
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) emitió el 14 de agosto una clasificación de riesgo Clase II para el retiro voluntario de sazonadores para barbacoa producido por QST Ingredients and Packaging. Esta decisión llegó tras el hallazgo de posibles fragmentos metálicos en cuatro productos distribuidos a clientes en el sur de California y Texas. El retiro inició el 7 de agosto y, hasta la fecha, permanece activo. Los productos involucrados fueron distribuidos a cinco clientes: cuatro en California y uno en Texas.
La empresa notificó a sus clientes mediante una carta y la FDA confirmó que los destinatarios utilizan los productos tanto como ingredientes para procesamiento adicional como para su reempaque y venta minorista. El volumen total involucrado alcanza las 19,731 libras por cada producto involucrado, de acuerdo con los datos proporcionados por la agencia regulatoria. No se han registrado hasta el momento lesiones ni enfermedades relacionadas con el consumo de los productos retirados.
QST Ingredients and Packaging no emitió un comunicado de prensa adicional y, según la FDA, no hay reporte de incidentes sanitarios ligados al caso. La FDA indicó que la evaluación de riesgo Clase II corresponde a productos cuyo uso o exposición puede provocar consecuencias adversas para la salud, aunque éstas suelen ser temporales o médicamente reversibles. También aclaró que la probabilidad de efectos graves se considera remota.

El retiro incluye cuatro sazonadores en presentaciones de 50 libras bajo distintas marcas y códigos UPC. El Reduced Sodium Roast Beef Rub (UPC QST# 6313) está involucrado en los lotes 092251, 112251, 133251, 160251 y 181251. El BBQ Riblet Seasoning (UPC QST# 5275) corresponde a los lotes 059251, 079251, 154251, 170251 y 170252. Además, el Lemon Pepper Seasoning (UPC QST# 6402) está asociado al lote 118251, al igual que el Cajun Seasoning (UPC QST# 4546).
Según la FDA, la presencia de fragmentos metálicos en alimentos representa un riesgo debido a las posibles lesiones físicas, como cortes, daño dental y lesiones en el tracto digestivo. En casos más serios, fragmentos pequeños pueden causar obstrucciones en las vías respiratorias, fundamentalmente en grupos considerados vulnerables, como niños y adultos mayores.

La clasificación de riesgo Clase II implica una advertencia importante, aunque menor en urgencia, frente a una clasificación de Clase I. Darin Detwiler, profesor de política alimentaria en Northeastern University, indicó: “Mientras que los retiros Clase II no son tan urgentes como los de Clase I, igualmente deben ser atendidos y los productos deben ser devueltos o eliminados según las instrucciones”. Por su parte, el Dr. Mark Fischer, director médico regional de International SOS, señaló: “Puede ser peligroso consumir metales u otros objetos extraños en los alimentos. Pueden causar cortes o lesiones internas y tal vez requieran extracción quirúrgica”.
La FDA especificó que el retiro sigue activo y aconsejó a los consumidores que hayan adquirido estos productos que no los consuman bajo ninguna circunstancia. La recomendación oficial es devolver los lotes afectados o desecharlos de acuerdo a las indicaciones facilitadas a los distribuidores y minoristas. Se recomienda consultar a un profesional sanitario en caso de ingestión accidental de fragmentos extraños.