
En una cafetería de Irlanda, mucho antes de convertirse en una de las figuras más reconocidas de la televisión británica, Sharon Horgan vivió un episodio que marcaría el rumbo de su vida profesional.
Según relató en el pódcast Armchair Expert, la guionista y productora recordó cómo el director Jim Sheridan, conocido por películas como “En el nombre del padre”, se le acercó de manera inesperada y le propuso audicionar para una de sus películas.
Aquella invitación, surgida en un contexto cotidiano y sin preámbulos, no solo la sorprendió, sino que se transformó en el primer gran impulso para perseguir una carrera artística que iría en ascenso dentro de la industria audiovisual.

Durante la conversación con Dax Shepard y Monica Padman para Armchair Expert, la artista londinense de 55 años detalló ese momento decisivo: “Tuve un encuentro ligeramente extraño con un director irlandés llamado Jim Sheridan, que simplemente se me acercó en una cafetería y me dijo: ‘Quiero que audiciones para mi película’”.
La propuesta, tan directa como inusual, la llevó a presentarse a la prueba, aunque el resultado no fue el esperado. “No conseguí el papel, pero de alguna manera, extrañamente, eso me hizo pensar: ‘Quiero no fallar en esto’”, confesó la actriz. Lejos de desanimarla, la experiencia sembró en ella la determinación de no rendirse y de buscar su lugar en el mundo de la actuación y la escritura.

La audición fallida ante Sheridan no supuso un revés definitivo, sino el inicio de una búsqueda personal y profesional. Horgan explicó en el pódcast que, tras ese episodio, decidió mudarse a Londres con la intención de abrirse camino en el teatro alternativo.
Aunque reconoció que en ese entonces carecía de la confianza necesaria para destacar y que le costaba “empujarse hacia adelante”, la experiencia con el cineasta le sirvió como recordatorio constante de que debía perseverar. Con respecto a su visión, admitió: “Siempre he sentido que estoy jugando a ponerme al día, porque empecé tarde”.
Antes de consolidarse en la industria, atravesó años de incertidumbre y trabajos ajenos a su vocación. En la entrevista con el pódcast, relató que, tras mudarse a Londres, trabajó durante seis años en una oficina de empleo, mientras intentaba encontrar una vía alternativa hacia la interpretación y la escritura. “Fue un error, pero estaba haciendo cursos y buscando una ruta de entrada”, recordó.
No fue hasta después de dejar ese empleo que retomó sus estudios universitarios y, poco a poco, se fue acercando al mundo del teatro y la televisión. Su colaboración con Dennis Kelly en el teatro juvenil y la posterior creación de sketches y comedias de situación marcaron el inicio de una carrera que, aunque tardía, se caracterizó por la constancia y la creatividad.
El reconocimiento llegó con la serie Pulling, que coescribió y protagonizó, y que le valió el British Comedy Award a la mejor debutante femenina a los 37 años. Sobre esto, comentó: “Era surrealista, porque seis años antes no estaba haciendo nada relacionado con esto”.
Desde ese punto de partida, su carrera se diversificó con proyectos como “Catastrophe”, “Motherland” y “Bad Sisters”, consolidándose como una de las creadoras más prolíficas de la televisión británica.

A lo largo del episodio, reflexionó sobre las diferencias entre la industria audiovisual británica y la estadounidense. Destacó que, en su lugar de origen, es poco habitual que una serie supere varias temporadas, y señaló: “En Reino Unido es raro que una serie dure más de tres temporadas, lo que puede ser frustrante para los creadores”.
En contraste, en Estados Unidos, la dinámica permite que los guionistas y actores vivan de la venta de pilotos, aunque muchos de esos proyectos nunca llegan a producirse. Horgan expresó su sorpresa al descubrir que en el mercado estadounidense es posible tener una carrera exitosa sin que los guiones se materialicen en pantalla, algo impensable en el modelo británico.
La guionista también abordó los retos de la producción, la presión por innovar y la dificultad de mantener el equilibrio entre la creatividad y las exigencias del mercado.
A pesar de los obstáculos, subrayó la satisfacción que le produce ver sus ideas cobrar vida y la importancia de contar historias que, además de entretener, tengan relevancia social y representen la diversidad.
Más allá de su faceta profesional, Sharon Horgan compartió en Armchair Expert las dificultades de compaginar la vida familiar con el trabajo en la industria audiovisual, especialmente para las mujeres.
Relató episodios de culpa por ausencias familiares y la sensación de estar siempre en deuda con uno u otro ámbito de su vida. “He visto a muchas madres pasar por lo mismo, ese tironeo entre el trabajo y la familia”, confesó. También reconoció que el éxito no disipó su autocrítica ni la sensación de estar “poniéndose al día constantemente”.
A pesar del desgaste y la exigencia, admitió que no sabría cómo vivir de otra manera. La pasión por su trabajo y la necesidad de mantenerse activa forman parte esencial de su identidad y de su manera de entender la vida.