
Uno de los sectores más expuestos en la reciente política de aranceles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es el tecnológico. Ahora, con una exención, esa industria recibió un respiro: teléfonos, ordenadores y componentes clave están fuera de la decisión anterior.
Por lo tanto, el riesgo de un alza inmediata en los precios al consumidor, como se estaba pensando por muchos analistas, ya no sería real en marcas tan conocidas como Apple y Samsung.
Las exenciones, publicadas en un boletín de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, se aplican sobre productos que, actualmente, estaban sujetos a un arancel adicional del 145% si provenían de China, además del arancel base del 10% aplicable a casi todos los demás socios comerciales.
Esta decisión tendría como efecto inmediato reducir el impacto de estas tarifas sobre los consumidores y las cadenas de suministro de empresas tecnológicas globales, como Apple, Samsung Electronics y Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (TSMC), que depende del libre tránsito de insumos para la fabricación de chips.

Las exclusiones abarcan teléfonos móviles, ordenadores portátiles, discos duros, chips de memoria, procesadores y maquinaria utilizada en la producción de semiconductores.
Muchos de estos productos no se fabrican en Estados Unidos, por lo que su posible encarecimiento a través de tarifas hubiera afectado directamente a los consumidores locales y presionado los márgenes de las empresas importadoras.

La decisión de excluir estos artículos contrasta con otras medidas comerciales recientes impulsadas por Donald Trump. A principios de abril, el presidente de Estados Unidos anunció un arancel adicional del 125% sobre productos provenientes de China, que se sumó a un impuesto anterior del 20% vinculado al rol de ese país en las cadenas globales de suministro de fentanilo.
En total, el nuevo marco arancelario eleva los impuestos sobre una gama de productos chinos hasta un 145%.

Desde Beijing, la respuesta no se hizo esperar. El Comité de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado chino confirmó un aumento del 84% al 125% en los aranceles sobre productos estadounidenses, en represalia por las últimas medidas de Estados Unidos.
El anuncio de las exenciones se da en un contexto de alta volatilidad económica y comercial. A pesar de la exclusión de productos clave, los mercados financieros han reflejado la incertidumbre que genera la escalada entre las dos economías más grandes del mundo.
A pesar de las medidas de alivio, la administración de Donald Trump no ha descartado nuevas rondas de negociaciones arancelarias con otros actores relevantes del comercio global, incluidos Japón, Corea del Sur y la Unión Europea.

Según fuentes oficiales, el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, se reunirá en Washington con representantes estadounidenses para tratar posibles acuerdos comerciales entre las dos partes.