
Shaquille O’Neal habló abiertamente sobre los desafíos de mantener relaciones estables mientras vivía el agitado estilo de vida de un jugador de la NBA. En el marco de su programa “The Big Podcast”, el exbasquetbolista desmintió uno de los mitos comunes sobre la vida de las estrellas de este deporte mientras viajaban de ciudad en ciudad. Este diálogo también lo llevó a reflexionar sobre los errores que cometió en su vida personal y su impacto en su familia.
De acuerdo con lo compartido en el podcast, Adam Lefkoe, coanfitrión del programa, mencionó la percepción común de que, en cada lugar que visitaban los jugadores, había mujeres a la espera de encontrarlos. O’Neal, de 53 años, rechazó esa idea categóricamente: “Eso es un mito”, explicó. “He estado en muchos vestíbulos y no vi a nadie. Recuerdo que cuando llegué a la liga, hicieron un artículo en Esquire sobre cómo las chicas estarían esperando afuera. Así que yo buscaba eso. Nunca pasó”, agregó. Según el exjugador, quien está en el Salón de la Fama del Baloncesto y ganó cuatro anillos de campeón, estas creencias reflejan una narrativa más ligada al imaginario popular que a la vida real.
Más allá de desacreditar tales leyendas, Shaquille O’Neal compartió las dificultades que los jugadores enfrentan al intentar equilibrar una relación amorosa con el exigente estilo de vida que conlleva ser un atleta profesional. Describió este estilo de vida como el de un “tigre”, y señaló cómo esa mentalidad influía en la incapacidad para mantener compromisos sólidos. Durante la conversación, admitió que, en su caso personal, sus relaciones fallaron debido a su falta de compromiso y madurez emocional. “El problema con nosotros es que cuando vives cierto estilo de vida y todo se detiene, solo sabes lo que sabes. Entonces, si no conoces las reglas del compromiso, nunca funcionará”, explicó.
En el marco de esta reflexión, O’Neal reconoció que no cumplió con las expectativas que él mismo se había planteado en sus relaciones sentimentales. “Una vez que digo que me comprometo contigo, se supone que debo cumplir con eso como hombre. No lo hice. Por eso todo siempre ha fallado”, afirmó durante el episodio. Asimismo, detalló cómo intentar abandonar ese “estilo de vida de tigre” para adoptar lo que describió como el de un “tigre domesticado” no solo es difícil, sino que, en su experiencia, lleva al fracaso si no se comprende la dinámica y las responsabilidades del compromiso.
En cuanto a su vida personal, O’Neal compartió ejemplos específicos de sus propios errores pasados. En 2023, había revelado a la cantante Mónica, durante una entrevista en el programa “Mo Talk Radio” de Apple Music Hits, cómo arruinó las relaciones con dos mujeres que consideraba “perfectas”. Refiriéndose a la madre de su primer hijo, Arnetta Yardbourgh, y a su exesposa Shaunie Nelson, el exjugador reconoció su papel en el fracaso de estas relaciones. “Tuve dos mujeres perfectas y lo arruiné, simplemente por, ya sabes, ser un tonto”, confesó.
Shaunie Nelson, quien también es conocida por su participación en el programa “Basketball Wives”, estuvo casada con O’Neal durante nueve años antes de su divorcio en 2011. Durante ese tiempo, la pareja tuvo cuatro hijos juntos: Shareef, Amirah, Shaqir y Me’arah. Además, Nelson tenía un hijo de una relación previa, Myles, quien posteriormente adoptó el apellido O’Neal. En otra entrevista realizada en el podcast “The Pivot”, el exjugador profundizó sobre su percepción de la relación, admitiendo que no brindó suficiente protección a Shaunie ni honró los compromisos que había adquirido con su matrimonio.
Aunque O’Neal ha hablado abiertamente de los errores del pasado, también subrayó cómo la capacidad de perdón y el entendimiento mutuo han permitido que, a pesar de los desafíos, mantenga una relación cordial con sus exparejas.
En estas revelaciones, el exjugador no solo ha señalado las dificultades de manejar las responsabilidades emocionales mientras se vive una vida pública, sino también los efectos duraderos que dicha vida puede tener en el entorno familiar. Para él, gran parte de los errores cometidos se vinculan a su juventud y a las decisiones que tomaba en ese momento. “Éramos jóvenes y siempre hacíamos cosas tontas”, reflexionó.
La sinceridad de Shaquille al abordar estas temáticas resalta una perspectiva pocas veces explorada en el mundo de los íconos deportivos.