“Quien come mucho duerme poco”, y otras claves para mejorar el descanso de un experto en sueño

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Carlos Egea revela en Infobae en Vivo cómo sencillos cambios pueden ayudar a dormir mejor, desde cenas ligeras hasta evitar las pantallas antes de acostarse

Carlos Egea, neumonólogo especialista en sueño y presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño, es conocido en su país como “el Messi del sueño”, gracias a su vasto conocimiento en el campo y su dedicación a promover un mejor descanso.

Durante una entrevista con en Infobae en Vivo, Egea compartió sus recomendaciones y conocimientos sobre cómo lograr un sueño reparador.

El experto profundizó en los factores que afectan la calidad del sueño y cómo los hábitos diarios pueden mejorar la experiencia del descanso.

Uno de los puntos clave que el experto destacó es la importancia de los hábitos, especialmente la relación entre la alimentación y el sueño. Según el especialista, las horas de comida juegan un papel crucial en la calidad del descanso. “Quién come mucho duerme poco”, señaló Egea, al explicar que las personas que cenan tarde o consumen comidas pesadas por la noche suelen experimentar dificultades para dormir. “Cenar unas horas antes de dormir hace que el sueño sea mucho más fácil de alcanzar, sin los problemas derivados de una digestión pesada”, afirmó.

Según Egea, cenar entre lasSegún Egea, cenar entre las 18 y las 20 es crucial para evitar problemas digestivos y mejorar la conciliación del sueño

El experto también destacó que, en términos generales, es recomendable hacer la cena entre las 18 y las 20, ya que es en este intervalo cuando nuestros “relojes biológicos” están sincronizados con el ciclo solar. Este consejo no solo tiene que ver con el momento del día, sino también con la cantidad de comida que ingerimos, ya que los excesos en la cena pueden interferir con el sueño y provocar dolor de cabeza o malestar general al día siguiente.

Egea también abordó el concepto del sueño reparador y las falsas creencias sobre la rapidez con la que una persona debe conciliar el sueño. “La rapidez con la que te duermes no necesariamente significa que duermas bien”, explicó. Para Egea, un buen descanso se caracteriza por varios factores: la facilidad para conciliar el sueño, la capacidad de volver a dormir si uno se despierta durante la noche, y, sobre todo, cumplir con las 7 a 9 horas recomendadas para los adultos. Sin embargo, Egea advirtió que la mayoría de las personas no cumplen con estas cifras durante la jornada laboral.

En cuanto a la relación entre la siesta y el sueño nocturno, el especialista fue claro: “Las horas que no se duermen durante la noche no se compensan”. Aunque reconoció que el descanso en fin de semana puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, como lo sugieren algunos estudios, subrayó que no existe una “recuperación” mágica por dormir más en días posteriores. En este sentido, la “ventana mágica” del sueño, que es el intervalo ideal de 7 a 9 horas, no debe ser ignorada, ya que es fundamental para la salud cardiovascular y el bienestar general.

El especialista también enfatizó la importancia de adaptar las horas de sueño a las distintas etapas de la vida. Los niños deben dormir entre 9 y 10 horas para tener un buen rendimiento en la escuela, mientras que los adultos deben cumplir con el rango de 7 a 9 horas. Por su parte, los adultos mayores necesitan menos horas de sueño, aproximadamente entre 6 y 8 horas, aunque la calidad del descanso sigue siendo fundamental.

La luz de las pantallasLa luz de las pantallas retrasa el proceso de adormecimiento en al menos 25 minutos, explicó Egea (Imagen Ilustrativa Infobae)

Otro tema abordado por Egea fue el impacto negativo de las pantallas en el sueño. Las luces que emiten los dispositivos electrónicos, como teléfonos y computadoras, afectan la capacidad de conciliar el sueño, ya que retrasan el proceso de adormecimiento. “La luz de las pantallas hace que el tiempo se retrase al menos 25 minutos”, explicó. Además, el uso de redes sociales cerca de la hora de dormir puede generar ansiedad e inercia emocional, lo que dificulta la desconexión y el descanso reparador.

El experto también sugirió que enseñar a los niños a dormir correctamente es esencial desde una edad temprana. Egea recordó que, aunque todos recibimos educación sobre otros aspectos de la vida, como la higiene o la educación sexual, nunca se nos enseña cómo dormir adecuadamente. “El sueño es algo que forma parte de nuestra salud, y deberíamos educar a nuestros hijos para que sepan cómo dormir bien”, aseguró.

Egea también resaltó la importancia de crear un entorno adecuado para el descanso. Según el neumonólogo, la habitación debe ser un espacio dedicado exclusivamente al sueño y a la intimidad, evitando convertirla en un lugar para ver televisión o trabajar. “Una habitación debe ser la zona donde se duerme o se tiene sexo, porque eso influye en el rendimiento al día siguiente”, indicó. Para el especialista, es crucial que el espacio destinado al descanso sea un lugar libre de distracciones y asociaciones negativas.

El especialista sugirió que losEl especialista sugirió que los niños deben ser educados sobre la importancia del buen dormir desde una edad temprana (Imagen Ilustrativa Infobae)

La lectura de cuentos antes de dormir es otro hábito recomendado por Egea para facilitar el sueño en los niños. “Los cuentos ayudan a desconectar a los niños de las preocupaciones del día a día y los trasladan a un mundo diferente”, explicó. Esta práctica ayuda a los pequeños a relajarse, promoviendo un ambiente propicio para conciliar el sueño.

A través de simples hábitos, como mejorar la alimentación, ajustar los horarios y evitar las pantallas antes de dormir, el experto enfatizó que es posible lograr un descanso reparador que influya positivamente en la salud física y mental.

Egea también resaltó la importancia de crear un entorno adecuado para el descanso

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* De 9 a 12: Gonzalo Sánchez, Carolina Amoroso, Ramón Indart y Cecilia Boufflet.

* De 18 a 21: Jesica Bossi, Diego Iglesias, María Eugenia Duffard y Federico Mayol.

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