
En muchos hogares, los gatos domésticos son considerados parte de la familia, sin embargo, en algunas regiones del mundo, estos pequeños felinos son considerados una potencial amenaza para la fauna silvestre local. Ejemplo de ello es el caso reciente de una zarigüeya bebé en Australia, el cual, además de enternecer a miles de personas, también reavivó un debate importante sobre la responsabilidad de los dueños de mascotas en la conservación del medio ambiente.
Hace unos meses, un residente de un suburbio de Sídney se llevó una gran sorpresa al encontrar a una cría de zarigüeya de cola anillada dentro de su habitación. Nadie sabía cómo había llegado hasta allí, pero tenía la sospecha de que su gato podría haberla llevado dentro.
La historia, reportada por WIRES, una organización australiana dedicada al rescate de fauna silvestre, y difundida por The Dodo For Animal People, una plataforma que promueve el bienestar animal, detalla cómo los propietarios, alarmados por la situación, decidieron llamar a las autoridades pertinentes, sin embargo, mientras esperaban la llegada de los rescatistas, la pequeña zarigüeya desapareció dentro de la casa.
A pesar de buscar por todos los rincones, los civiles no lograban encontrarla, pero una vez en el inmueble, el equipo de WIRES comenzó una exhaustiva búsqueda. “Revisamos debajo de la cama, debajo de las almohadas, debajo de las sillas y en cada bolsillo de cada prenda del armario”, relató Rachel Lyons, quien se encarga de responder emergencias de WIRES, a The Dodo. Finalmente, encontraron a la cría en el último lugar que esperaban: el cajón de la mesita de noche.
“Allí estaba, una pequeña zarigüeya de cola anillada juvenil acurrucada en un compartimento”, dijo Rachel. Aterrorizada y confundida, la cría se había refugiado en un espacio cerrado que le parecía seguro. “Debe haberse metido debajo del armario buscando un espacio donde refugiarse y luego subió por el espacio detrás de los cajones”, explicó la rescatista.

Con sumo cuidado, Rachel colocó a la zarigüeya en una bolsa de lana y la introdujo en un transportín. Comenta que, aunque buscó a su madre en las inmediaciones interiores y exteriores, no logró encontrarla.
La pequeña cría fue entregada a Kris, una voluntaria de WIRES especializada en el cuidado de zarigüeyas y de quien se desconoce su apellido. Afortunadamente, el animal de corta edad, a quien la mujer llamó Libby, en honor a Liberty Grove, el área donde fue rescatada, no presentaba heridas, ni signos de haber sido lastimada por el gato.
“Estaba notablemente tranquila después de su terrible experiencia y solo quería un lugar cálido para acurrucarse y dormir”, relató Kris.
Durante ocho semanas, ella cuidó de Libby como si fuera una más de su familia. La alimentó con hojas frescas de arbustos nativos y más adelante la integró con otros dos ejemplares de la misma especie. “Pronto la junté con otras dos zarigüeyas huérfanas de aproximadamente la misma edad, y durmieron juntas en un nido casero”, comentó.
Cuando Libby estuvo lo suficientemente fuerte para valerse por sí misma, llegó el momento de decir adiós. “Fue fabuloso verla regresar corriendo a su hábitat familiar, sin siquiera mirar atrás”, recordó Kris con orgullo.

El emotivo rescate de Libby también sirvió como recordatorio de un problema ambiental. WIRES publicó en su cuenta de Instagram: “Encuentros como este nos recuerdan el daño oculto que las mascotas deambulantes pueden tener en nuestra fauna autóctona”. Según la organización, cada gato doméstico que pasea libremente en Australia mata, en promedio, 186 animales al año, muchos de ellos nativos.
El problema no se limita a Australia; un análisis global publicado en la revista Nature, titulado “Una síntesis y evaluación global de la dieta de los gatos domésticos en libertad” (A global synthesis and assessment of free-ranging domestic cat diet), identificó 2,084 especies consumidas por gatos asilvestrados en todo el mundo. De ellas, 347 especies (16,65%) tienen relevancia en términos de conservación.
Además, en islas y ecosistemas insulares, los gatos han estado implicados en el 14% de todas las extinciones de aves, mamíferos y reptiles, y en el declive del 8% de las especies catalogadas en peligro crítico.
National Geographic también destaca que los gatos constituyen una de las principales amenazas a la biodiversidad, particularmente en entornos aislados. De hecho, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) los incluye entre las 100 especies invasoras más dañinas del mundo. Como ejemplo, el gobierno de Canarias ha catalogado oficialmente al gato como especie invasora en su Banco de Datos de Biodiversidad.