Padres cubanos enfrentan negaciones de visa por supuestos lazos con la dictadura

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MIAMI.- Lizette esperaba que 2025 fuera, finalmente, el año de la reunificación de su familia en Estados Unidos, país en el que juró defender los valores de las leyes y la Constitución, renunciar a la lealtad a cualquier otro estado o territorio extranjero, y prestar el servicio militar o civil si se le solicita. Como muchos inmigrantes, una de las motivaciones que tuvo para dar el paso a naturalizarse estadounidense fue la posibilidad de impulsar una petición para traer a sus padres a vivir con ella. Pero no contaba con una serie de restricciones que llegarían de la mano dura de una nueva administración.

Después de recorrer paso a paso el largo camino burocrático hasta la entrevista consular, Lizette lidia con el hecho de que solo uno de sus progenitores fue autorizado a emigrar a Estados Unidos. El afortunado es su padre, quien puede mudarse a la nación estadounidense cuando desee porque las autoridades consulares le dieron el visto bueno.

En cambio, la madre de Lizette deberá permanecer en la Cuba de la miseria y los apagones hasta tanto pueda demostrar que las autoridades estadounidenses se equivocan al asociarla con el Partido Comunista de Cuba (PCC) y, por tanto, considerarla inelegible para el beneficio migratorio.

“Yo hice la solicitud en septiembre de 2023. La aprobaron en diciembre del año pasado y empecé a hacer todos los trámites para continuar; el affidavit [declaración de responsabilidades económicas]. Les dieron cita para entrevista el 11 de marzo. Ellos [las autoridades consulares] te exigen que hagas una cita antes de la entrevista para revisar documentos, y al día siguiente de haberme dado la cita me dijeron que la estaban cancelando. Me enviaron dos cartas del Centro Nacional de Visas [NVC por sus siglas en inglés], diciendo que se cancelaba la entrevista, pero igualmente fueron a la entrevista el 11 de marzo, donde les dijeron que esa cancelación era un error”, resumió Lizette, desesperada por encontrar una solución.

“Ya en la embajada, ella entra y dejan afuera a mi papá. Cuando entró le preguntaron si era del PCC. Vale destacar que fui yo quien completé los formularios y no sé si el modo en que lo hice incidió en que interpretaran mal su puesto de trabajo y la hayan asociado con el PCC. Yo puse que ella era jefa del departamento de ciencias de una escuela y ellos dijeron que para ocupar ese cargo ella tenía que ser una persona involucrada en el sistema (gobierno cubano), miembro o afiliada del PCC. Ella lo negó. Le preguntaron si le habían propuesto ser del PCC y ella, al estar bajo juramento dijo que sí, que se lo habían propuesto pero que ella se negó porque ese partido no se corresponde con su ideología. Al final se la negaron por tener vínculos, supuestamente, con el PCC”.

El caso de Lizette no es excepcional. Durante las últimas semanas, tanto abogados de Inmigración como peticionarios han alertado sobre esta situación que se extiende a numerosas familias.

El abogado Wilfredo Allen explicó que ha recibido varias comunicaciones recientes sobre negaciones de visa de inmigrante en La Habana con el argumento de que los solicitantes, de acuerdo con los puestos de trabajo que habían ocupado, debían ser miembros del PCC.

Allen explicó, en su opinión, que se trata de un abuso de poder de la autoridad consultar y que, en tres de los casos que se le han presentado, él, como abogado, se está enfocando primero en solicitar información y evidencias para presentar mociones con las cuales se reconsidere reabrir los casos.

La abogada Laura Jiménez, también especializada en Inmigración, califica lo que está ocurriendo como “negación arbitraria” basada en que “a los beneficiarios se les está imputando una membresía al Partido Comunista”.

Para la letrada, las causas de estas decisiones son claras, se enmarcan en las sanciones y medidas que está poniendo la administración actual, incluyendo prohibición de viajes a EEUU de todo el que haya estado vinculado al régimen comunista de La Habana.

Uno de los casos, ejemplifica, es “un hombre que se jubiló hace 10 años y, sin embargo, en la decisión de la entrevista consular le pidieron un waiver [una declaración] por presunta membresía al Partido Comunista”. Su respuesta como representante legal es, primero, “escribir al consulado una argumentación legal a ver si reconsideran la decisión”.

En opinión de los abogados, estas decisiones son difíciles de apelar, pero no imposible. El abogado Santiago Alpízar explica que sí hay alternativas y, de hecho, en la documentación que reciben [las personas denegadas] les ofrecen y explican esa alternativa.

“De acuerdo con la ley, es al que pide el beneficio quien corresponde probar con evidencias claras y convincentes que es elegible para el beneficio que solicitan. Como siempre, que contraten servicios de abogado para este tipo de entrevistas. Hay embajadas que incluso permiten que los beneficiarios vayan acompañados de abogados”, detalló.

“Yo he ido a esas entrevistas y he resuelto asuntos más complicados que esos del PCC, que el de Cuba junto a la UJC resultan los más reducidos de todos sus similares del CAME”.

Pero Alpízar no deja de denunciar que el brazo de la dictadura pretende extenderse, a través de sus antiguos militantes, hasta la médula misma del exilio cubano y de esto Estados Unidos debe protegerse. “La prueba es Miami, donde ha venido a carenar más de la mitad de esa militancia que NEGÓ u OCULTÓ su membresía para obtener la residencia y la ciudadanía. Han sido muy pocos y contados los que se han sincerado sobre este asunto de límites en la elegibilidad para ingresar u obtener beneficios migratorios en USA”, acentuó.

Es posible que los oficiales estén exagerando, considera Allen. “Pero yo no tengo problema ninguno con que una persona vaya a una entrevista en cualquier consulado estadounidense del mundo y el cónsul lo rastree, busque información y se asegure de que lo que está diciendo la persona es verdad. Que las entrevistas sean más profundas y están buscando más fraudes, no me molesta”. Lo que sí le molesta, dijo el abogado, es que se les impute una membresía a personas que en realidad nunca fueron miembros de ese partido político.

Aunque el abogado espera encontrar evidencias con las que salvar a sus clientes, incluidos los expedientes laborales y cartas diciendo que no pertenecían al PCC, a Lizette le preocupan la arbitrariedad y discrecionalidad que observa en el tratamiento a su propia familia.

“Mi padre trabajaba en el Polo Científico, es electricista. No sé por qué aprobaron a mi papá y negaron a mi mamá. Es absurdo. De la forma que están asumiendo que eres del PCC, todo el mundo lo sería, cualquier persona que trabaje [en Cuba] lo sería. Y la pregunta es: ¿Cómo tú demuestras que no perteneciste a algo?”.

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