacienda Fernando Haddad. Lula y Trump manifestaron la intención de reunirse en persona próximamente, sugiriendo la Cumbre de la ASEAN en Malasia como posible escenario, además de reiterar la invitación al líder estadounidense para participar en la COP30, que se celebrará en Belém, Brasil. Lula también subrayó su disposición a viajar a los Estados Unidos para abordar estos temas en un futuro cercano.
La comunicación directa entre ambos presidentes se produjo mientras persisten los efectos de la abrupta escalada comercial decidida por la Casa Blanca en agosto pasado. El 6 de agosto entraron en vigor los aranceles que incrementaron en cinco veces las tasas aplicadas a los bienes brasileños, alcanzando el 50% para numerosos productos de exportación clave, como el café, la carne y el azúcar. El impacto de estos gravámenes se calcula sobre alrededor del 36% del comercio brasileño con el mercado estadounidense, uno de los principales destinos de las exportaciones de Brasil.

La creciente tensión diplomática y comercial entre Estados Unidos y Brasil, agudizada por la imposición de aranceles del gobierno de Donald Trump, también ha puesto en riesgo una posible alianza estratégica entre ambos países destinada a desarrollar la explotación de las vastas reservas brasileñas de tierras raras. Esta cooperación buscaba reducir la dependencia estadounidense de Beijing en el suministro de estos minerales esenciales para tecnologías avanzadas, pero el conflicto político ha frenado las negociaciones y empujado a Brasil a buscar nuevos socios internacionales como China.
La Presidencia brasileña informó en un comunicado que la llamada, en la que el mandatario pidió una revisión de los aranceles, tuvo una duración de 30 minutos y transcurrió en un tono “amistoso”.
El comunicado apunta que Lula propuso un encuentro presencial en el marco de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), que se celebrará el 26 de octubre próximo en Kuala Lumpur (Malasia).
Sin embargo, el líder brasileño también planteó la posibilidad de viajar a Estados Unidos, así como invitó a Trump a participar en la cumbre de las Naciones Unidas sobre cambio climático (COP30), que se celebrará en noviembre en la ciudad amazónica de Belém.
(Con información de EFE)