
Por Montserrat Arqué
26 Ago 2025, 17:08 PM EDT
Las noches de películas, salidas de fin de semana, actividades familiares o videojuegos hasta tarde son típicas del verano. Sin embargo, antes de que los niños y adolescentes regresen a clases, es el momento ideal para retomar rutinas de sueño, según especialistas.
El Doctor Brian Chen, de Cleveland Clinic, explica que durante el verano los horarios de dormir suelen retrasarse debido a que oscurece más tarde. “Si comenzamos a ajustar los horarios desde ahora, será un proceso gradual que permitirá acostumbrarse poco a poco, evitando cambios bruscos que pueden dificultar las primeras semanas de regreso a la escuela”, señala Chen.
Dormir lo suficiente es clave para el aprendizaje, la concentración y la memoria. Cuando los estudiantes no descansan lo necesario, el cerebro tarda más en procesar la información, lo que puede afectar el rendimiento escolar. Aunque esta fatiga mental desaparezca hacia la mitad del día, ya se habrá perdido parte importante de las lecciones.
La importancia de una buena rutina de sueño
Según Chen, tener hábitos de sueño saludables contribuye tanto al descanso reparador como a la salud física y mental. Preparar al cuerpo y la mente para dormir implica actividades que indiquen al cerebro que es momento de relajarse. Por ejemplo, ponerse el pijama, lavarse los dientes y dedicar unos minutos a leer o practicar técnicas de respiración profunda.
Crear una rutina constante y tranquila reduce el estrés antes de dormir y permite un sueño más profundo y reparador.
¿Cuánto deben dormir niños y adolescentes?
De acuerdo con el National Institute of Health (NIH), los niños pequeños necesitan aproximadamente 10 horas de sueño, mientras que los adolescentes requieren al menos 9 horas. Mantener estos horarios ayuda a prevenir problemas de memoria, concentración y, a largo plazo, reduce riesgos de enfermedades como demencia o defensas autoinmunes bajas.
Los adultos también se benefician de respetar sus horarios de sueño para rendir mejor en el trabajo o cualquier actividad diaria. Es fundamental evitar el uso de teléfonos, pantallas y luces brillantes antes de dormir.

El regreso a clases representa un momento clave para establecer hábitos de sueño saludables que beneficien tanto el rendimiento escolar como la salud integral. Comenzar a ajustar los horarios con anticipación facilita la transición y reduce el estrés de los primeros días.
Los padres pueden acompañar este proceso apoyando la creación de un ambiente relajante, fomentando actividades calmadas antes de dormir y estableciendo horarios consistentes. De esta manera, los niños y adolescentes estarán mejor preparados para aprender, concentrarse y disfrutar de su vida diaria con energía y bienestar.
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