Posiciones extremas obstaculizan negociación entre Ucrania y Rusia

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Lo avanzado en esta nueva fase se refiere al intercambio de prisioneros. Luego de la primera reunión en Turquía, Kiev y Moscú intercambiaron unas 1,000 personas de cada bando: soldados y civiles. Sin embargo, el proceso no está exento de dificultades.

El 9 de junio, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, indicó que "las negociaciones continúan prácticamente cada día" y el objetivo en esta etapa es lograr el regreso a casa de más soldados en cautiverio. Admitió que se trata de un proceso complicado, en el que "hay muchos detalles sensibles”.

El segundo canje de prisioneros ocurrió en la última semana, esta vez se incluyeron a prisioneros heridos, enfermos graves y menores de 25 años. El Krelim ha rechazado varias veces la propuesta de Zelenski de sostener una reunión directa con el presidente Vladimir Putin. Las autoridades de Ucrania informaron el 11 de junio sobre la repatriación de los cadáveres de 1.212 militares caídos supuestamente en combates con Rusia.

El 20 de mayo, el presidente Donald Trump anunció: "Rusia y Ucrania empezarán inmediatamente negociaciones hacia un alto al fuego y, más importante, el final de la guerra".

A su vez, afirmó que las condiciones “serán negociadas entre las dos partes, como solo puede ser, porque conocen detalles de una negociación de las que nadie más está al tanto".

Eric de la Fuente, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), expresa que hay poco interés de Rusia en llegar a una negociación.

“Yo no veo ningún acuerdo de paz en el horizonte, principalmente porque el gobierno de Rusia no quiere. He sostenido en estos tres años que Rusia no quiere un acuerdo de paz. Y esto lo he enfatizado este año, cuando hay conversaciones para llegar a un acuerdo”, indica.

El investigador enfatiza que el objetivo del Krelim es reemplazar al gobierno de Ucrania.

“El occidente mira a este conflicto con forma de territorio, quién se queda con qué territorio, provincias, y creo que así no lo ve el Krelim. El Krelim lo ve en términos de soberanía: Putin no reconoce ni antes de la invasión, ni tampoco ahora, la soberanía ucraniana, no considera a Ucrania un país”, puntualiza.

Añade que por mucho que Ucrania haya sido destrozada, se hayan registrado cerca de un millón de soldados muertos y heridos, no ha caído ninguna ciudad principal y ha aguantado la línea: “Por lo cual, esto es una derrota para Rusia. Lo es también para Ucrania. Esta es una guerra de dos perdedores, lo que pasa es que Ucrania está interesada aún en la paz”.

De la Fuente explica que llegar a la paz conllevaría ceder en cosas importantes como territorio. Señala que pese también a que Estados Unidos ha ofrecido levantar sanciones, Rusia no quiere avanzar.

“Esas negociaciones en Estambul no van a llegar a un acuerdo de paz”, insiste.

Posiciones en juego

Por su parte, Carlos Romero, experto en relaciones internacionales, no califica de negociaciones los encuentros entre las delegaciones de Ucrania y Rusia en Turquía.

A su juicio, se trata de “conversaciones preliminares que, ojalá, lleven a una negociación. En este momento, lo que hay es un escarceo, una medición del tiempo, de exploración que se ha concentrado en el tema de canje de prisioneros”.

Destaca que no se ha avanzado más dadas las posiciones extremas de las partes.

“Rusia dice que Ucrania no puede ser miembro de la OTAN, que tiene que retirarse del territorio que es considerado ruso, entre otros aspectos. Ucrania exige que Rusia se retire de los territorios que considera suyos, que Rusia es un país invasor. Sobre estas premisas no puede haber negociaciones porque cada uno tendría que renunciar a sus condiciones maximalistas”, explica.

Romero afirma que, políticamente, hay dos elementos que no se señalan en las conversaciones, pero son importantes.

“Rusia tiene un veto de que cualquier negociación que se dé, Ucrania no debe aceptar ayuda de la OTAN y tampoco aceptar armamento occidental. Remata diciendo que tiene que haber elecciones presidenciales en 30 días en Ucrania. Esas son peticiones que ni el propio Moscú cree que van a cumplirse y obstaculizan cualquier posibilidad de negociación”, apunta.

El analista añade que, de su lado, Zelenski no va a cortar la relación militar con occidente “que le ha dado tanto provecho y le ha mantenido en el frente de guerra”.

El politólogo enumera las condiciones que, a su juicio, son necesarias para que haya una verdadera negociación: cese al fuego, participación de Naciones Unidas en la resolución del conflicto, sincerar la agenda (reducir exigencias y centrarse en las más importantes) y la reducción de los ataques a instalaciones civiles en cada uno de los territorios.

Por su lado, el internacionalista Juan Francisco Contreras asevera que el proceso no ha avanzado y, coincide con Carlos Romero en que las condiciones expuestas por Rusia y Ucrania son muy duras y “no son aceptables para la otra parte”.

Considera complicado buscar el acercamiento y destaca que habría que pensar en un mediador para esta fase del conflicto. “Rusia no tiene interés en un cese al fuego, salvo que haya algo que los beneficie”, apunta.

El analista prefiere hablar de una etapa de “prenegociación”. A su juicio, deberían darse, al menos, conversaciones entre los cancilleres de Rusia y Ucrania dada la negativa de Moscú a que Putin se siente cara a cara con Zelenski.

Papel estadounidense

El internacionalista Contreras señala que, inicialmente, se creía que Estados Unidos fungiría como mediador, pero ahora pareciera que Trump de alguna manera “se lavó las manos” al decir que el asunto le correspondería más a Europa que a EEUU.

De acuerdo con Trump, en el proceso pueden tener un rol clave varios países europeos.

Para Juan Francisco Contreras, este conflicto plantea la necesidad de revisar el sistema internacional. “El órgano de Naciones Unidas no tiene capacidad de hacer nada porque uno de los países dentro del conflicto es miembro del Consejo de Seguridad que tiene, además, poder de veto, eso anula la posibilidad de intervenir”, dice.

El analista subraya que, mientras tanto, ambas partes buscan hacer movimiento de fuerza. El 9 de junio, las defensas aéreas ucranianas derribaron 460 de 479 drones rusos Shahed, de los cuales 277 fueron destruidos y otros 183 neutralizados, en lo que se considera uno de los ataques rusos con drones más masivos de toda la guerra.

Ese mismo día, Moscú dijo que fue interceptado casi medio centenar de drones ucranianos dirigidos contra siete regiones de la Federación rusa.

Esta semana, el presidente ucraniano aseguró que la administración Trump desvió hacia Medio Oriente, al menos 20,000 misiles que habían sido asignados desde EEUU a Ucrania. El profesor Eric de la Fuente señala que habría que conocer los detalles de esta información y puntualiza que Washington siguen enviando las armas que ya se habían aprobado.

“La cuestión va a ser ahora el nuevo presupuesto y si se va a renovar el reflujo de armas que fueron autorizadas, allí se va a dar la señal. Yo creo que, en gran parte, el Krelim está esperando a ver qué pasa”, asevera.

De la Fuente expresa que, con la presión de EEUU, puede darse el cese al fuego, pero hoy en día nada indica eso. “Creo que tanto Estados Unidos como Europa han tenido armas para apretar a Rusia que no han utilizado ni durante la administración de Biden ni ahora con Trump”, señala.

Agrega que Europa depende mucho del gas y del petróleo ruso, le ha pagado más a Rusia en estos tres años en dinero que lo que ha ayudado a Ucrania. “Y aunque hay sanciones, mucho de ese petróleo y gas está llegando por otros países”, acota.

@snederr

FUENTE: Con información de DIARIO LAS AMÉRICAS /AFP/Europa Press/EFE

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