
El calor extremo continúa afectando vastas zonas de Estados Unidos, con más de 130 millones de personas bajo advertencia por altas temperaturas, informó el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) este jueves 26 de junio.
La ola de calor, calificada como “intensa y prolongada”, ha provocado emergencias eléctricas, cancelaciones de servicios de transporte, problemas de salud pública y nuevos récords históricos de temperatura.
El Departamento de Energía emitió una declaración de emergencia para responder a posibles fallos en el suministro eléctrico, autorizando a Duke Energy Carolinas —empresa que abastece a unos 7,7 millones de usuarios— a operar unidades generadoras a su máxima capacidad en Carolina del Norte, Carolina del Sur, Florida, Indiana, Kentucky y Ohio.
Chris Wright, secretario de Energía, afirmó que esta medida busca asegurar que las redes eléctricas puedan mantener el suministro durante la demanda pico del verano. “Los estadounidenses no deberían preguntarse si su red puede sostener sus hogares y negocios”, dijo.

Los efectos del calor sofocante han obligado a ciudades como Boston, Filadelfia y el estado de Nueva York a declarar emergencias locales. Se han reportado cortes de electricidad, trenes cancelados, carreteras agrietadas, puentes averiados y problemas graves en hospitales que batallan por mantener la refrigeración y el funcionamiento de sus equipos.
En Baltimore, un tren de Amtrak quedó atrapado en un túnel sin aire acondicionado, reportó ABC News. En Nueva Jersey, las autopistas interestatales se agrietaron bajo el calor. En Nueva York, las plataformas del metro se han convertido en verdaderas saunas, mientras que en Massachusetts, varios puentes levadizos dejaron de operar.
El martes 24 de junio fue, según el NWS, uno de los días más calurosos en más de una década, con temperaturas que superaron los 38°C en múltiples estados:
- En Boston, se alcanzaron 38,8°C, el tercer día más caluroso en su historia.
- Filadelfia rompió su récord más temprano de 38°C desde 2012.
- En Augusta, Maine, se igualó el récord histórico absoluto de 38°C.
- Providence, Rhode Island y Newark en Nueva Jersey también marcaron sus máximas históricas para junio.
- En Nueva York, el aeropuerto JFK llegó a 38,8°C, temperatura que no se registraba en junio desde 2011.

El miércoles se mantuvieron niveles similares, con nuevos picos de calor en zonas de la costa este, donde el índice térmico llegó a más de 37°C.
El impacto sanitario también crece: al menos una muerte fue atribuida a las altas temperaturas en St. Louis, donde una mujer vivía sin acceso a agua ni aire acondicionado. En Nueva Jersey, 16 personas fueron hospitalizadas y más de 150 evaluadas por enfermedades relacionadas con el calor durante actos escolares.
Un concierto de K-Pop en Washington fue cancelado por emergencias médicas vinculadas al clima. El Monumento a Washington permanecía cerrado. En Chicago y Nueva York, hospitales reportaron dificultades para mantener el aire acondicionado.
Además, bomberos fueron hospitalizados por agotamiento en Massachusetts, y excursionistas tuvieron que ser rescatados por sufrir golpes de calor en Nueva Hampshire.

Estudios recientes reafirman que el calentamiento global está estrechamente vinculado con el aumento en la frecuencia e intensidad de las olas de calor. Un análisis de la organización Climate Central concluyó que el evento de esta semana fue al menos cinco veces más probable debido a las emisiones de gases de efecto invernadero.
“No hay incertidumbre: el cambio climático hace que las olas de calor sean más extremas”, explicó Fredi Otto, del grupo World Weather Attribution. Según la meteoróloga Bernadette Woods Placky, “el calor alcanza nuevos extremos y se prolonga por más tiempo”.
En 2023, Estados Unidos registró 2.325 muertes por calor, el cuarto año consecutivo con récords en fallecimientos vinculados a temperaturas elevadas, según el Journal of the American Medical Association (JAMA).
El NWS advirtió que la ola de calor seguirá hasta el viernes, con riesgos de lluvias intensas y tormentas en algunas zonas del centro y este del país. Sin embargo, la principal preocupación sigue siendo el exceso de calor y su presión sobre los servicios básicos. Los expertos aconsejan evitar la exposición prolongada al sol, mantenerse hidratado y reducir el consumo energético.