
En 2022, mientras ejercía como embajador de salud mental juvenil del Departamento de Educación del Reino Unido, el Dr. Alex George enfrentaba un momento de gran presión personal.
El exmédico de urgencias atravesó una etapa de agotamiento, consumo excesivo de alcohol y desorden en su alimentación tras el suicidio de su hermano menor, Llŷr, en 2020.
Actualmente, con 34 años, logró recuperar el equilibrio a través de terapia, medicación y la incorporación progresiva de rutinas saludables. “Un día decidí que necesitaba un cambio”, explicó.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada siete jóvenes de entre 10 y 19 años padece un trastorno mental en el mundo, lo que representa el 15% de la carga mundial de enfermedad en este grupo de edad.
George enfatizó que los hábitos son esenciales para el bienestar emocional y físico. En sus redes sociales, recordó que durante su niñez, marcada por un TDAH no diagnosticado y ansiedad, se sentía distinto y con baja autoestima. “No sabía que unos pequeños cambios podían marcar una gran diferencia”, señaló.

El especialista observó que los problemas de salud mental surgen a edades cada vez más tempranas. Durante sus visitas a escuelas, detectó que niños de entre ocho y doce años ya presentan casos de ansiedad y trastornos alimentarios, generalmente vinculados a la adolescencia. Además, este rango coincide con la transición entre primaria y secundaria y el inicio de la pubertad.
Para George, hasta el 80% de los problemas de salud mental en la niñez podrían prevenirse mediante rutinas adecuadas. “Cualquier psiquiatra te dirá que puede recetar todos los medicamentos que quiera, pero si no tienes los fundamentos bien definidos, no podrás cambiar las cosas”, afirmó a The Times.
En su libro, el médico británico presentó recomendaciones simples para construir una vida más saludable en los preadolescentes.
Tender la cama cada mañana libera dopamina y genera motivación. Inspirado en el discurso del almirante William McRaven, George destacó cómo las pequeñas tareas influyen de forma positiva en la mente.

Ante tareas difíciles de iniciar, como leer o practicar un instrumento, sugirió utilizar un temporizador y comprometerse durante dos minutos. Ese primer paso proporciona una sensación inmediata de logro que facilita continuar.
Aunque es activo en redes sociales, el médico enfatizó la importancia de limitar los dispositivos electrónicos. Sugirió evitar los teléfonos antes de los catorce años y las redes sociales antes de los dieciséis.

George recomendó no usar pantallas justo al despertar ni antes de dormir, y propuso hacer pausas de al menos treinta minutos para evitar la exposición continua a contenido pasivo.
Recomendó llevar un registro en una cuadrícula visible y otorgar recompensas cada diez rachas completadas. Este seguimiento genera una sensación de progreso que ayuda a consolidar nuevas conductas.
George señaló que los niños comprenden mejor la importancia de un hábito cuando reciben una explicación científica. En el caso del ejercicio, correr ayuda a fortalecer los huesos, refuerza las defensas del organismo y estimula la producción de serotonina. Además, la actividad física reduce la ansiedad porque mantiene la atención.

Basada en la técnica de la autora Mel Robbins, consiste en contar del cinco al uno y arrancar de inmediato con la tarea. “Funciona porque si tu cerebro se concentra en la cuenta regresiva, no se distraerá inventando excusas para no hacer el trabajo”, explicó a el diario británico.
Para contrarrestar el perfeccionismo, que según estudios ha ido en aumento entre los jóvenes desde los años ochenta, George indicó que el objetivo no debe ser la perfección.
“Estar sano también implica disfrutar de actividades que no son estrictamente ‘saludables’: comer pizza con amigos o con la familia un viernes por la noche, ver una película y pedir comida para llevar. ¿No es eso también parte importante de la vida?”, reflexionó.
George consideró que los niños actuales disponen de un vocabulario emocional más amplio que generaciones anteriores, lo que les permite expresar sus sentimientos con mayor claridad.
Sin embargo, resaltó que el desafío actual consiste en ofrecerles estrategias concretas que refuercen su bienestar y contribuyan a prevenir futuros trastornos.