
El debut de Paola Rivera con la Universidad San Martín no pasó desapercibido. La armadora mexicana dio inicio a una nueva etapa en su carrera al ser presentada como refuerzo estelar durante la ‘Gala Santa’, donde no solo se estrenó oficialmente con su nuevo equipo, sino que también enfrentó a Regatas Lima, el club que la acogió en su primera experiencia en el vóley peruano.
Tras el encuentro en el Coliseo FIA USMP, Rivera habló con el medio Sportivo y dejó reflexiones profundas sobre su salida del equipo chorrillano, su proceso de adaptación al cuadro ‘santo’ y los desafíos que ha enfrentado en las últimas semanas. En primer lugar, no ocultó la carga emocional que implicó cambiar de camiseta.
“Fue muy difícil. La verdad es que la gente solo ve lo que hay por fuera, pero realmente no sabe lo que uno pasa”, expresó con sinceridad. A pesar del cambio, la armadora se mostró agradecida con el club que la acogió en su llegada al Perú. “No está en duda que Regatas fue una temporada increíble para mí, un lugar maravilloso. Siempre les voy a agradecer la primera oportunidad, fueron quienes me abrieron las puertas”, dijo.
Sin embargo, Paola Rivera también entiende que su crecimiento como deportista exige nuevos retos. “Yo creo que también debía ver otros proyectos que me puedan sumar y ayudar a seguir creciendo. Eso también me va a seguir abriendo puertas, haciendo las cosas bien y jugando bien, dando todo de mí”, agregó.
La armadora mexicana lleva poco tiempo trabajando con el equipo dirigido por Guilherme Schmitz, lo que ha implicado un esfuerzo adicional para adaptarse a una estructura ya en marcha. “He tenido muy poco tiempo. Esforzándome con el compromiso de dar lo mejor de mí, me tocará ahora sí acoplarme a lo que ellas ya han avanzado. Yo creo que aún nos falta, claro que sí, pero estamos trabajando para eso”, señaló.
Pese al corto periodo de trabajo, Rivera ya empieza a conocer el sistema de juego del equipo y se siente respaldada tanto por el cuerpo técnico como por sus compañeras, especialmente por Shiamara Almeida, con quien comparte la competencia en su posición.
“Yo llego a los entrenamientos y Shiamara es la que me corrige, me da consejos porque ella tiene más tiempo con el entrenador. Esa competencia sana es la que nos ayuda también a salir adelante como equipo”, comentó.

Durante uno de sus primeros entrenamientos con San Martín, Paola Rivera sufrió un accidente que la obligó a detenerse momentáneamente. “El primer día, en un bloqueo, se me voló y se me inflamó muchísimo la mano, no pude entrenar dos días. Fue un golpe muy fuerte, pero son cosas que pasan y que no podemos resolver al instante”, explicó. Pese al contratiempo, destacó la solidez del plantel: “Justamente el plantel que tenemos da para poder resolver”.
La armadora también habló sobre los ajustes que está haciendo a su estilo de juego para encajar en el esquema del técnico Schmitz. “Yo tengo un juego rápido, pero muy corto. Juego muy corto a la antena. Shiamara me ayuda mucho y yo intento ayudarla a ella. El profe sabe, yo he jugado contra él en selección y siempre me dice: ‘aquí no estamos jugando corto, aquí tienes que lanzar otro tipo de balón, pero igual rápido’. Entonces, eso me tranquiliza un poco, que sí queremos hacer un juego rápido, aunque es diferente a lo que yo juego”, detalló.
Paola Rivera está en pleno proceso de adaptación, pero su actitud y compromiso dejan claro que llegó a San Martín para crecer y competir. Con una liga que promete ser muy disputada, la mexicana buscará ganarse su lugar en la cancha y aportar toda su experiencia a un equipo que apunta a ser protagonista.