
Dormir bien depende tanto de los hábitos diarios como de la selección de alimentos. En ese sentido, según expertos y estudios científicos, consumir algunas frutas en su forma natural puede facilitar un descanso reparador.
Aquí, un repaso por seis recomendaciones.

El kiwi fue estudiado por sus efectos en el sueño. Una investigación publicada en Nutrients en 2023 evaluó a atletas de élite que consumieron dos kiwis verdes (Actinidia deliciosa) una hora antes de dormir, durante cuatro semanas.
Los resultados mostraron mejoras sustanciales en la calidad y duración del sueño, así como en su eficiencia. Los participantes aumentaron el tiempo total de sueño, redujeron el número de despertares nocturnos y disminuyeron el tiempo despiertos tras quedarse dormidos.
También bajaron los niveles de fatiga y estrés, además de registrar mejor recuperación física. Los autores concluyeron que consumir kiwi puede considerarse una intervención práctica y natural para optimizar tanto el sueño como la recuperación, especialmente en personas físicamente activas.

Este efecto se atribuye principalmente a la melatonina presente en el kiwi y a su contenido de serotonina, antioxidantes y folato. La melatonina es fundamental para regular los ritmos circadianos, mientras que la serotonina y los antioxidantes ayudan a reducir el estrés oxidativo y la inflamación, factores que afectan el sueño.
El folato, por su parte, fue vinculado con la prevención del insomnio y el síndrome de piernas inquietas. Según Fox News Digital, la nutricionista Kendall Mackintosh explicó que el kiwi no solo aporta calorías, sino que también interactúa con los sistemas corporales para favorecer procesos como el descanso nocturno.

Las cerezas ácidas, en especial la variedad Montmorency, son reconocidas por su capacidad para inducir el sueño. De acuerdo con la Cleveland Clinic, estas cerezas contienen melatonina y triptófano, aminoácido esencial en la producción de serotonina y melatonina.
La dietista Beth Czerwony, citada por la clínica, aseguró que las cerezas ácidas ayudan a dormir más rápido y prolongan la duración del sueño porque las enzimas presentes mantienen el triptófano en el organismo por más tiempo.
Para obtener estos beneficios, se aconseja consumir media taza de cerezas o 120 ml de jugo de cereza ácida, aproximadamente una hora antes de acostarse. La cantidad ideal puede variar, por lo que conviene empezar con pequeñas porciones y ajustarlas según la reacción de cada persona.

En el caso de las uvas, la Cleveland Clinic plantea que su contenido de melatonina las hace adecuadas para la noche. El dietista Anthony DiMarino resaltó que las uvas, además de bajas en calorías, contribuyen a conciliar el sueño y representan una opción saludable antes de dormir.
Los especialistas insisten en consumirlas en estado natural, ya que el procesamiento, como en jugos o pasas, puede disminuir su valor nutricional. Se recomienda una porción de una taza, dos o tres veces por semana.

Según el Instituto de Neurología Cognitiva (INECO), el maracuyá es una fruta rica en fibras, vitamina A, vitamina C, potasio, magnesio, flavonoides y carotenoides.
Tanto las hojas como las flores y la pulpa del maracuyá presentan propiedades sedantes leves sobre el sistema nervioso central, lo que ayuda a combatir el insomnio.
Su consumo favorece un sueño más tranquilo y relajante, además de disminuir síntomas de ansiedad y estrés. Esta fruta representa una opción natural para quienes buscan mejorar la relajación nocturna y la calidad del descanso.

Las bananas contribuyen a un mejor descanso. Además, según INECO, su contenido de potasio es alto, aporta nutrientes esenciales que ayudan a regular el ciclo sueño-vigilia, así como a aliviar calambres musculares, ansiedad y estrés.
El magnesio presente en la banana favorece un ciclo circadiano normal al estimular la producción de melatonina y reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Al disminuir el cortisol, se induce un estado de relajación antes de dormir, lo que mejora la calidad del descanso.

Un estudio publicado en Journal of Food Composition and Analysis demostró que el ananá es fuente de serotonina y triptófano, sustancias que estimulan la producción natural de melatonina.
Incluir esta fruta en la dieta puede ser beneficioso para favorecer la conciliación del sueño y mantener un descanso reparador.