
El testimonio de Reese Witherspoon sobre su vida en Los Ángeles tras su divorcio expone el impacto negativo que tuvo el acoso constante de los paparazzi en su familia.
La dinámica afectó especialmente la salud emocional de sus hijos, Ava y Deacon, fruto de su matrimonio con Ryan Philippe.
En una entrevista con New York Times, la actriz lamentó no haber mudado a su familia durante ese periodo, ya que la presión mediática fue especialmente intensa en la década de 2000.
Witherspoon relató que, en aquellos años, la presencia de fotógrafos era una constante en su día a día. “Estaban por todas partes”, afirmó al describir cómo los paparazzi se apostaban en las escuelas, los automóviles y hasta en la iglesia.
Uno de los episodios más extremos ocurrió cuando, tras asistir a un servicio religioso, un hombre saltó sobre el capó de su coche mientras otros tres empujaban contra las ventanas y golpeaban las puertas, todo esto mientras sus hijos eran pequeños y la familia acababa de atravesar el proceso de divorcio.
“Nos perseguían como si fuera una persecución policial por las autopistas. Fue aterrador”, recordó la estrella de Hollywood.
La presión mediática no se limitó a los espacios públicos. Reese Witherspoon detalló que los fotógrafos llegaban a los campos de fútbol donde jugaban sus hijos.
Aparecían con hasta 25 personas apostadas al borde del campo para captar imágenes de ella y de Philippe, buscando cualquier señal de conflicto o reconciliación.
“Sé que parece que solo están tomando fotos, pero era una situación muy difícil para mis hijos. Les generaba ansiedad”, confesó.
En esos momentos, la exposición de los menores era total: “Había un niño y una niña ahí”, subrayó, en referencia a Ava y Deacon.
La actriz explicó que ambos desarrollaron una fuerte ansiedad, originada por factores externos que escapaban a su control.
“Mis hijos tenían muchísima ansiedad. Y todo era externo”, señaló. En ese sentido, reconoció que, aunque intentó protegerlos, la presencia de paparazzi en los parques y patios escolares hacía que el mundo pareciera un lugar caótico y sin reglas.
Además, los fotógrafos no dudaban en gritar comentarios inapropiados sobre ella o sobre Ryan Philippe en presencia de los niños, lo que agravaba la sensación de inseguridad y desprotección.
La protagonista de Legalmente Rubia también abordó el papel de los medios en la construcción de la imagen pública de las celebridades.
Explicó que los paparazzi no solo tomaban fotografías, sino que grababan videos de los encuentros y luego editaban el material de manera poco compasiva.

“Estos videos existen. Y solo mostraban la parte en la que yo les gritaba: ‘Vuelvan a sus autos, déjennos en paz’”, relató a New York Times. Dicha manipulación mediática, según narra, distorsionaba la realidad y contribuía a una percepción pública injusta.
La llegada de las redes sociales supuso un cambio significativo para Reese Witherspoon y otras figuras públicas.
La artista recordó una conversación con Jennifer Garner en la que ambas celebraron la posibilidad de decidir cuándo y cómo se compartían imágenes de sus hijos.
“Podíamos decidir cuándo la gente tenía fotos de nuestros hijos. Apúntame”, rememoró.
Con la proliferación de plataformas digitales, el valor comercial de las imágenes privadas de los hijos de celebridades disminuyó, ya que los propios padres podían compartirlas directamente con sus seguidores.

Witherspoon también expresó su empatía hacia otras celebridades que enfrentaron situaciones similares, como Britney Spears.
Observó cómo la cantante, madre joven y lejos de su hogar, fue perseguida de manera implacable por los fotógrafos, lo que derivó en una representación mediática injusta.
“Vi cómo la perseguían. Tenía dos niños pequeños, igual que yo, y sentí que era una imagen muy injusta de ella como ‘chica mala’, mientras que yo era la ‘chica buena’”, reflexionó.
De tal manera, destacó la secuela traumática que este tipo de acoso puede tener en la vida de una madre joven.
Al mirar atrás, Reese Witherspoon reconoce que nunca anticipó que su deseo de ser actriz implicaría exponer a su familia a este nivel de escrutinio y presión.