
La cadena Bravo Brio Restaurants, propietaria de Bravo Italian Kitchen y Brio Italian Grille, se acogió el lunes 18 de agosto a la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos por segunda vez en cinco años.
En su petición ante el tribunal federal del Distrito Medio de Florida, la empresa informó que busca reorganizar sus operaciones y reestructurar sus deudas, en respuesta a una serie de factores económicos adversos que han impactado significativamente el sector de la restauración casual italiana.
Reuters informó que esta decisión deja en el aire el futuro de casi 50 locales bajo ambas marcas en distintas ciudades del país.
El grupo, gestionado por Earl Enterprises, propietario de franquicias como Planet Hollywood y Buca di Beppo, enfrenta una deuda estimada entre 50 y 100 millones de dólares, una cifra equivalente a sus activos contabilizados, según consta en el expediente judicial consultado por Restaurant Dive.

El principal acreedor no garantizado que figura en la solicitud es la distribuidora de alimentos Sysco Corporation, con un reclamo superior a 1,9 millones de dólares.
En la comunicación dirigida a los medios, la compañía reconoció que la iniciativa buscará “cerrar locales con bajo rendimiento, renegociar la deuda y reducir los gastos operativos”. Este proceso de reordenamiento podría implicar la clausura de más ubicaciones, tras el cierre de restaurantes en Virginia, Ohio y Missouri durante los últimos meses.
“Las presiones macroeconómicas han resultado insuperables para numerosas marcas históricas del segmento de comida casual, muchas de las cuales también han usado el recurso de la bancarrota para reinventarse”, admitió Bravo Brio Restaurants en su declaración pública.
“Nos enfrentamos a una demanda de consumidores en retroceso y a mayor competencia de las cadenas de comida rápida premium”. Reuters puntualizó que entre las razones críticas también se incluye la persistente inflación en los costos de alimentos y la mano de obra.

El escenario no resulta aislado para el segmento. Reuters detalló que el sector casual italiano enfrenta un ciclo de aperturas y cierres, con datos dispares: mientras Olive Garden alcanzó ventas por 5.200 millones de dólares y mantuvo desde 2018 el liderazgo en ventas del sector, fue superada en 2024 por Texas Roadhouse, que logró ingresos de 5.500 millones.
De acuerdo con Technomic, otras cadenas similares han mostrado signos de deterioro: desde 2024 presentaron segundas o terceras declaratorias de quiebra instituciones como Buca di Beppo, Bertucci’s, People First Pizza Inc. y Red Door Pizza LLC.
El sector ha afrontado durante los dos últimos años un panorama complicado, enfriamiento en el gasto de consumidores, menor asistencia a restaurantes de centros comerciales con alta vacancia y aumentos recurrentes en los precios de insumos básicos y salarios.
“La reducción del gasto discrecional se suma a los elevados arrendamientos que, en muchos casos, no son sostenibles para gran parte del sector”, explicó Bravo Brio Restaurants en su mensaje institucional.

De acuerdo al análisis de Restaurant Business, los ingresos de la división Bravo Brio Italiana retrocedieron cerca del 7% durante 2024 y acumulan un descenso del 47% comparado con 2019. Brio Italian Grille, la filial de mayor tamaño, reportó una caída del 5,5% en sus ventas, situando también la reducción de ingresos acumulada en el 47% en cinco años.
El historial reciente muestra que la marca ya se había amparado bajo el Capítulo 11 en 2020, entonces bajo la administración de Food First Global Restaurants. En aquella ocasión, la venta durante el proceso de quiebra permitió que Earl Enterprises se hiciera con el control del grupo.
Robert Earl, fundador de Planet Hollywood, ya había mostrado interés en la cadena desde que cotizaba en bolsa, antes de 2018, cuando fue vendida a GP Investments por 100 millones de dólares. Aquella operación de compra-venta se realizó por debajo de los valores recaudados en la oferta pública inicial de la compañía en 2010.
El texto de la demanda actual no aclara si la empresa dispone de financiamiento de deudor-en-posesión, ni si mantiene un acuerdo formal con los acreedores para la reestructuración, según reportó la firma RK Consultants.
“Estamos concentrando nuestros esfuerzos en atraer nuevos inversores y proteger la viabilidad de nuestros restaurantes operativos”, agregó la empresa en mensajes enviados a medios del sector.